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España España · Barcelona
Críticas de Cinexin
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Críticas 85
Críticas ordenadas por utilidad
5
4 de agosto de 2010
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues tenemos aquí a una joven pareja de científicos, sección ingeniería genética, muy interesados ellos en crear vida artificial partiendo de genes humanos. Y como están tan interesados, la crean ellos dos solitos por su cuenta, eso sí, valiéndose de las instalaciones de los laboratorios de la empresa en la que trabajan. Les sale una especie de cruce entre gusarapo y canguro-pollo con ascendente en escorpio, pero luego se va arreglando un poquito.

A ver si lo he entendido: ¿dos científicos logran crear una nueva especie inteligente, pero la mantienen oculta porque la empresa en la que trabajan no está por esa labor? ¿No presentan a la criatura ni quiera en T5 para que la entrevisten, se hagan famosos y, ya de paso les den el Nobel? Bueno, cuesta creer ese planteamiento, pero no demasiado porque la película tampoco parece tomarse muy en serio a sí misma.

Como fábula moral no sirve porque tiene momentos muy ridículos para tomársela en serio y la pareja más parece el gordo y el flaco con la caja de cartón de un lado para otro. Como película de ciencia ficción tampoco resulta porque no hay tensión suficiente y los ramalazos freudianos son de lo más simple para una trama de intriga. Y ya lo de Brody en plan “Elsa, esto no es lo que parece”, todavía lo empeora más, por no hablar del final. Así que ¿esto qué es lo que es?

En fin, resumen: los efectos especiales están muy logrados, la película es entretenida si no haces un análisis pelín racional y Adrian Brody pone todo el rato la misma cara entre tristona y de despiste de cuando era pianista y lo perseguían los nazis. No la toques más, que es peor
Cinexin
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4
29 de abril de 2010
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al inicio de la película, Mercedes Sampietro aguanta magníficamente los primeros planos de la cámara al tiempo que habla de cómo se siente. Su interpretación es buena y el resto de los personajes están también correctos. Silvia Munt hace el mismo papel de madre distante y sufridora que en “Alas de mariposa”, que en “Secretos del corazón”, que en…

Yo no sé si es la influencia del estilo dogma, la escasez de medios o la escasez de imaginación, pero eso de rodarlo todo cámara al hombro marea bastante y, además, es ya un recurso demasiado trillado para dar sensación de realidad. Y cuando la cámara no tiembla en esta película es porque está fija en un primerísimo plano, venga o no venga a cuento.

En la película se entrecruzan varias historias tristes de gente mayormente triste. Y para intensificar el drama, los colores no tienen brillo y los personajes ni una pizca de sentido del humor. La verdad es que es todo muy triste, pero no acabas de dejarte llevar porque notas que está todo demasiado dirigido a que lo hagas y te resistes. A ver si me explico mejor: en la vida real, cuando estás triste, los colores siguen siendo brillantes a tu alrededor, no se prepara un escenario para que tú vivas tu tristeza. Cuando en una película, en cambio, sí se prepara ese ambiente pretendiendo realismo, lo que se consigue es que se aleje de la realidad y que todo parezca bastante teatral. Sólo cuando la ambientación está muy, muy lograda, el espectador cae en esa trampa e incluso la disfruta. Aquí no es el caso, todo parece acartonado, se echa en falta naturalidad en muchas de las situaciones y en algunos de los personajes.

Por otro lado, hay un exceso de dramatismo para narrar historias que, si bien son tristes no son desesperadas: un hombre joven pierde su trabajo; una chica joven sufre un desengaño; una mujer madura trabaja a disgusto y con miedo como profesora, a otra la deja el marido... Sí, situaciones tristes, difíciles, pero vamos, que si la directora hubiera tenido que contar la historia de alguien con un cáncer terminal, no se me ocurre cómo se las hubiera apañado para darle todavía más dramatismo y desesperanza a la película porque en ésta ya ha llegado al límite. La vida real no es así porque afortunadamente el ser humano no puede estar tristísimo las 24 horas del día sin interrupción durante 53 días de invierno salvo en situaciones muy especiales. Pero muchos creen que si una película es dramática gana en calidad. Ni hablar. Esto es Torrente sólo que al revés: un impúdico desfile de desgracias contadas porque sí.
Cinexin
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5
8 de diciembre de 2009
11 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me llama la atención que la gran mayoría de las personas que han visto la película y les ha gustado, destacan lo poética que es. No voy a decir que la película sea malísima, pero amigos, la poesía es algo más profundo que este anuncio de café ecológico para el desayuno en familia. Aquí el director toca justo las teclas que sabe que tiene que tocar para que determinado público se emocione con lo bonita y lo pura que es la amistad entre los niños, pero, ¿de verdad les parece que eso es una amistad pura? (Sigo en spoiler).

La interpretación del niño, con cara de estar empanado todo el tiempo y sorbiéndose los mocos que le cuelgan gran parte del mismo, no puede calificarse de buena. El director lo planta en medio de la nieve y el niño va haciendo y diciendo cosas sin expresión ninguna. Como es blanquísimo y extremadamente rubio, puede parecerle una imagen poética a muchos. Claro, por eso lo han escogido, no por sus dotes interpretativas. Pero en el libro se trata de un niño gordo y poco agraciado, razón por la que se ríen sus compañeros y le hacen la vida imposible. Eso hubiera sido más real y comprensible.

En fin, película a mi juicio recomendada sólo para todos aquellos que están dispuestos a llorar en las bodas y los bautizos, no siendo los suyos propios, y que alegan que es porque son muy sensibles.

Crítica 1
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Cinexin
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6
29 de diciembre de 2011
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el cine hay grandes maestros y alumnos muy aventajados. Los grandes maestros elaboran obras de arte que nacen de su propia inspiración y los alumnos aventajados son capaces de hacer obras muy interesantes que nacen de inspirarse en los grandes maestros. Alfred Hitchcock fue un alumno aplicado y supo ver como nadie quiénes eran los verdaderos genios y cómo podía sacar fruto de ellos para aplicarlo a sus películas. Las sombras de “Asesinato” son, por ejemplo, las del expresionismo alemán; las situaciones y personajes cotidianos introducidos en las escenas de mayor tensión (impagable la escena de la preparación del té con una de las vecinas levantándose y sentándose continuamente para seguir a la que busca los utensilios para prepararlo) recuerdan al gran maestro Ford.

Seguramente Hitchcock fue más un artesano que un artista, pero eso tiene también su lado positivo: conocía bien su oficio y trabajaba sólo con lo que sabía que funciona bien en el cine, lo que hace vibrar a la mayoría de la gente, aun a riesgo de renunciar a gustar a una elite verdaderamente entendida. Es preferible esto que tener que aguantar las películas de directores que se creen grandes maestros no siéndolo y que por imprimir el sello de su supuesta genialidad a la obra, no hay manera de digerirla luego. En resumen: primero los grandes maestros, eso siempre; pero en segundo lugar, los grandes artesanos, siempre por delante de los pseudogenios.

Asesinato es una película interesante, hecha con oficio, si bien algunas de sus secuencias pueden parecernos ahora algo ingenuas y determinadas actuaciones demasiado teatrales. Pero, en conjunto, la historia se deja ver: un jurado tiene que deliberar sobre la inocencia o la culpabilidad de una joven actriz acusada de asesinato. La joven no recuerda nada de lo que ha sucedido, pero todas las pruebas están en su contra. El jurado está de acuerdo en condenarla, salvo un miembro, que no cree que sea culpable. Desde luego, la película no alcanza la calidad de “Doce hombres sin piedad” en las escenas en la que los doce miembros del jurado deliberan, ni mucho menos. Pero hay que decir en su favor que se estrenó casi treinta años antes.

Crítica 56
Cinexin
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6
11 de junio de 2011
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es un claro folletín. No lo digo en absoluto en sentido peyorativo, sino porque es un término que describe perfectamente la historia. Ha habido grandes folletines de esta época como “Obsesión” o “Escrito sobre el viento”, por citar sólo dos. Historias que abarcan un período de tiempo más o menos largo, durante el cual una pareja experimenta acercamientos y lejanías, sufriendo todo tipo de impedimentos a su amor, en un vaivén hasta el final de la película. Ésta también va de eso, pero con menos fuerza que las dos que he citado, a pesar de que Paul Newman siempre estuvo considerado mejor actor que Rock Hudson, que las protagonizó.
Paul Newman, tan espectacularmente guapo como siempre, tira demasiado de los gestos propios del Actor’s Studio también en esta película. Es algo que también le pasaba a Marlon Brando o a James Dean, por ejemplo. Ese gesto despectivo con los labios y la inclinación de cejas cuando mostraban su ironía si algo no funcionaba bien, ese agarrarse la cabeza o abrazarse a sí mismo en los momentos de desesperación… Pasados los años, estos gestos que podemos ver en muchas películas consideradas obras maestras, resultan ahora un poco afectados. Que conste que a mí me gusta verlos en las películas clásicas, pero si los descontextualizo, me parecen poco naturales. Y en esta película Paul Newman, cuando ironiza sobre la desgracia de perder a la novia, o cuando presume de chico malo, los utiliza. Lo perdonamos porque a Paul Newman se le puede perdonar todo y, además, porque a medida que cumplió años ganó en naturalidad interpretativa, pero que conste que aquí resulta un tanto teatral en algunas escenas.
No es ésta una de las películas más conocidas del actor y el director tampoco es alguien que le suene a la mayoría de los espectadores. Lógico todo porque no estamos ante una gran película, aunque sí una película entretenida, que discurre según todos los tópicos establecidos, sin sorpresas pero sin aburrimiento.
Es la historia de la ambición de un chico sin fortuna, que sólo tiene su apellido y su inteligencia. Además de su palmito, claro. Valiéndose de algunas acciones que rozan la falta de escrúpulos, logra su propósito de encumbrarse hasta la alta sociedad de Filadelfia, tan tradicional en la época. Y al final… dilema moral.
Cinexin
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