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Críticas de cinedeautor
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Críticas 48
Críticas ordenadas por utilidad
6
29 de noviembre de 2015
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Didier Diderot escribió en el siglo XVIII La religiosa, inspirándose en personajes reales para realizar la novela. Simonin está basado en Marguerite Delamarre, una joven que fue enviada a un convento a la edad de tres años. Tras muchos intentos desesperados de abandonar esa vida, y a pesar de recurrir a todas las instancias civiles y eclesiásticas, murió sin conocer la libertad. Este caso afectó profundamente al escritor, ya que fue el marqués de Croismare, amigo suyo, el que estuvo ayudando a la monja. La novela está narrada en primera persona y cuenta el calvario que vivió Suzanne Simonin en los distintos monasterios en los que estuvo recluida. Diderot no llegó a ver la obra publicada, que causó mucha controversia, al morir casi diez años antes de su salida comercial. En 1966, Jacques Rivette llevó al cine la historia con la cara más visible de la Nouvelle Vague, Anna Karina, como protagonista. El film compitió por la Palma de Oro en Cannes ese año pero no consiguió ningún premio.

Contada a modo de flashblack, la película comienza con un diálogo entre el Marqués de Croismare, barón de Lasson, y su hijo Nicolás, que acaba de volver de viaje. Tras unas escenas, donde se muestra la salud debilitada del padre, Nicolás descubre un manuscrito llamado “MEMORIAS DE SUZANNE SIMONIN”. Intrigado, se pone a leerlo dando paso al comienzo de la historia. La joven Suzanne vive aparentemente en una familia acomodada, que se mueve en círculos aristocráticos. Siendo la menor de las hermanas, vive obedeciendo a todos lo miembros y haciendo lo que le piden, pero no puede frenar lo que otros sienten por ella. Y es que un joven se ha enamorado de Suzanne, haciendo que una de sus hermanas se encierre en su cuarto llena de tristeza. Tras una charla con su madre, Simonin confiesa que no tiene ningún interés en él y que su único amor es Jesús. Como relata la Voz en off que nos acompaña durante todo el viaje, y que pertenece a la protagonista, este diálogo pudo suponer la “nota equivocada que selló mi destino”; pues cayó en su propia trampa al afirmar ser devota de Dios. Llevada a un monasterio del mismo modo que un niño hoy es llevado a un internado, tiene la esperanza que la saquen de allí una vez que sus hermanas se hayan casado. Lamentablemente esto solo supondrá el inicio de una pesadilla que tuvo que vivir. A pesar de que la Madre Superiora inicial la cuida y la hace ver el lado bueno de la vida monacal; la muerte de esta y la entrada en escena de la nueva jefa, será la que convierta un tranquilo convento en un infierno. En ese momento es cuando Suzanne decide rechazar los votos y vivir en una cárcel mientras sus “hermanas” la castigan y maltratan psicológicamente a la espera que desde Roma acepten su liberación.

La religiosa se sitúa entre el debate moderno y el retrato de la sociedad del siglo XVIII. Trata temas actuales y que tenemos muy cerca por acontecimientos recientes. Este es el caso del fanatismo religioso, la homosexualidad y el intento de abusos sexuales, que salpican directamente a las altas esferas representadas en este caso por las tres Madres Superiores que encontramos en la película. Así pues, Suzanne es un mero instrumento para reflexionar y denunciar el papel de la mujer de la época, la escasa independencia que gozan, el castigo por culpa de otros, el funcionamiento de la Iglesia como empresa o el inmovilismo de la sociedad. La protagonista es el reflejo de la Juana de Arco interpretada maravillosamente por Renée Jeanne Falconetti, la cual se mostraba fiel ante Dios aunque los propios siervos de él la torturaran por brujería. A Simonin, no la perdonan que haya pedido cancelar sus votos porque no puede vivir lejos de la vida mundana. Pero, ¿son todos así? No, esta película demuestra que su crítica no va hacia la religión en general, pues como se muestra muchas veces, tienen gente de bien dentro de la Iglesia y que no merecen ser metidos en el mismo saco que los otros. Es una denuncia hacia el fanatismo, que se aprovecha de los más débiles para lavarles la cabeza.

Guillaume Nicloux propone un estilo frío, lento y tan macabro que nos hace preguntarnos qué habría pasado si esta historia la hubiera rodado una mente tan perversa como la de Michael Haneke. La morosidad del relato se puede ver como un acercamiento hacia la vida tranquila y silenciosa que tienen las monjas. Pero lamentablemente esto hace que acabe en el aburrimiento en muchas partes de la trama. Una narración demasiado lineal y que abusa de los cortes bruscos y los planos contra planos. El interés de la misma viene sostenido, sin ninguna duda, por la magnífica actuación de Pauline Etienne, que debutaba con este título aunque en España ya la vimos anteriormente en Edén. Es un personaje contenido -nunca explota del todo aunque sí pierde un poco los nervios en más de una ocasión-, y donde de verdad tiene su lucha es en su interior. Acepta los castigos pero se mantiene fiel a sus ideales. Es un alma inquebrantable cuyo único pecado es el de haber sido una hija nacida de una aventura amorosa de su madre con un desconocido. Así, al igual que Jesus, Suzanne es una heroína cuya fuerza radica en su sufrimiento.

Tampoco debemos olvidarnos de Isabelle Huppert, que toma el papel de la tercera Madre Superiora, y que aparece casi en el último tramo de la película. Hace difícil no pensar en el personaje que representaba en La pianista, de Haneke. Al igual que allí, Isabelle es una depravada que se llega a enamorar perdidamente de Suzanne y con la que tiene más de un forcejeo para acercarse carnalmente. El duelo interpretativo llega a ser lo más destacable aunque no se acerca al mismo nivel de dramatismo que las partes de las humillaciones.

Así pues, La religiosa es una obra tan interesante como irregular pero que sirve para poner a descubierto una historia que pueden no conocer los mas jóvenes.

http://www.cineautorweb.com/2015/11/27/la-religiosa/
cinedeautor
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5
29 de octubre de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La promesa es un drama de época a la vieja usanza. Lo tiene todo para ser una gran historia de amor platónico entre dos personas no correspondidas y situada en los momentos anteriores a la Primera Guerra Mundial, pero lamentablemente se queda en el intento.

Parece que Leconte tiene prisa por empezar a contar el romance puesto que en prácticamente cinco minutos, ya tenemos desarrollado todo el planteamiento. En un suspiro nos muestra el primer día de trabajo de Friedrich y lo eficiente que es en él, la relación que tiene con su jefe y la grave enfermedad que sufre este, que le hará visitar con mucha frecuencia su casa y así conocer a Lotte, su mujer. La superficialidad presente al inicio de la película nos va a acompañar durante todo el metraje.

Ante la imposibilidad que tiene el personaje de Alan Rickman de moverse de la cama, la relación entre ambos jóvenes se volverá más cercana hasta el punto de surgir en ellos el deseo de tener algo más que una amistad. La película en este punto intenta avanzar sutilmente, con delicadeza; mostrándonos los momentos que pasan juntos y casi siempre bajo la mirada escondida del marido, que parece en todo momento consciente de lo que está ocurriendo. También se nos contará muy por encima el pasado de Friedrich y un pequeño romance que tiene con una criada de su antigua apartamento.

Las actuaciones de los personajes son muy contenidas, no intentan dar un paso en falso por miedo a ser descubiertos. Leconte quiere contagiarnos de la desesperación que empieza a aparecer en un romance que está destinado a no surgir, pero provoca el efecto contrario. Se denota una falta de química entre los dos personajes; solo es el de Rickman el que consigue provocar un cierto aire de intriga y pena. Rebecca Hall y Richard Madden son el sinónimo de frialdad; superficiales, planos y con una inexpresividad alarmante. Pero el problema no viene de sus actuaciones, sino de un guión impersonal y sin alma. Se niega a ser más profundo y a hacernos formar parte de la angustia que se vive en el ambiente. Da demasiada importancia a las cosas que se pueden contar en escasos minutos y zanja otras en un abrir y cerrar de ojos y que podrían haber dado mucho juego, como es el caso de la historia de amor con la criada.

Esta falta de complicidad que tenemos, se hace más latente en la parte más dramática de la obra, que corresponde con el viaje que debe hacer Friedrich por motivos de trabajo a México durante dos años. Y si aun no se ha echado más leña al fuego, esto se agravará aun más con el inicio de la primera Guerra Mundial y la imposibilidad de este para volver mientras dure el conflicto. Al final, uno se siente culpable por no sentir lo mismo que Lotte y permanecer indiferente ante todo.

El que aprueba con nota es el portugués Eduardo Serra que dota a la película de una fotografía muy viva. La banda sonora, aunque escasa, cumple con creces. En cuanto a la dirección, está envuelta en el convencionalismo imperante en este tipo de dramas, aunque Leconte se saca de la manga algunos zooms o ciertos movimientos laterales que descolocan a cualquiera y que nadie salvo él sabría responder el motivo de por qué decide usarlos.

La promesa se deja ver pero desde una gran distancia. No se hace pesada pero tampoco nos implicamos con lo que pasa en la pantalla.

https://cinedeautorblog.wordpress.com/2015/10/29/la-promesa-une-promesse/
cinedeautor
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6
15 de octubre de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
François Truffaut ya retrató la historia de un trío amoroso y las consecuencias que conlleva para el protagonista jugar a dos bandas. Lo hizo con La piel suave en un melodrama que trataba sobre la infidelidad de un hombre a su mujer con una azafata. Benoît Jacquot toma prestados algunos elementos de su compatriota francés pero se acerca más en cierta medida a Match point, de Woody Allen. Amor pasional, engaños, casualidades y la locura son algunos de las piezas también presentes en la obra del neoyorquino.

La película ya comienza poniéndonos las cartas sobre la mesa cuando el protagonista pierde el último tren que parte hacia París y conoce a Sylvie (Charlotte Gainsbourg). Tras pasar una noche caminando sin parar, deciden quedar al día siguiente, pero otra casualidad hará que se separen al igual que se conocieron. Tras quedar decepcionada y dolida, se marcha a Estados Unidos con su novio al que apenas quiere. Casualidad o causalidad esto hará que Marc, inspector fiscal, conozca a la hermana de Sylvie (Chiara Mastroianni) debido a unos problemas con los impuestos. Esto se desembocará en una relación amorosa que acabará en un matrimonio con un hijo.

El azar también hace que Marc tarde bastante en saber que está casado con la hermana de Sylvie, ya que cuando está a punto de conocerla, surge un imprevisto. Será también fruto de la casualidad cuando se dé cuenta de con quién está casado (el mechero como elemento trágico).

La película tiene distintas fases de evolución, pues pasa del melodrama clásico al drama/thriller psicológico. A la vez que asistimos a una tierna historia de amor, también estamos presentes en un relato que se va cargando más y más de intriga hasta que explota por todos los costados y desata una tragedia digna del teatro griego. La atmósfera se empieza a condensar desde bien temprano una vez que nos damos cuenta de los problemas de corazón que tiene Marc cuando se pone nervioso. Este estado de ahogamiento se va a ir aumentando con el tema de los fallidos encuentros entre el protagonista y Sylvie, y ya vamos a estar dentro de un ambiente casi irrespirable en el momento que estén cara a cara por primera vez.

La película se cuenta de una manera elegante y se acerca a Truffaut a la hora de llevar a cabo la historia. De esta forma, hace uso de la elipsis, los fundidos a negro y de una voz en off que nos va resumiendo el progreso de los acontecimientos. Además, también hay presentes algunos zooms rápidos que utilizaba mucho el director francés en sus películas.

La banda sonora ayuda mucho a crear el estado de nerviosismo debido a que en la mayor parte de la película coge un tono hitchcockiano dando un aire misterioso a todo lo que le rodea. La película, y el protagonista, se contiene como buenamente puede y eso provoca que el espectador esté atento y avivado en las escenas donde todos los personajes coinciden.

El problema viene quizás a los demasiados momentos forzados que derivan en las casualidades y que provocan artificialidad en un relato que se estaba construyendo de una manera realista. Junto con esto, la subtrama que tiene que ver con el escándolo político se queda a medio camino y no sé entiende muy bien el motivo por el cual se incluye.

Quitando el trío protagonista, que aprueba con creces, Catherine Deneuve siembra incertidumbre en el desarrollo de su pequeño papel. En la teoría se va dando cuenta de todo lo que pasa, pero en la práctica no conseguimos plenamente apreciar los momentos donde es consciente del engaño. Al final, queda como un elemento impuesto para que la historia llegue a su fin.

https://cinedeautorblog.wordpress.com/2015/10/15/106/
cinedeautor
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7
27 de septiembre de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se podría decir que es una película autobiográfica, puesto que esta basada en la experiencia que vivió el propio Moretti durante un rodaje cuando murió su madre.

Es un film que va pasando del drama a la comedia pero siempre separados en todo momento por la realidad. Moretti no se toma en serio el rodaje de la película que está dirigiendo su protagonista. Tal vez sea para meternos en la piel de la directora, que intenta olvidar la grave enfermedad de su madre haciendo lo que más sabe, que no es otra cosa que dirigir. El toque cómico lo da el excelente John Turturro, que desquiciará a todos debido a su corta memoria para recordar los diálogos.

Después de las carcajadas, llega la tristeza con los infortunios de Margherita en su vida privada. Aunque se intenta escudar en su hija para sonreír y en su fallida película, las visitas al hospital para ver a su madre que sabe que le quedan días de vida, serán al final superiores a sus fuerzas.

En la superficie es una película contenida y sencilla pero en el fondo de ella es emocionante y es imposible que no toque un poco el corazón de quien la vea. Rodada con inteligencia, no cae en el melodrama ni en el convencionalismo. Mezcla realidad con fantasia (sueños) para mostrarnos los sentimientos de la protagonista. Una película que nos enseña los momentos que preceden a la muerte de un padre.

https://cinedeautorblog.wordpress.com/2015/09/27/mia-madre/
cinedeautor
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6
22 de septiembre de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sentimientos encontrados con la nueva obra del genio alemán. La película parte de una buena idea pero la ejecución no acaba de convencer. Los primeros 45 minutos, que se supone que deben ser los más dramáticos y los más impactantes (donde ocurre el accidente), son tratados con la misma lentitud y frialdad que el resto del metraje. Esto puede llevar a la desesperación de alguno al ver que todo el rato es lo mismo, pues durante toda la película asistiremos al constante conflicto interior que tendrá el personaje de James Franco. Este sentimiento de culpabilidad le impide expresar sus sentimientos, no se puede sacar los fantasmas del pasado y eso le llevará a que su relación empeore y acabe naufragando. Aunque la experiencia vivida le sirve para triunfar como escritor, él no encuentra la felicidad por ningún lado.

El 3D le sirve para potenciar esta lucha interior, mostrándonos más de cerca los rostros del protagonista. Que haya sido un acierto o un error lo dejo para la opinión de cada uno.

Los personajes femeninos son los que no terminan de cuajar. El abandono que sufre Rachel McAdams no me termina de conmover y no sé muy bien cuál es el papel que representa Marie-Josée Croze. De Charlotte Gainsbourg me conmueve un poco su desgracia al principio pero el resto de sus escenas me dejan indiferente.

Aprovechando unas interpretaciones tan contenidas, Wenders plantea un desarrollo pausado, con imágenes bellas que se toman su tiempo y seguidas de elipsis que sirven para acortar los 12 años que dura la trama. Acompañado de una banda sonora del siempre genial Alexandre Desplat, la nueva película de Wim puede ser hipnótica o hacerte que caigas en la desesperación.

Yo veo destellos del que fue uno de los grandes, pero de manera intermitente.

https://cinedeautorblog.wordpress.com/
cinedeautor
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