Una película de una hábil realización y resuelta con majestuosidad, si bien exageradamente a veces (es un melodrama coreano), pero con puro sentimiento y sutileza. La peculiar relación de amor que ronda lo imposible y desafiante se desarrolla bellamente, con palabras significativas y en ocasiones repletas de valor poético, pues la poesía y el proceso de su elaboración es una constante a lo largo de la película. Se trata pues de amor, que transciende naciones y edades. Muchos poetas se han enamorado de jovencitas treinta o cuarenta años más jóvenes, alabando la fineza de la piel suave, las caricias jogosas y la juventud en general. El anciano poeta en la película siente nostalgia, melancolía y una cierta desesperación irritante, cosa que se percibe claramanete a lo largo de amplios silencios y palabras poéticas y ambiguas. Por otra parte, la banda sonora da en el clavo: una composición minimalista que muestra con fineza el sentir de los protagonistas.

Comedia absurda al grado sumo, pero con originalidad y mucha chispa despreocupada. Una auténtica rareza y tontería muy bien hecha que podrá despertar odios o amores. A mí me ha encandilado y me he descojonado durante gran parte de su metraje. El humor es tan bestia y despreocupado que me quito el sombrero, aunque quizás le falte un poco más de agilidad en algunos tramos y podría haber sido incluso más extrema.

Película para pasar un gran rato si se busca una mezcla desternillante de lo absurdo, creatividad, thriller, fetiche, crítica social, esperpento y especialmente locura... vamos... que me ha matao.

Entre colores pálidos se cuece el amanecer, entre distintos tonos de blanco los esquimales perciben su entorno, entre sombras se observa la noche y entre susurros se hace una bellísima obra maestra. Una verdad tan simple y poética como irrefutable.
Las palabras son cuencos vacíos. Lo que de verdad importa es el silencio entre palabras y el silencio como montaña callada y lacónica, el cual atisba y descubre el alma humana. Sólo hay que observar, captar la presencia de la luz sobre el bastón , la lágrima que empieza a formarse en el ojo derecho, y uno podrá indagar en un pozo inabarcable de sentimiento y humanidad, y a veces de falta de sentimiento y deshumanización. Todo depende del punto de vista.

El susurro se hizo nostalgia, el susurro se hizo una de las películas más bellas que yo haya visto.

En esta película el argumento parece no tener especial importancia. Es más bien la fuerza de las imágenes lo que tiene un efecto notorio en el espectador. Es onirismo puro y escabroso que se presenta básicamente en la segunda parte de la película, siendo los primeros minutos bastante anodinos y aburridos, aunque sirven para plantar la semilla de todo el caos y extrañeza que pronto aparecerán. La película en cambio sí juega con sugerir ideas y conceptos en base al comportamiento del protagonista y de la mujer. Es un juego de moralidad macabro que se ve envuelto en una atmósfera irreal y fluctuante. Recomendable. No es ninguna obra maestra y peca de cierta pretenciosidad y carencia de un guíon más sólido, pero se agradece y resulta muy interesante de contemplar.

No me gusta la acción ni los chinos voladores. Supongo que es cuestión de gustos sin más. El otro día intenté ver "Tigre y dragón" y no pude terminarla. Me pareció un auténtico plomo con personajes poco creíbles y mujeres que vuelan como si nada, como si fuera lo más normal del mundo.

Y he visto esta... y me ha encantado. Me ha transmitido muchísimo con el silencio. Creo que es la película que mejor aprovecha los elementos naturales. Imagen y sonido se funden y tocan el alma. Los planos del exterior son magníficos. El director ha tenido una agudeza impresionante a la hora de elegir los escenarios. No se puede hacer mejor y sacar provecho de semejante portento de naturaleza. Interiormente también es magnífica, con un juego de colores, unas miradas, una cámara que se mueve lentamente... que a mí por lo menos me ha tocado la fibra sensible. Es una de las películas más bellas y agudas que he podido contemplar.

Las escenas de acción son escasas y no exageran demasiado la habilidad de los personajes. Me encanta como resuelve alguna pelea con el silencio, y como un corte de espada llega a ser imperceptible para el espectador pero agudo y conciso para los contrincantes. Llego un momento en donde el espectador tiene que hacer un esfuerzo para saber lo que pasa o quien ha salido más victorioso, pues aquí la acción se situa especialmente en la sutileza, el silencio y las miradas.

La historia es más compleja y profunda de lo que aparenta. Y me encantada el hecho de que la estética de la película en general llega a fundirse con el interior de los personajes. Toda la tranquilidad y hermosura de los paisajes, los colores a veces ríos, a veces cálidos... están ahí también porque los personajes, y especialmente nuestra callada protagonista se sienten de una determinada manera.