Insignificancia se llama también otra película de este director e insignificante es lo que acabo de ver. Es más diría que es confusa y engañosa. Todo un ejercicio de pedantería con un batiburrillo de montaje y guión en el que no se salva ni el gondolero.
A ver, antes de que la barca se hunda, salvaría los primeros diez minutos y poco más. Admito que me llamó la atención su título 'Amenaza en la sombra', Donald Sutherland y Julie Christie pero mi gozo acabó en el pozo.
Me molesta sobremanera que me den gato por liebre y que intenten llamar intriga y suspense a un despropósito como este.
A pesar de que a la mitad del metraje ya estaba pensando en cuándo iba a terminar, aguanté estoicamente para averiguar cómo Nicolas Roeg iba a resolver estas casi dos horas de absoluto desconcierto. El final es absolutamente dantesco, ya me lo imaginaba.

Una obra nada convencional, 'Círculo de Peligro' de Jacques Tourneur. Cine negro con toques de ligera comedia.

La pelicula es atrevida y arriesga, y eso ya es un punto muy a su favor. Es capaz, como pocas lo habían hecho hasta el momento, de poner en cuestión el papel jugado por los aliados en la contienda como demuestra el giro sorpresivo final con varias secuencias icónicas que demuestran la maestría de Tourneur.

Además, el reparto actoral que acompaña al protagonista por tierras escocesas, cumple con creces, y el guión es de Philip MacDonald, quien años atrás ya fuera reconocido por la adaptación que hizo de la novela de Daphne du Maurier en 'Rebeca' dirigida por otro peso pesado del cine, el director Alfred Hitchcock.

No se confundan si creen que estamos ante una película menor de este genial director, nada es lo que parece. Y si no, solo por ver a un atribulado Milland ya es todo un placer.

No soy de las que suele expresar sus filias y fobias desde el punto de vista cinematográfico. Todos los cineastas merecen mi respeto tan solo sea porque comparten ese amor imperecedero por el cine. Pero, en esta ocasión, y solo por esta vez, voy a romper esta 'norma' con La Ventana Indiscreta, para mi gusto, todo un portento de master class en algo más de hora y media de metraje.
No creo que exista la perfección pero a mí me parece casi perfecta. Una película que la vuelvo a ver y ver, y me sigue pareciendo nueva y arrebatadora, tierna y elegante, y, tremendamente sexy. La puesta en escena es magistral, llena de detalles y matices urdidos como solo sabe hacer Hitchcock. Estoy con Truffaut, nos da una lección de cine inigualable.
Una genialidad, en toda regla.

Buenas intenciones, pobres resultados. A pesar del esfuerzo de Leonardo Sbaraglia, la historia aburre desde el minuto 1, tanto es así que vi el primer episodio y hasta ahí llegué. Lo siento por Cesc Gay pero aquí ha pinchado.

No me creo ningún personaje y el argumento está cogido con pinzas,a quién piense que tiene similitudes con Fargo, le recomendaría que volviera a ver la película de los Hermanos Coen, porque las comparaciones son odiosas.

La búsqueda del protagonista me llega a cansar y no consigo empatizar ni con él ni con el resto de personajes.
Una pena.

Admito que no es la primera vez que me asomo a esta película. La ví, cuando era pequeña, en una de esas noches de TVE, de los años en los que el cine en televisión era otra cosa. Ciclos de cine que ponían a tu alcance, a autores y películas,prácticamente imposibles en las carteleras. Stanley Kubrick no podía faltar. De hecho fue en aquella época en la que ví 2001, una Odisea del Espacio o Lolita, por ejemplo.
El Resplador la vuelvo a ver, ahora, coincidiendo con los 40 años de su estreno y echando la vista atrás, hay cosas que para mí han perdido importancia, y en cambio, otras que me siguen pareciendo fantásticas.
¿Miedo? pues, siento discernir, en parte.
Posiblemente, ver una película en el sofá de tu casa sea casi un sacrilegio para películas como esta. Se pierde atmósfera e intensidad y el miedo queda en un segundo plano, eso sí la planificación y la ambientación me siguen pareciendo perfectas. Y tanto la música como los efectos de sonido, soberbios. Los aficionados echamos de menos una buena sala de cine, a oscuras, en estos tiempos de coronavirus. De aquí, mi llamamiento para que El Resplandor se reponga en los cines, cuando sea posible, en esta cuarenta aniversario como también se hizo con 2001 en 2018.