El señor Meirelles nos presenta aquí dos tramas, y aún no tengo claro cuál es la excusa para la otra: si la historia de amor nos conduce al escenario necesario para la crítica a las multinacionales farmacéuticas, o si ésta es el telón de fondo para presentarnos la relación de dos personajes en principio opuestos, pero unidos por el amor y la mutua fascinación. (Confieso que no he leído la novela, y eso puede ser un punto en mi contra)

Personalmente, me decanto hacia la historia de amor, y pienso que el director también; sólo hay que ver que la trama de denuncia está contada de forma rutinaria, mecánica, llena de lugares comunes en ese tipo de historias, y por momentos parece un publireportaje pagado por alguna ONG. Me sobra la mayor parte de esta trama, hay ratos en que rompe el ritmo de la película.

En cambio, la relación entre los protagonistas tiene vida, con idas y vueltas, saltos adelante y atrás, variedad de estilo... te hace trabajar, te mete en la historia. Y sobre todo me ha reconciliado con Ralph Fiennes, que hace el mejor trabajo de actuación que he visto a cualquiera en los últimos años.

Le he dado un seis a la peli porque la entrada me salió gratis. Si hubiera pagado no habría puesto más de un tres o un cuatro.

Justo al empezar, ese espantapájaros me trajo al recuerdo "The village", de M. Night-Shyamalan. Y en el resto del metraje parece que el director y el guionista nos proponen un juego como el de los protagonistas, a ver si adivinamos de cuántas y cuáles películas han tomado las escenas y las tramas de la historia. Por momentos uno piensa que han rodado una versión que Del Toro desechó para "El espinazo del diablo", actualizándola un poco (un poquito), aderezada con cosas de aquí y de allá, todas del cine de susto reciente (se ve cuál es el referente del director y el guionista, nada anterior a 1980, con suerte).

¿Por qué la publicidad masiva? Porque detrás está Telecinco, y a estos les interesa recuperar la inversión, así que, siguiendo el ejemplo de las empresas americanas, promocionan a lo grande para ingresar todo lo que puedan el primer y segundo fines de semana, antes de que se corra la voz de que no es para tanto.

¿Por qué las críticas (muy favorables)? Pues hombre, comparada con "Desde que amanece apetece", da la impresión de que en España se sabe hacer buen cine. Para mí es un caso similar al de "El sexto sentido".

Una cosa me hace gracia de muchas críticas por aquí (ya véis que he hablado más del fenómeno alrededor de la película que de la película misma): leo cosas como
>> "a mi el guión me pareció una auténtica maravilla.
>> spoiler:
>> La única pega que le encuentro, es que en ocasiones, a la peli le importan más los
>> sustitos de turno, que no son necesarios, y el guión es un poco confuso al final"

A ver, ¿el guión es una maravilla, o ya le encontramos dos pegas? y esto el que no encuentra tres, cuatro, o siete pegas después de calificarlo de genial.

Me parece una de las mejores adaptaciones de una novela que se han llevado al cine.

Y digo adaptación: coger la entraña de la novela y hacer con ella una película. Cuando leo "El corazón de las tinieblas" tengo las mismas sensaciones que al ver esta película. La historia ocurre en un tiempo diferente, en un lugar diferente (aunque también una selva), y con una peripecia diferente, pero los personajes hacen el mismo viaje interior, y ese es el que está perfectamente plasmado en el capitán Willard y el coronel Kurtz (nombre conservado de la novela).
En lo visual, para las antologías del cine bélico, la carga de los helicópteros, imprescindible.

REDUX: francamente, coincido con muchos, el episodio en la hacienda de los franceses es un peso muerto en la película, aunque curiosamente acerca la historia aún más a la de la novela de Conrad.

A ver si me explico:
Que está muy bien eso de ver películas iranís donde en un plano fijo de 17 minutos vemos cómo un escarabajo cruza la pantalla apareciendo por la izquierda y perdiéndose por la derecha, y luego de camino a casa nos vamos preguntando por qué no lo ha hecho hacia el otro lado, a ver si va a tener alguna simbología oculta en la cultura persa.
Pero al cine va uno a divertirse, y se agradece ver el trabajo de unos profesionales hecho con profesionalidad, cine industrial con control de calidad: buenos profesionales que cumplen con solvencia. ¿Que no nos creemos mucho el papel de alguno de ellos?, bueno, Denzel Washington generalmente hace de Denzel Washington, y Cristopher Plummer se interpreta a sí mismo desde hace años; y Clive Owen se salva de momento porque aún no ha hecho películas muy sonadas, pero al tiempo.
El listo aquí es Willem Dafoe, que a base de secundarios sin mucho brillo va sacando para pagar la hipoteca y no se quema de cara al espectador.
Si quiero creerme a los personajes, me voy al cine-club a ver un ciclo de cine albanés.

Recuerdo que hace muchos años, cuando yo era chico, y España ya había pasado por el periodo de recuperación económica de los 60, y entrado más o menos en la modernidad en los 70, que muchos espectadores de cine, al salir de la sala, hablaban y debatían sobre "el mensaje" de la película.
Pues con esta de Eastwood recuperamos aquel afán de buscar significados o contenidos en una obra cinematográfica. Pues los tiene.
Más allá de ofrecer un entretenimiento o un vehículo para despertar sentimientos o conmover, "Invictus" transmite ideas. Lo que generalmente me suele producir rechazo, porque casi siempre las películas que son un vehículo para las ideas terminan convirtiéndose en escaparates de doctrina, acomodada a lo que en cada momento histórico toque, según dicte la "inteligentzia".
En la película de Clint Eastwood no veo esa doctrina. Las ideas que transmite están al margen de las corrientes de lo políticamente correcto. O incorrecto. Se refieren a las grandes pequeñas cosas que marcan la diferencia: el compromiso con un ideal, la generosidad y el perdón, la importancia de los gestos, de liderar con el ejemplo.
Lo hace en una película, si hemos de ser objetivos y sinceros, menor. No pasará a la historia más allá de figurar en las filmografías de sus participantes, la habremos olvidado dentro de poco, y no aporta nada en ninguno de los aspectos que se puedan analizar de una película.
Pero me ha gustado que tenga un propósito, que deje claro cuál es, y que lo exponga con claridad, y con una factura correcta, sin aburrir, (y claro, que a uno le guste el rugby ayuda un poco).
La encuentro recomendable, aunque sólo sea para tomar distancia y pararse un momento a pensar en si es posible o no tener esa visión de algo más allá de nuestras cuatro paredes, y cómo llevarlo a cabo.