Me ha dejado un sabor agridulce. Por un lado, me ha gustado mucho. Por otro, hay bastantes aspectos en ella que se podrían haber mejorado fácilmente, dando lugar a algo que hubiera sido verdaderamente excepcional y difícilmente igualable.

La serie aprovecha los problemas de los personajes para tratar diversos temas delicados que se dan en la sociedad actual. Algunos, por desgracia, son demasiado frecuentes; otros, por suerte, no ocurren tan a menudo o, al menos, si lo hacen no son tan evidentes. Y el problema aquí es que en este sentido la serie está bastante descompensada. Así, nos encontramos con que a la violencia doméstica que sufre Michiru le dedican muchísimo más tiempo del necesario, haciendo que a menudo la serie resulte redundante cuando pasa lo mismo una y otra vez sobre ese tema; al trastorno de identidad sexual o a la soledad le dedican el tiempo justo y necesario o incluso se quedan un poco cortos, pudiendo dar más de sí; mientras que al trauma de Takeru lo tratan muy por encima para al final explicarlo en un momento deprisa y corriendo, de mala manera, y adiós muy buenas. Un mayor equilibrio entre las diferentes subtramas le habría dado mayor fuerza, a la vez que evitaría esa redundancia de la que hablaba antes.

Los personajes están muy bien construidos y es fácil encariñarse de los que hay que encariñarse y odiar a los que hay que odiar, aunque tampoco se presenta una visión maniquea del mundo, e incluso al maltratador hay momentos en los que se le tiene un cierto aprecio y se le llega a comprender. Lo que sí que no ayuda para nada en este aspecto es que la protagonista sea tan rematadamente estúpida y que la actriz que la interpreta lo haga tan mal. Los demás no es que sean Toshiros Mifunes ni Setsukos Haras, pero se nota que le ponen ganas y el resultado final es más que aceptable. Ella no sé si no se las pone o no le sirve de nada.

Lo último de lo que quiero hablar es la banda sonora. Está tan descompensada como el guión, de manera que lo mismo que tiene partes magníficas tiene otras más bien cutres. La canción principal, de Hikaru Utada, me parece perfecta para la serie.

En fin, que es una serie muy recomendable, pero el gran éxito del que disfrutó en el país del sol naciente me parece desmesurado. Y lo peor es que tenía una base con la que podían haber hecho algo grande de verdad. Una lástima.

El primer capítulo me pareció un poco tonto, con los actores sobreactuando y a menudo dando la sensación de que no se lo toman en serio. Sin embargo, para cuando me quise dar cuenta, me había encariñado de la mayoría de los personajes (de Nodame concretamente estoy enamoradísimo), y es que, aunque muchos son caricaturescos y con bastante frecuencia los intérpretes siguen sobreactuando, todo ello le da un toque humorístico muy agradable sin el cual la serie perdería casi todo su atractivo.

Todo el reparto está elegido con gran acierto. Los dos protagonistas resultan perfectos en sus respectivos papeles, y de los secundarios, sin que desentone ni uno solo, me quedo con Eita y, por supuesto, con el grandísimo Naoto Takenaka, que haga lo que haga con verle me parto de risa. Y lo que más me sorprende es lo bien que tocan su instrumento correspondiente y dirigen las orquestas (o lo bien que hacen como si tocaran o dirigiesen). También es cierto que no soy ningún experto en música, y quizá alguien que controle del tema les note fallos, pero a ojos de un profano es una pasada.

La música tiene un papel muy importante y alegra en muchas ocasiones los oídos del espectador, pero la serie no es un musical, ni mucho menos. Está ahí como fondo y sirve de pretexto para que asistamos a las pasiones y sueños de los estudiantes de la academia.

Resumiendo: deliciosa, hilarante, divertidísima y entrañable. Como su protagonista.

You're Beautiful es una divertidísima comedia romántica que encantará a todos los que disfruten habitualmente del género y gustará a los que no lo detesten. Solo quien odie a muerte las comedias románticas se podría aburrir con esta serie.

No solo es divertida, sino que toca la fibra sensible en sus momentos dramáticos, es muy emotiva y está llena de personajes tremendamente carismáticos. No hay un solo personaje que sobre, y la protagonista es entrañable como pocas veces he visto. Por otro lado, otros están bastante desaprovechados. De los 4 principales, la chica y el líder del grupo se hacen con todo el protagonismo de la serie y dejan a los otros dos en sendos papeles excesiva e innecesariamente secundarios, especialmente al rubio. En el caso del otro, no se nota demasiado, porque aunque sale poco tiempo, su papel es muy importante y da la sensación de que sale más. El rubio, sin embargo, además de que sale aún menos, cada vez que aparece llena la pantalla y buena parte de las situaciones más divertidas se las debemos a él, por lo que sabe a poco y se le echa mucho de menos cuando no aparece. Para hacer una serie redonda y una obra maestra indiscutible del género, deberían haber pulido más este aspecto, dando a estos dos personajes más protagonismo. No obstante, es el único defecto de una serie por lo demás estupenda.

Mención especial merecen las escenas en las que un personaje imagina cosas que van a ocurrir o los motivos por los que tal cosa ha ocurrido, con parodia a Oldboy incluida. Desternillantes.

Sus 16 capítulos de algo más de una hora de duración hacen pensar a priori que la serie será repetitiva y se acabará haciendo cansina, pero nada más lejos de la realidad. La hora y pico se pasa en un suspiro y cuando termina el último capítulo se queda uno con ganas de más.

La banda sonora está muy bien, pero peca de repetitiva. Las mismas melodías y cancioncitas suenan una y otra vez, aunque también hay que reconocer que hay un buen puñado.

Si te gustan las comedias románticas y no has visto You're Beautiful, ya estás tardando.

Serie de espías, agentes secretos, terroristas, intriga y mucha, mucha acción que no tiene nada que envidiar a las grandes series estadounidenses del género, como la estupenda 24.

A un guión muy bien pensado y equilibrado se une un espectacular reparto en el que quizá destacan Lee Byung-hun, Kim Tae-hee y Kim So-yeon, lo cual no quiere decir que los demás no lo borden. Pocos hay, incluso entre los secundarios, que no hagan un gran papel.

Añadámosle que prácticamente todos los capítulos terminan con un cliffhanger de los buenos, una historia de amor insertada con mucho cuidado y buen hacer para que sea en parte el motor de la serie sin que resulte forzada ni pastelosa y tenemos una mezcla explosiva que sería una obra maestra con todas las de la ley de no ser por su único fallo.

Ese fallo no es ni más ni menos que son unos cansinos repitiendo escenas ya vistas. Antes de empezar cada capítulo, como es habitual en todas las series cuyos episodios no son independientes, tenemos el típico recordatorio de lo ocurrido anteriormente. Vale. Una vez que empieza el capítulo en sí, los primeros minutos son los últimos del anterior. Vale. Pero lo que me revienta es que cada dos por tres, cuando un personaje recuerda algo que ha ocurrido te lo vuelven a poner. Si es algo de 10 episodios antes lo comprendo, pero cuando ha sucedido en el capítulo anterior o incluso en el mismo (recuerdo un caso en que te repiten una cosa de unos 5 minutos antes ¬¬) ya pasa de castaño a oscuro. No es algo que haga que deje de ser una pedazo de serie como la copa de un pino, pero sí que resulta desesperante en algunas ocasiones y rompe el ritmo narrativo de una manera brutal.

Recomendadísima para todo aquel que no odie todo lo del primer párrafo.

Titánico trabajo de Claude Lanzmann. E interesantísimo, sin duda. ¿Cómo no va a ser interesante el testimonio de los supervivientes de una de las mayores atrocidades que ha cometido la humanidad? Y, por descontado, su valor como documento histórico es incalculable.

Sin embargo, como película (no olvidemos que los documentales también son películas) muy amena no es, para qué engañarnos. Aunque también hay que decir que no creo que fuera la intención del director en ningún momento hacer un documental ameno. No dudo que para un apasionado del tema será una maravilla, pero para alguien normal y corriente, como me considero... bueno, digamos que me alegro de haberlo visto (a trozos, por supuesto, del tirón no hubiera aguantado) y que me ha dado que pensar y me ha hecho reflexionar un rato sobre el mundo en el que vivimos, que de vez en cuando no viene mal.

A pesar de todo lo bueno que he dicho, el visionado se hace muy, pero que muy pesado. Con eso no puedo darle un aprobado.