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España España · Sevilla
Críticas de Hypatia
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Críticas 18
Críticas ordenadas por utilidad
8
28 de enero de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Gran Apuesta es una aproximación fresca, divertida, cínica y audaz a esa crisis que ha arruinado a mi generación. Merece la pena verla, es muy recomendable aunque ya sepáis todo sobre las hipotecas subprime y JP Morgan y todos esos malditos diablos que se las apañaron (y apañan) para que casi todos seamos pobres. Si os interesa el tema, posiblemente no vais a aprender nada nuevo, pero os lo vais a pasar bien y si no os preocupó demasiado todo ese rollo de la crisis, vais a aprender mucho sobre ella y de manera muy divertida.

Es una película valiente tanto en el fondo como la forma, el montaje es tan loco como espléndido, la dirección brillante, las interpretaciones fantásticas y las sensaciones general muy positivas. Por lo menos, las mías, así que os recomiendo encarecidamente ir a verla. Y recordad que siempre es mejor la versión original y que tanto Steve Carell, como Ryan Gosling y especialmente Christian Bale lo bordan, así que lo suyo es que los escuchéis a ellos y no a los tipos que los doblan.

Dejando de lado los términos banqueros, que personalmente conocía entre poco y nada (quizás porque he visto la peli en versión original), todo el lío de ingeniería financiera se entiende sin problemas, y si en algún momento te despistas, la peli, al igual que un buen profesor, te cuenta un chiste rompiendo la cuarta pantalla y te explica en lenguaje para legos cualquier cosa que nos suene a raro, como por ejemplo esos términos banqueros…

Es una peli con muchísimo humor, aunque yo no la calificaría como comedia en sentido estricto, porque lo que trata es un tema muy serio y lo hace con seriedad. Es un humor negro y cínico, es triste, la película es una crítica al capitalismo brutal y no deja atisbar ni un rayito de esperanza al espectador, que no es otro que el ciudadano que sufrió y sufre la crisis financiera. De manera que estamos jodidos, nos van a seguir jodiendo y hacemos películas para reírnos de ello.


https://casaspammer.wordpress.com/
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Hypatia
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7
3 de octubre de 2016
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una mujer apaga la luz e intuye entre las sombras una figura, una silueta de una criatura peligrosa. Enciende el interruptor y aquello que vio ha desaparecido. Vuelve a apagar y lo vuelve a ver, de nuevo enciende la luz y otra vez desaparece. Es el miedo a la oscuridad, el mismo miedo que nos hace creer ver a un ladrón, un asesino o un fantasma en cada mancha en la pared o doblez de las cortinas.


Además del miedo atávico a la oscuridad, la cinta se refuerza con otros terrores reales que sufrimos en nuestra vida cotidiana: miedo a no dar la talla como madre, hermana o hijo; miedo a estar o a volverse loco; miedo a no ser capaces de proteger a nuestros seres queridos o incluso a ser responsables de su dolor. Y otros tantos horrores que se meten en nuestra cabeza durante la noche y nos impiden pegar ojo.

Pero fundamentalmente, la idea se centra en el miedo a la oscuridad y en 2013 el director sueco David F. Sandberg hizo un corto sobre esta premisa, un corto que se convirtió en viral, que nos dio a todos muchísimo miedo y que llegó a las manos de James Wan (The Conjuring, Insidious), que decidió alargar el corto y convertirlo en una película más que decente dirigida por el propio autor del corto.

La historia sigue a una familia, que es más o menos acechada por un ente maligno que sólo es visible cuando las luces están apagadas y que desaparece completamente en cuanto se enciende el interruptor de la luz. Hay más juegos de cámaras, luces y sombras que efectos visuales, prácticamente no hay CGI, lo cual me parece algo digno de agradecimiento. Tampoco sigue la moda del metraje encontrado… que personalmente dejó de gustarme tras la tercera de Paranormal Activity.

Lights Out (Nunca apagues la luz) no es una película que destaque por su brillantez, pero tampoco hace nada mal y justo por eso hay que ir al cine a verla. Estoy harta de películas que se esfuerzan tanto en sorprender al espectador que terminan no sorprendiéndolo en absoluto, porque ya el público se termina esperando cualquier cosa, por muy impensable que sea. Me cansan esos mil giros de guión cada cual más rebuscado, que terminan estrellándose en un pozo de ridiculez y patetismo. Estoy cansada de películas que apuestan por la épica y la espectacularidad y terminan siendo un total despropósito. Lights Out (Nunca apagues la luz) no es así, si algo destaca en esta película es su sencillez y su corrección. La película es extremadamente breve, no llega ni a noventa minutos de metraje. Los personajes principales también son sencillos, prácticamente responden al rol de adolescente descarriada, niñito bueno e indefenso y madre viuda que no medica la depresión que sufre. Todo muy fácil, nada de preciosismos o de guionistas que quieren crearle un fondo brutal a unos personajes que apenas tienen peso en su propia película.

Nunca apagues la luz es absolutamente correcta, está bien ejecutada, las interpretaciones son buenas y la trama verosímil. No innova en el género del terror, no ofrece nada que no hayamos visto mil millones de veces, no es especial en ningún sentido… pero tampoco mete la pata estrepitosamente con giros de guión absurdos como hemos visto tantísimas veces en el género de terror. La historia es aceptablemente buena y está llevada con sentido y coherencia.

Al igual que no es especialmente destacable en ninguno de sus aspectos positivos, tampoco lo hace negativamente. No tiene incoherencias importantes, no es inverosímil, los personajes actúan de formas que resultan creíbles al público, el desenlace es más que correcto y aceptablemente creíble. Destaca por su simplicidad lo cual en este caso es una virtud.
Hypatia
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6
3 de octubre de 2016
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ben Hur no es la película que va a cambiar vuestra percepción del cine o de la vida. Tampoco es la mejor película del año y muy probablemente no va a llevarse once premios Oscar. Así pues, si estáis esperando un peliculón de proporciones bíblicas que os trastoque vuestra existencia, la versión del 2016 os va a decepcionar al máximo. En cambio, si lo que queréis es ver una película fácil, cómoda, con unas carreras de cuadrigas muy molonas con unos efectos visuales bastante decentes… pues id al cine y vedla. No creo que sea tiempo perdido y personalmente, me lo he pasado bien viéndola… aunque me olvidaré de la peli en cuestión de semanas o quizás días.

Como todo el mundo sabe, la versión más famosa de Ben Hur es la dirigida por William Wyler en 1959, peli protagonizada por Charlton Heston, que se llevó, nada más y nada menos que once premios Oscars. Existe una versión anterior, una película muda de 1925 dirigida por Fred Niblo. Y la historia en la que se basan estas dos cintas, es aún más antigua, del siglo XIX, Ben-Hur es una novela escrita por Lewis Wallace y publicada en 1880.

La versión de 2016, dirigida por Timur Bekmambetov no va a pasar a la historia del cine, como si hicieron sus dos predecesoras, pero repito que es una película entretenida, con aventuras, con una bonita historia de amor fraternal y que ofrece mucho entretenimiento y una buena forma de pasar el rato.

Sin prólogo de ningún tipo, la cinta comienza con la esperada carrera de cuadrigas… para poner la miel en los labios y enseguida remontarse ocho años atrás a contar la historia. La trama sigue a dos hermanos, Judá Ben-Hur (interpretado por Jack Huston, a quien conoceréis por Broadwalk Empire) y Messala (interpretado por Toby Kebbell), el primero de ellos es un niño bien y el segundo un romano adoptado por un judío rico. Los jóvenes se llevan bien, pero son esclavos de sus circunstancias. Por razones, de las que ninguno de los dos es el verdadero culpable, Judá termina en galeras y Messala pasa de soldado al orgullo romano en las carreras de cuadrigas. La trama transcurre en el Jerusalén de Jesús y veremos algunas breves, pero muy importantes, intervenciones de Jesús en la vida de los personajes.

La versión de 1959 duraba más de tres horas, la de 2016 dura dos horas. Mucho menos metraje para contar la misma historia y quizás esto se note, algunas veces parece que el ritmo es atropellado y que los actos de los personajes no se basan en un lógico causa-consecuencia, sino que las cosas pasan porque sí o nos están omitiendo parte de la historia. Por otro lado, es de agradecer que la película sea corta, aunque no me convence que hayan optado por la voz en off de Morgan Freeman para narrar las cosas que no cabían en 124 minutos.

Así pues, es una película decente, pero está lejos de ser memorable. Ninguno de los actores destaca, aunque tampoco lo hagan mal. El uso de secuencias hechas con ordenador no es excesivo, cosa que agradezco, sólo la carrera y la batalla naval hacen un uso notable de este tipo de efectos visuales. La recreación histórica no brilla, pero está lejos de ser mala. Por lo que en términos generales la considero una película interesante para pasar un buen rato en el cine. Posiblemente reciba más críticas negativas de las que merece, pues la mayoría de la gente la comparará con el hito en la historia del cine que significó su predecesora, a la que no mejora, así que si lo que queréis es una revisión moderna y mejorada del clásico de 1959, la película de Timur Bekmambetov no os va a gustar.
Hypatia
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