La estrafalaria actitud (e indumentaria) de Lou Clark en contraste con la rectitud de Will Traynor provocan situaciones tan disparatadas como enternecedoras. Mientras que el joven permanece absolutamente inflexible; ella se dedica a hacer su trabajo profesionalmente, con los nervios que conlleva ver que haga lo que haga no consigue avanzar…pero su chispa natural no pasa inadvertida.

Cada pensamiento de los protagonistas se ve reflejado en sus miradas, en los arqueamientos de cejas, en la más mínima mueca de los labios. La química entre ambos es tan maravillosa que solo puedo dar el coñazo para que todo el mundo la vea en V.O.S. para no perder el más mínimo detalle de las actuaciones.

Me Before You habla de sentirse vivo, con todas las connotaciones que conlleva, por eso está intrínsecamente unida al amor pero no es una película romántica al uso. Una frase que dice Will lo explica perfectamente y es “No sabes lo que te haría ahora mismo.” Hay una complejidad humana y visceral en todo el asunto, que es lo que hace que la historia nos cale hasta los huesos y nos transporte a sentimientos propios. Se aleja de fórmulas ñoñas porque está apegada a la realidad, nos permite involucrarnos con unos personajes espontáneos y veraces.

Realmente tiene un trasfondo muy serio como es el tema de la eutanasia. Tema que no está tratado de modo panfletístico ni recurrente. Inteligentemente abre debate y ofrece las distintas perspectivas que la sociedad tiene sobre esta cuestión. Dejando así que cada uno saque su propia conclusión y reflexión al respecto.

Lo único que no me gustó nada, me llegó a resultar molesto y me sobraba, es la música. Malditas canciones pop superedulcoradas y prescindibles. Habría ganado mucho sin esas pasteladas acompañando a unas imágenes de semejante carga dramática, puag. Me da rabia porque es lo que hace que parezca (y en parte sea) una película megacomercial, hecha para que vean las mujeres mientras comen helado cuando tienen la regla (toma señor cliché).

Y quiero pensar que no es eso, que es algo más. Quiero pensar que tiene más clase que el típico dramón porque es más profunda, más inteligente y está más cuidada.

Lo que hace que Fargo sea Fargo es que los hechos son supuestamente reales. Se muestra cómo reaccionarían personas normales y corrientes a situaciones de presión, con asesinatos, extorsión, policías investigando, armas, etc. Pero sobretodo hay muertos y sangre; muchos muertos y mucha sangre. Y humor. Un poco. El justo. Y ovnis, porque se atrevieron a introducirlos y lo peor es que entra divinamente y resulta creíble.

A nivel técnico es brillante. Cada plano está perfectamente escogido y juega mucho con la división de pantalla. También con los paneos de sonido, especialmente en las radios de los coches de policía. Los efectos son asquerosos así que están bien resueltos y van acorde con la música que sigue en la misma línea de percusión de la temporada pasada.

A nivel de guión, los primeros capítulos son un poco confusos porque realmente no explica muy bien quienes son las familias mafiosas, ni de qué viven, etc…Pero está lo suficientemente bien narrado como para que interese sin contar demasiado. Está en esa fina línea. El montaje cobra protagonismo en los últimos cuatro capítulos, en los que explota todo y se enlazan unos momentos con otros de una forma muy elegante, sin repetirse, hilando secuencias y tramas.

La que desde luego engancha desde un primer momento es Kirsten Dunst, que está sensacional como peluquera psicótica. Es propablemente el papel de su vida por protagonismo, peso, dificultad, y bizarrismo. Lo mismito se puede decir de Zahn McClarnon que hace de “el indio” Hanzee. Comienza siendo el matón de los Gerhardt pero…al final es el matón y punto. Uno de esos extraños casos de malo que cae bien y no quieres que se muera a pesar de que se carga hasta al apuntador.

Es curioso porque ésta segunda parte narra algo anterior y nacía con la desventaja de un listón muy alto. Listón que no muchas pueden sobrepasar (True Detective II te estoy mirando a ti). Pero lo supera con creces porque sabe distanciarse, no cae en esquemas repetitivos e introduce elementos nuevos; mientras que respeta las claves que hacen que no se convierta en una serie completamente distinta.

En la primera hora no pasa absolutamente nada. No es que sea lenta, o aburrida, es que está vacía. Pasan cosas, niña conoce a gigante y hacen cosas de niños con gigantes; y hay unos gigantes malos que mucho cuidao con ellos. El tema no se anima hasta que a la niña se le ocurre que quiere contactar con la mismísima Reina de Inglaterra para que los ayude a cazar a los malvados. Pero hasta entonces es una hora larga de "oh dios mío eres gigante y haces cosas de gigantes, cazas y soplas sueños, oh qué bonito es todo, seamos amigos". Todo muy sensiblero. Y no es que yo tenga nada en contra de lo sensiblero, pero es que le falta soltura, garra, gracia, como lo quieran llamar.

Está encorsetada en la estética y en los cánones. Meterse en el jardín de ir a ver a la Reina tiene tela, pero luego es todo tan patriótico (una botella con la bandera de la Union Jack) y tan profiláctico que se desvanece. Hay una escena en la que se tiran pedos verdes y yo solo pensaba "a ver si tienen narices para ponerle el pedo verde a la reina". Pues no, un viento bajo la mesa y tira que libras. Es como que no pasa nada, y cuando pasa algo es bastante efímero, no se complican mucho la existencia para solucionarlo. Llaman a la Reina, que se coja a las tropas militares y se lleven a los gigantes a una isla en medio del mar. Fin.

Además hay música todo el rato, es muy molesto. No da un descanso a los oídos y enmascara toda la parte de edición y creación de efectos sonoros de los sueños y demás pijadas. La fotografía es muy bonita, preciosista, bien iluminada, fantasiosa...pero carece de alma.

Que sí, que es una película para niños; pero no deja de ser una película de Steven Spielberg. No es que yo tenga una expectativa de que tenga que hacer algo más maduro; pero sí algo más inteligente, más profundo.

Es diferente desde el principio, con un prólogo rompedor en Egipto. Por ejemplo Civil War comienza con una lucha y una destrucción de un edificio; pero es que Los Vengadores no hacen otra cosa que destrozar edificios. Pues en este caso lo que vemos es más exótico y nos muestra perfectamente el origen de Apocalipsis, nos hace saber de dónde viene y cómo son sus métodos para conseguir poderes. Es decir, tiene un sentido y aprovecha para explotar la estética egipcia.

A partir de ahí comienza una presentación de personajes perfectamente ejecutada, detallada pero directa, sin elementos accesorios y aprovechando muy bien para tejer la trama. Constantemente suceden situaciones interesantes, relacionadas entre sí (importante) y en las que se hay que fijar. Todo eso hace que la atención no decaiga y que el ritmo sea fluido.

Tiene un reparto extenso pero sabe cuidar a los personajes secundarios; de hecho Rondador Nocturno y Mercurio están explotadísimos. Rondador Nocturno es clave para salvar multitud de momentos o para rebajar tensiones a golpe de humor. Mercurio tiene para él solito una de las mejores secuencias de toda la película.

Nunca soporté a Jean Grey en las primeras películas de X-Men; me parecía una petarda infumable que no sabía lo que quería y que no daba más que problemas. Sophie Turner le da una nueva vida, está deslumbrante. A Michael Fassbender se le ha debido de pegar mucho de Macbeth porque Magneto es puro Shakespeare. A Mística le toca hacer de nexo de unión entre Charles y Eric mientras capitanea y alecciona a los futuros X-Men con la ayuda de Hank. Pero mi momento favorito y el que me hizo hasta dar un saltito en la butaca lo protagoniza Charles Xavier; con una pelea mental épica en la que los decorados y las perspectivas se van construyendo y modificando.

Por otro lado debo decir que los jinetes (a excepción de Magneto) parecen un poco puestos por el ayuntamiento. Cierto es que deben ser meros accesorios de Apocalipsis, solo los quiere para que lo protejan mientras él hace sus mierdas. Pero personalmente no me quedaron muy claras sus motivaciones para actuar más allá de la ambición de poder. Mariposa Mental solo sale para aportar carnaca y no me enteré de que Tormenta era Tormenta hasta el final. Aparte queda Lobezno que sale lo justo para imponer el toque sangriento.

X-Men: Apocalipsis sabe reírse de sí misma, tiene toques de humor. Pero un humor más rebuscado, más inteligente; no tan evidente como el de Civil War que a mí no me hace ni pizca de gracia. En una escena salen de ver El Imperio Contraataca y Jean deja caer el comentario de que la tercera siempre es la peor. Demuestra que trabaja bien los guiños a la saga y a sus propios fallos.

Es una película equilibrada que bebe de muchas fuentes, tira de muchos recursos y los combina bien; no resulta en ningún momento una amalgama de géneros y situaciones aleatorias. Trata con complejidad el tema de las inseguridades y los conflictos internos. Incluso se recrea enfrentando al ángel y al demonio; que luego encima el ángel (Angel) es el malo y el demonio (Rondador Nocturno) el bueno. Tiene una profundidad y una expresividad que no supieron alcanzar el resto de películas de X-Men, ni ninguna otra de Marvel.