Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de Scissorhands20598
<< 1 2 3 4 5 6 >>
Críticas 27
Críticas ordenadas por utilidad
Stalk of the Celery Monster (C)
CortometrajeAnimación
Estados Unidos1979
4,5
964
Animación
6
19 de octubre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque su primera obra verdaderamente importante no llegaría hasta 3 años después con “Vincent”, podemos decir sin temor a equivocarnos que “Stalk of the Celery Monster” es el primer trabajo de Burton digno de mención.

Se trata de un corto de muy escasa duración, dibujado por entero a lápiz por el propio Burton y del que hoy en día podemos disfrutar en Youtube gracias a una reconstrucción realizada a partir de fragmentos que se creían perdidos. El resultado es un montaje algo “frankensteniano” con trozos de aquí y de allí: partes en blanco y negro y partes en color; partes con el dibujo terminado y partes sólo esbozado; partes con sonido y partes mudas... pero lo suficiente como para darse cuenta de que la mente de Burton ya estaba en plena ebullición y de que ese peculiar universo “timburtoniano” que todos conoceríamos años después ya estaba comenzando a fraguarse.

La historia es tan simple como efectiva: un extraño y siniestro doctor (quizá un precedente del Finkelstein de “Pesadilla antes de Navidad”) que junto con su monstruoso ayudante parece estar torturando a una pobre mujer, que grita atemorizada ante lo que se le viene encima... después veremos cómo la historia toma una deriva cómica y comprobaremos que se trata sencillamente de la consulta de un peculiar dentista que asoma por la puerta reclamando nuevas “víctimas” también llamadas “pacientes” ;)

Breve, conservado un poco “de aquella manera” pero sin lugar a dudas interesante trabajo primerizo de Burton en el que se insinúa ya parte de su imaginería tanto visual como argumentística. Obligatorio para completistas del de Burbank
Scissorhands20598
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
El viaje de Chihiro
Japón2001
8,1
114.135
Animación
9
26 de septiembre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras obtener con “La Princesa Mononoke” el éxito y reconocimiento internacional que quizá se le había negado con anterioridad, Hayao Miyazaki iba a conseguir superarse a si mismo con uno de esos títulos que pasan por méritos propios a la historia del séptimo arte y que le valió varios premios cinematográficos de tanto prestigio como el Oscar de Hollywood a la mejor película de animación o el Oso de Oro en el Festival de Berlín.

“El viaje de Chihiro” es para muchos la mejor película de su director y para prácticamente todo el mundo el título más sorprendente, enigmático, onírico y fascinante de cuantos tiene en su haber. Volvemos a tener un protagonista femenino: en este caso se trata de Chihiro, una niña a la que conocemos mientras viaja en coche con sus padres camino de su nuevo hogar. Su padre se despista y los tres terminan perdidos en un extraño paraje que parece algo así como un parque temático abandonado... a partir de aquí comienza una aventura absolutamente única que bien podríamos calificar como una “Alicia en el País de las Maravillas a la japonesa” en la que ese mundo fantástico de Miyazaki toma el control absoluto de la función dando forma a una pieza que no deja indiferente absolutamente a nadie.

El veterano realizador japonés sitúa de repente a la protagonista en un entorno extraño, fascinante, aterrador en bastantes momentos... en el que ve como sus padres son convertidos en cerdos y en el que tendrá que lidiar con criaturas de diversa índole tales como legendarios Dioses, un extraño ser conocido como “Sin rostro” que jugará un importante papel en la historia o una bruja de nombre Yubaba a cuyo servicio tendrá que ponerse para poder integrarse en la medida de lo posible en tan extravagante escenario. Se verá ayudada en su aventura por el joven Haku, un personaje del que iremos descubriendo no pocos secretos a lo largo del film y que será vital para Chihiro si quiere escapar de ese mundo de fantasía y volver con sus padres.

De “El viaje de Chihiro” se podría hablar largo y tendido pues es sin lugar a dudas la obra más compleja de su director. Casi podría pensarse en algunos momentos que el mismísmo David Lynch ha tomado las riendas de la película, que contiene algunos pasajes en los que aunque el espectador no termine de entender al 100% todo lo que está ocurriendo en pantalla (quizá sea el título de Miyazaki en el que más se aprecia el llamado “choque de culturas” oriental y occidental), no es capaz de apartar los ojos de la misma porque se encuentra absolutamente extasiado y sumergido en esta historia imaginativa, fantástica... terrorífica algunas veces, emotiva otras y siempre interesante.

Se trata además posiblemente de la película más lograda visualmente de todas las de Studio Ghibli (y mira que decir esto es aventurado, porque el nivel es estratosférico), y resulta una verdadera delicia contemplar el detallismo en los acabados tanto de los personajes (más variados en esta ocasión que nunca, los hay de toda índole) como de los escenarios. Pura belleza visual, poesía hecha imágenes que como siempre viene acompañada de una soberbia banda sonora de Joe Hisaishi que se podría considerar casi un personaje más de la historia, sobre todo ese tema central que tanto se repite y que encaja a la perfección con ese tono onírico que envuelve al film.

Imprescindible, una de las cimas de Miyazaki sin la más mínima duda.
Scissorhands20598
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
El castillo en el cielo
Japón1986
7,5
16.003
Animación
8
6 de septiembre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya fundado Studio Ghibli, Miyazaki comienza a gozar cada vez de una mayor libertad creativa y va a comenzar un periodo dorado que ya no decaería durante toda su carrera como realizador. Su primer trabajo propiamente integrado en Ghibli (aunque se suela incluir a Nausicaa dentro de los títulos del estudio pese a que se rodó algo antes de su creación) es “El Castillo en el Cielo”.

Una vez más tenemos protagonista femenino: en este caso se trata de Sheeta, una jovencísima y valiente muchacha a la que vemos hostigada por los soldados del Gobierno y por los piratas del aire, ambos interesados en un misterioso colgante que lleva al cuello y que parece gozar de propiedades mágicas. Tras una peligrosa caída desde las alturas que es amortiguada por el propio talismán, Sheeta se encuentra con Pazu: un joven campesino con el que trabará amistad y junto al que vivirá una inolvidable aventura que les llevará hasta la mismísima ciudad flotante de Laputa, un lugar mítico con cuya historia veremos después que está relacionada la propia Sheeta y que el fallecido padre de Pazu llegó a fotografiar años atrás en uno de sus vuelos. El principal peligro en dicha aventura será Muska, un enigmático personaje que trabaja para el Gobierno y que tiene sus propios y maquiavélicos planes para dicha ciudad.

“El castillo en el cielo” es un nuevo acierto del maestro Miyazaki (que como ya dije en otra crítica tiene el enorme mérito de no haber tenido ni el más mínimo patinazo en su carrera), que cuenta nuevamente con una partitura absolutamente inolvidable a cargo de Joe Hisaishi (el tema principal de este film está sin lugar a dudas entre las más bellas de sus creaciones) y que una vez más nos sumerge en un mundo de aventura, fantasía y magia que nos envuelve durante sus dos horas de metraje. Eso si, quizá una vez más nos encontramos con algún pequeño problemilla de ritmo a mitad de película al igual que ocurrió con “Nausicaa del Valle del Viento”, aunque una vez que los personajes llegan a Laputa la película vuelve a recuperar su fuerza inicial y nos regala una vez más algunas secuencias de una enorme belleza e impacto visual.

Aunque “El castillo en el cielo” no suela ser citada entre las mejores películas de Hayao Miyazaki, sería un enorme error considerarla un título menor: a su cuidadísimo aspecto visual y la ya reseñada calidad de la banda sonora hay que añadirle un guión de lo más efectivo en el que todos los personajes están perfectamente definidos y en el que, curiosamente, tenemos lo que podríamos considerar una “anomalía” en el Universo Miyazaki: la aparición de un personaje como Muska que a diferencia de la mayoría de villanos que aparecen en las películas de este director no muestra el más mínimo resquicio de bondad ni de espíritu de redención. En cambio vemos como Dola y sus piratas del aire que al principio se nos presentan como una amenaza terminan humanizándose, estando más en la línea que suele mostrar Miyazaki, que en su cine suele evitar la figura del “malo malísimo” y trata siempre de introducir gamas de grises entre el bien y el mal absolutos (algo sumamente acertado, por cierto).

Por último, quiero hablar de mi momento favorito de la película: ése en el que Sheeta y Pazu llegan a Laputa (nombre sacado de “Los viajes de Gulliver” y de cómica pronunciación en nuestro idioma) y se encuentran con ese robot-jardinero que años después del fin de la vida humana en la ciudad flotante sigue cuidando de los animales y las plantas, así como velando a los fallecidos. Un “momento Miyazaki” por derecho propio, de los de pelos como escarpias (Hisaishi mediante ;) ).
Scissorhands20598
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
29 de junio de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con esta crítica comienzo un “proyecto” (lo entrecomillo porque es algo demasiado modesto como para ser considerado como tal) en el que tengo pensado ir viendo (o mejor dicho revisando) y analizando una por una todas las películas de algunos de mis directores favoritos. Comienzo con un indiscutible: el maestro de la animación japonesa y co-fundador del legendario Studio Ghibli: Hayao Miyazaki.

“El Castillo de Cagliostro” (o “Lupin III: El Castillo de Cagliostro” para ser más exactos) es el primer largometraje dirigido por Miyazaki, aunque realmente cuesta trabajo hablar de él como un debut, pues este señor había participado ya fuese como director o ya en otras tareas artísticas en series de animación tan famosas como: “Sherlock Holmes”, “Heidi”, “Marco”, “Ana de las tejas verdes”, “Conan el niño del futuro” o la propia “Lupin” de la que surge el personaje de este film.

Lo primero que habría que decir es que es una película de una calidad absolutamente espectacular tanto visual como argumentalmente, sobre todo para tratarse de una ópera prima. Pero es que, amigos, Hayao Miyazaki es uno de esos poquísimos directores que no tienen ni un solo título flojo en toda su filmografía. Ya no digo que no tenga ninguno malo... ni siquiera tiene ninguno que no pueda ser puntuado como mínimo con un notable. “El Castillo de Cagliostro” es una divertidísima película de aventuras protagonizada por un carismático ladrón de guante blanco llamado Lupin, que ya había protagonizado su serie propia (como comenté antes) y que en esta ocasión comienza sus andanzas asaltando nada menos que el famoso Casino de Montecarlo, para descubrir acto seguido que todo el dinero obtenido como botín está compuesto por billetes falsos.

Automáticamente se dirige al pequeño país de Cagliostro, en el que reside el célebre falsificador al que debemos la autoría de dichos billetes, un millonario que suma a este delito el hecho de retener contra su voluntad a una joven princesa llamada Clarice con la que pretende contraer un matrimonio de conveniencia que le permita descubrir el legendario y enigmático tesoro de Cagliostro. Ni que decir tiene que el bueno de Lupin, ayudado por sus hombres de confianza intentará rescatar a la princesa (con la que descubriremos que ya tuvo un breve encuentro años atrás) de las garras del villano.

La película mantiene un excelente ritmo de principio a fin, cuenta con un sólido guión y una animación que aunque igual no llegue a las cotas de perfección de su posterior trabajo en Ghibli es de un nivel espléndido. Y sobre todo es una magnífica película de aventuras en la que no falta el humor, la acción, algún que otro tinte de romance e incluso alguna pequeña crítica socio-política nada encubierta (esa reunión de las Naciones Unidas acerca del dinero falso...). Tenemos ya también algunas constantes que serán habituales en el cine posterior del realizador, como la aparición de todo tipo de artefactos voladores (la aeronáutica es posiblemente la gran pasión de Miyazaki, como ya dejará bien a las claras en bastantes de sus trabajos posteriores).

En resumen, no pudo empezar con mejor pie en el terreno de la dirección de largometrajes el Señor Miyazaki, que poco tiempo después asombraría al mundo con sus maravillosos trabajos en Studio Ghibli.
Scissorhands20598
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
15 de diciembre de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película “Batman” supuso un éxito tan rotundo que era cuestión de tiempo que se rodase su secuela. Y era también prácticamente inevitable que la Warner quisiera contar para la misma con el director que había conseguido llevar a tan buen puerto la primera aventura del célebre hombre-murciélago. Tim Burton, no obstante, ya no era ese director semi-novel de finales de los 80 y puso sus condiciones: se haría cargo de “Batman vuelve” pero tendría el control creativo que se le negó entonces.

El resultado es una película que repite los puntos fuertes de su predecesora: un Michael Keaton más que correcto, un aspecto visual sencillamente magistral con la mejor, más lúgubre y más espectacular Gotham que se ha visto en la gran pantalla en mi modesta opinión y por supuesto la inconfundible banda sonora de Danny Elfman que ya era más que reconocible (y tarareada) por aquel entonces... y que le añade algún plus adicional como un trío secundarios que terminan por robarle casi por completo el bocadillo al protagonista, aunque alguno me dirá que eso ya lo conseguía también el Joker de Nicholson en la primera, y en gran parte es cierto. Dichos secundarios son el Pingüino/Oswald Cobblepott, interpretado por Danny de Vito; Catwoman/Selina Kyle a la que da vida una sensual Michelle Pfeiffer y el siempre brillante Christopher Walken dando vida a Max Shrek, un codicioso magnate carente de escrúpulos y que es sin lugar a dudas el auténtico villano de la función, muy por encima de los otros dos.

Cuando se habla de “Batman” y “Batman Vuelve” siempre surge la eterna cuestión de cuál de las dos es mejor película: personalmente, tras haber visto las dos unas cuantas veces ya, he llegado a la conclusión de que aunque ambos son títulos notables comparten mayoritariamente tanto defectos como virtudes y la cosa poco más o menos quedaría en un empate. Lo que si es evidente es que este segunda entrega es mucho más “burtoniana” que la primera, cosa que queda ya clara en esa maravillosa secuencia inicial (en mi opinión lo mejor de toda la película a años luz del resto) en la que vemos los orígenes del Pingüino y la cruel forma en la que sus padres se deshacen de él sin el más mínimo escrúpulo. Burton se mueve a sus anchas por esta maravillosa Gotham que mezcla casi a partes iguales lo siniestro con lo colorista (casi podríamos decir que más que Gotham es “Burtonland”) y se siente también muy a gusto en las escenas protagonizadas por los “freaks” de la historia: ese Pingüino absolutamente excesivo en todos los aspectos y esa sorprendente Catwoman que quizá sea lo más recordado de esta película 25 años después (impagables las escenas de la “génesis” del personaje).

Pero... (y ahora vienen los defectos) una vez más vemos que por mucho que el bueno de Burton intenta llevarse toda la historia y todos los personajes a su terreno, definitivamente no es un director especializado en el género de acción y jamás lo será. Las escenas de peleas, persecuciones, explosiones, etc... son claramente lo más flojo de toda la función, y es sobre todo en este aspecto en el que los Batmans de Burton se verían superados años después por los de Nolan (entre medias tendríamos los de Schumacher a los que habría que echar de comer aparte). Tampoco se puede decir que el tiempo haya jugado a favor de escenas como la del ejército de pingüinos (que resulta demasiado extravagante incluso viniendo de quien viene) o la del “coche-pato”, ni que la química entre Keaton y Pfeiffer funcione demasiado (con Bassinger tampoco es que la cosa fuese mucho mejor, también es verdad)... pero me quedaré con lo positivo, que es la mayoría, y concluiré diciendo que aunque no es la mejor película de Burton ni la mejor película de Batman, está a años luz de los extremos opuestos en ambos casos.
Scissorhands20598
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 5 6 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow