He tenido la suerte de ver la película en la "premier" con los actores en Alicante, y aunque no me esperaba gran cosa, el resultado ha sido peor de lo que me esperaba.

La historia trata sobre un policía sin escrúpulos de Vigo (Noriega) metido en asuntos sucios (drogas, trata de blancas), que tras ser expulsado del cuerpo se traslada a Alicante y se reencuentra con su familia: su padre, la segunda mujer de éste y un hermano gemelo con una discapacidad psíquica, que trabaja en un puticlub (el famoso D'Angelo de Alicante, convertido en el Lolita's) y vive feliz enamorado de una "trabajadora" colombiana, hasta que aparece su hermano y se trastoca todo.

Pues bien, con ese argumento y sobre la base de una novela de Juan Marsé podría haber salido algo decente, pero no ha sido así. Todo resulta forzado y cutre (las innecesarias transparencias recuerdan a las películas de los años 50's!!!).

Si Eduardo Noriega como poli malo está sobreactuado, cuando interpreta al gemelo discapacitado está bastante ridículo. Pero bueno, no nos cebemos con la película, que me ha parecido lo que se suele decir "fallida". Con ese director, argumento, compositor, y director de fotografía tan buenos, ha salido una película vacía, lo que tiene delito.

Es una película pequeña que se deja ver, pero por la que no merece la pena pagar 1 Eur., ni aún para verle el culo a Noriega (mucho más feo que el de su doble en el anuncio de Schweppes). El descubrimiento es la actriz colombiana, lo único verdaderamente creible en todo ese conjunto de actores muy mal dirigidos.

El cine español está volviendo últimamente al pasado (antes de 1995, me refiero), cuando para que ver una o dos películas buenas, hay que tragarse 400 películas innecesarias y que no te dicen nada.

Maravillosa serie. Empiezas a verla con un poco de extrañeza, preguntándote de qué va todo esto de las "ballrooms", con ese grupo tan extraño de personajes, pero enseguida te metes en ese extraño mundo, desde el capítulo 2 le coges cariño a esos personajes, tan fuertes, tan vulnerables, tan valientes y no puedes dejar de seguir sus historias. Las famosas competiciones de drags en los ballrooms donde se inventó el "voguing" (que luego se apropió la mismísma Madonna para su canción "Vogue") funcionan como contrapunto divertido a las vidas marginales de sus protagonistas. Pese a esa marginalidad, las historias no son sórdidas, todo lo contrario, pueden ser hasta pacatas, recordándome incluso al tono de "Glee", también creada por Ryan Murphy. Extraño ver como con ese argumento defienda valores tan tradicionales como la familia, la lealtad, la camaradería y sobre todo, la amistad. En contra de lo que podría esperarse, puede decirse que es muy bonita e incluso llegar a emocionar.

Impresionantes las actuaciones de todo el cast, pero sobre todo de las protagonistas actrices trans. ¿Dónde han estado hasta ahora? Estamos de enhorabuena, porque FX la ha renovado para una segunda temporada.

Para profundizar más en la materia, recomiendo el documental de 1991 "Paris is burning", ganador en Sundance entre otros festivales, donde se recoge la realidad de todo ese mundo cuando estaba a punto de desaparecer. Puede comprobarse que la serie recoge perfectamente (aunque con mucho más glamour y espectacularidad, claro) lo que se vivía en aquel Nueva York de finales de los 80's. Incluso que algunos personajes están basados en personas reales, lo que aporta un plus de valor a la serie casi como documento antropológico.

Escribo tras ser un afortunado ganador de entradas para el preestreno con cierta sensación de decepción. No soy un apasionado de las películas de superhéroes, después de la sobredosis que estamos soportando los últimos, pero tenía ciertas expectativas con este "crossover" de las dos estrellas de DC, en parte por la dirección de Snyder, que en "El Hombre de Acero" demostró su capacidad de sacar a la luz la épica que Supermán necesitaba, y por no haber querido saber nada de la producción, evitando incluso ver su trailer o noticias del rodaje. Esas expectativas quedaron truncadas después de una primera hora y media de película carente de espectáculo. Y no exijo acción a raudales para manterme entretenido, si ese tiempo se dedica a mostrar unos personajes o a desarrollar una psicología que explique el por qué de sus acciones. Y ése es el punto flaco del guión. Pese a contar con la ventaja de ser una secuela del anterior Hombre de Acero y no tener la necesidad de presentar a esos personajes, desperdicia ese tiempo con una historia sin rumbo y sin interés, con flashback innecesarios, preparando un épico encuentro entre ambos personajes que nunca llega, y cuando llega no tiene la épica que esperábamos. Está claro que visualmente es apabullante (como todo lo que hace Snyder), pero las 3D se hacen innecesarias durante esa hora final repleta de acción, en la que se repite casi mecánicamente las explosiones y destrucciones de edificios. Las comparaciones son odiosas, pero si bien la triología de Nolan sobre "El Caballero Oscuro" puso el listón muy alto para cualquier película de Batman posterior, hay muchas películas de la competencia Marvel que son más divertidas, espectaculares y sobre todo... entretenidas, que es lo que básicamente buscamos cuando vamos al cine a ver una película de superhéroes. Esperemos que la próxima "Escuadrón Suicida" sirva para quitarnos la espina de DC.

Curiosa producción australiana, nueva vuelta de tuerca a títulos de slasher rural como la seminal “La Matanza de Texas” (a la que recuerda en muchas ocasiones), modernizando el argumento con un toque tecnológico y el empoderamiento femenino, algo que dejan bien claro desde la primera escena. Se nos muestra una especie de juego en un enorme bosque donde un grupo de mujeres son cazadas por amenazantes hombres con máscaras terroríficas. No conviene saber más. Recomendable para aficionados al gore, no se corta con las escenas de vísceras, desmembramientos y decapitaciones, y para curiosos del terror en general que prefieran pasar miedo con ambientación y mal rollo que con simples sustos sonido / jumpscares. Sin ser una maravilla argumental logra mantener el interés pues los giros de guión evitan la monotonía de “chica corriendo delante de un psicópata armado con un machete” del que podría parecer que se abusa al principio. Destacar la banda sonora grandilocuente y los paisajes australianos, no así las actuaciones de las chicas, que como buenas “scream-queens” dejan bastante que desear en el plano dramático.

La última de James Dean (que murió nada más terminar el rodaje). Larga película, que durante 3 horas y media cuenta la historia de una rica familia de tejanos a lo largo de los años, del matrimonio formado por Liz Taylor y Rock Hudson y sus desavenencias, sus relaciones con sus hijos primero, y con sus nietos después, el racismo de la América profunda (en un tratamiento muy moderno del tema para la época), y su enfrentamiento con el rebelde James Dean por causa de la explotación de pozos de petróleo.

Un gustazo el visionado de un melodrama romántico de los de antes. De esos que ya no se hacen.