Quizás la mejor película de aventuras de la época clásica del cine. Burt Lancaster se hizo famoso por su espectacular físico, pero es que además era un magnífico actor.

La película es seguramente el paradigma de la historia de aventuras: el rebelde enfrentado al poderoso, la chica atrapada entre dos frentes, el pueblo buscando un líder contra la injusticia: y a partir de premisas tan sencillas, echa a correr una película plagada de ritmo y espectacularidad, con un protagonista que apesta por todos los lados a auténtico porque lo era, porque no necesitaba dobles para columpiarse por barras de hierro o realizar increíbles piruetas circenses.

En definitiva, una simple y llana maravilla, una referencia absoluta en su género.

Quedamos por el mundo una generación de aficionados a la ciencia ficción a los que nos gustan las viejas historias de los años 50, un tanto ingenuas, un tanto moralistas, a menudo un tanto anti-soviéticas camufladas donde los ETs tienen curiosamente las características que se le adjudicaban a los soviéticos.

En este caso la historia cae más dentro de la opción de 'ingenua' para los ojos del siglo XXI, una historia sencilla, con partes de lógica muy discutible, con tópicos un tanto exagerados. Pero con el encanto de esos relatos de Amazing Stories de las revistas de los años 50, que dieron el espectacular impulso que llevó a la literatura de CF a convertirse en un género propio.

En cine, su equivalente fueron estas pelícuals de los años 50, con actores poco conocidos (aunque no malos) y muñecos de cartón piedra. No son buenas películas, pero tienen un gran encanto romántico.

Vaya dos que se reunieron en esa película, lastrada por un guión deslabazado y una historia que parece no tener objetivo. Las cosas se van sucediendo sin que se sepa bien el qué nos quieren contar.

A pesar de ello, una buena película por la excelente actuación de dos monstruos de la pantalla, Katharine es curiosamente divertida como muchacho, y divertidamente atlética por añadidura. Además da un papel muy adecuado para ese rostro, cuando le han puesto bigote he tenido unas ciertas dudas con mi heterosexualidad, hacía un muchacho muy guapo la Kathy.

Y es que si Charles Boyer está en la película, lo importante es escucharlo, no verlo, que todos sus matices interpretativos van a estar en esa voz profunda como un pozo.

Por lo demás, película coherente, bien hecha, bien rodada y bien guionizada. El peso lo llevan los tres protagonistas -que para algo tienen nombre propio en la historia del cine-, pero como solía suceder en el cine clásico los secundarios son buenos personajes con su propia personalidad.

Película para los amantes del cine más clásico, no especialmente lacrimógeno aunque tenga sus momentos, es simplemene una buena historia.

Disfruté mucho en su momento, en los años 80, las películas para adolescentes. Cosas como "Todo en un día" o "El club de los 5" o "No puedes comprar mi amor". Incluso en algún ocasional revisionado posterior, aunque seguramente la nostalgia pudo con el espíritu crítico.

Hoy he ido a ver esta película, rodeado de adolescentes, especialmente niñas. Me reí un poco en momentos en que ellas no, y se reían a carcajadas en momentos que no me hacían ninguna gracia. Está claro que al menos en el humor, ya no encajo con las películas de esta generación, supongo que la edad pasa factura.

Pero más allá de eso, el guión me ha parecido enormemente plano y soso, cuenta una historia sí, pero no hay carga dramática en ningún momento. No hay buenos diálogos ni monólogos, nada que que me haya producido ni la más mínima emoción ni empatía. La actriz protagonista, que luego me han dicho que no es actriz sino modelo, no me daba lo más su papel lo más mínimo, y en el prota veía un Adam Sandler más joven (actor que detesto). Los dos amigos eran el geek de manual (y para resaltarlo le llamaban "Rádar") y el alivio cómico de manual (al amigo salido).

Sí, cuenta una historia, un toque ligeramente detectivesco que no tenía demasiada gracia. E intenta contar una historia de paso de madurez salpicada de nostalgia que tampoco encontré ni mínimamente emocionante.

He intentado rebuscar en lo que pueda quedar de adolescente en mí interior para intentar saber si de haber visto esta película cuando vi aquellas que enumeré en la primera línea de la crítica, y ciertamente no sé si me habría gustado. Creo que no, que tampoco en aquel momento habría sentido ninguna emoción reseñable.

Pero quien sabe, igual, como titulo mi crítica, es que me he hecho viejo.