A mi entender el cine es una mentira que te cuentan para que te la creas más o menos, según la habilidad del artista. Pues bien, esta película abusa tanto de los efectos especiales que a mí no me ha transmitido nada, me he sentido extraño en el cine viendo a actores de carne y hueso hablando con el aire que luego rellenan con monos generados por ordenador. Porque hay que tener en cuenta que el meollo de la película lo protagonizan estos exagerados efectos especiales; aquí los actores "reales" son meras comparsas de la infografía 3D. Para qué trabajar con verdaderos actores cuando puedes montar tu propio pseudo-documental por ordenador, debe haber pensado el responsable de este "origen".
La clave de esta película reside en la aceptación por parte del espectador de un protagonismo absoluto de estos cyber-monos , y su muda interpretación (no hablan, tampoco cantan, como hacen en las de Disney). Un efecto así queda muy vacío. Yo temo el día que generen hasta las voces: Humanidad cero en el cine.
Destacar así mismo el detalle de no mostrar nada en las escenas violentas. En ellas la cámara se vuelve loca en un afán por marear al espectador, y de terminar en una elipsis que deja a la imaginación del espectador lo que se debía mostrar, cuando al cine uno va a ver cosas, digo yo.
Qué razon tenía el genial crítico Antonio Gasset Dubois cuando dijo que no tendríamos que soportar la soberbia de los actores porque los sustituirían por estos artificios de ordenador. Lo que no sabía yo entonces es que acabaría echando de menos a aquellos actores, con todos sus defectos. Al menos tendríamos a alguien a quien tirarle la fruta podrida, como antaño.