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Críticas de Hector Zuleta
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Críticas 54
Críticas ordenadas por utilidad
9
18 de octubre de 2010
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Indiscutiblemente una de las parejas mas memorables del cine, la química entre ambas estrellas no se pone en tela de juicio y el inicio de una gran amistad. También la apertura de varios proyectos cinematográficos juntos que unirían a un mas a ambos actores.
Después de los éxitos de taquilla de la película “el padre de la novia” y su secuela. La Taylor es prestada a la Paramount para protagonizar A Place In The Sun (Un Lugar En El Sol), basada en la novela de Theodore Dreisser, Liz representaba a una joven y rica heredera enamorada de un muchacho pobre, ambicioso y con problemas, encarnado por su intimo amigo Montgomery Clift, como lo dijo el director George Stevens, “su papel tenía menos que ver con una autentica chica que con la belleza montada en un Cadillac amarillo con la que todos los americanos sueñan”. Para Monty esta película fue uno de los celebrados hitos en su carrera actoral, con justa razón Charles Chaplin la consideraba la mejor de todas las películas que habían salido de Hollywood. Para Monty fue uno de los personajes más genuinos; encarnando a un muchacho sensible y abstraído que empezaba a abrirse camino y del que se encaprichaba la vez una millonaria y una humilde compañera de trabajo que, al quedar embarazada, le coloca en un penoso dilema, la Paramount desplego una campaña publicitaria fingiendo un romance entra la pareja. Ambos actores se prestaron a esto a pesar de la diferencia de edad (Liz contaba con diecisiete años y Monty con treinta), la relación fue materno filial, única vinculación aceptable para el actor con respecto a las mujeres.
La interpretación de Monty es soberbia, majestuosa, sin caer en penosos cliché, es memorable en la primera toma cuando a parecen los créditos iníciales la toma de espaldas y luego se pasa a ese plano medio y finalizando en un close up, sencillamente inolvidable.
Hector Zuleta
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7
30 de diciembre de 2010
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una de las producciones en el cual Harryhausen más trabajó, por la cantidad de criaturas, y que estás deberían de ser lo más creíbles, ya que el cine de ciencia ficción había alcanzado importantes cotas o dicho en otras palabras ya había alcanzado la mayoría de edad.
El famoso animador de stop-motion Ray Harryhausen inventa una colección de criaturas fantásticas - incluyendo un tigre de dientes de sable, un babuino que juega ajedrez, una morsa gigante y tres almas en pena - para este seguimiento de Simbad y el ojo del tigre. Patrick Wayne interpreta a Simbad, que busca la mano de la princesa Farah (Jane Seymour) en matrimonio, pero no puede conseguirlo hasta que su hermano, el príncipe Kassim (Damián Thomas), no salga del hechizo ya que su malvada madrastra lo ha convertido en un mono. Esta producción se las vería nada más y nada menos que con la laureada “La guerra de las galaxias”.
Como dato curioso el actor principal Patrick Wayne segundo hijo de la estrella de cine John Wayne y su primera esposa, Josephine Alicia Sáenz. Hizo más de 40 películas en su carrera, entre ellos nueve con su padre. Patrick hizo su debut en el cine a los 11 años de su padre, Río Grande (1950. Continuó con películas dirigidas por amigo de la familia e icónicas del director John Ford: El hombre tranquilo (1952), El sol brilla (1953), The Long Gray Line (1955), Míster Roberts (1955), y Centauros del desierto (1956). Su carrera alcanzó su punto máximo a finales de 1970 en la popular matinée fantasía Simbad y el Ojo del Tigre (1977). Y Jane Seymour la tan recordada solitare en “james Bond 007: Vive y deja morir”.
Hector Zuleta
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8
31 de diciembre de 2010
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya has visitado tierras recorridas por cíclopes (Simbad y la princesa), o donde luchan esqueletos (Jasón y los argonautas) y los vaqueros cazan dinosaurios con lazo al más puro estilo del Oeste (El valle de Gwangi). Son los mundos de Ray Harryhausen, el maestro de los efectos de animación plano a plano, que crea otro deslumbrante reino en “Furia de titanes”. La historia muestra la idea que se tenía en la antigua Grecia de cómo los dioses del Olimpo manipulaban el mundo de los humanos a su antojo. La animación corre a cargo de Harryhausen, el cual haría en esta película su último trabajo.
Dioses olímpicos, monstruos mitológicos y héroes mortales pueblan este imaginativo espectáculo. Harry Hamlin es Perseo, hijo mortal de Zeus (Laurence Olivier) y campeón de la cautiva Andrómeda (Judi Bowker). Basándose en este argumento Harryhausen da vida a la criatura marina Kraken, a la medusa con pelo de serpientes, al morador de la ciénaga Calibos, al caballo volador Pegaso, al perro bicéfalo Dioskilos, a escorpiones gigantes y todo tipo de asombrosas aventuras. De todos modos, las criaturas son de lo poquito que salva a la cinta del Hades. Es curioso que una película con tantos actores de renombre no consiga sacarles provecho. Ahí tenemos, por ejemplo, a Úrsula Andress, la primera chica Bond, que parece tan aburrida interpretando a Afrodita como si estuviera viendo una clásica telenovela (se han dado cuenta que en toda la película está “diosa” no pronuncia palabra).
El resto del reparto también muestra una expresividad digna de un bloque de granito, y solo Burgess Meredith, a quien lo recordamos como el Pingüino de la vieja serie de Batman o como el entrenador de Rocky, consigue insuflar algo de vida a su papel.
También debemos tener en cuenta que en 1981 ya se habían estrenado películas como “El Imperio Contraataca” (1980), “Alíen, el 8º pasajero” (1979) o “Encuentros en la tercera fase” (1977), y, lamentablemente, los mitos de Harryhausen, que revolucionaron la forma de hacer cine fantástico en los años sesenta, parecían fuera de lugar en los modernos años ochenta.
Al final, los dioses discuten el resultado de la aventura: Zeus le prohíbe a los otros dioses tomar venganza alguna contra ellos, y finaliza diciendo las siguientes palabras: "Perseo y Andrómeda vivirán felices y juntos, tendrán hijos sanos y hermosos a los que educarán sabiamente. Y para perpetuar la proeza de su valor, ordeno que de ahora en adelante él ocupe un lugar prominente entre las estrellas y constelaciones..."
Hector Zuleta
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10
27 de marzo de 2011
11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
En pocos casos resulta tan apropiada la atribución del adjetivo magistral como en esta magnífica joya que no destaca únicamente por poseer un guión milimétrico, una fotografía espléndida, una música sensacional o unas interpretaciones pluscuamperfectas por parte de todo el elenco, el principal y el de reparto, sino también por la manera de narrar visual y textualmente de un director que era un auténtico genio como pocos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Hector Zuleta
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10
20 de diciembre de 2010
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos esperaban grandes cosas de esta historia. Al poco de comenzar el rodaje, Brando se dedicaba a “tirarse” a toda chica que no se moviera lo bastante rápido. Roger Vadim tenía prohibida la entrada en el Estudio para no distraer a su sexy novia Jane Fonda. Robert Redford debutaba en una película grande sin apenas relacionarse más que con los técnicos, siempre en exteriores. El director se vio reducido a funcionario a las órdenes de un productor. Hubieron de pasar años antes de que esta película superara la expectativa que defraudó al estrenarse, para que la crítica posterior reconociera sus méritos: una radiografía de la violencia que latía en la América profunda a mediados de los años sesenta.
El motor de la película fue su productor Sam Spiegel, el mismo de “El puente sobre el río Kwai”, "La reina de África", "La ley del silencio" y "Lawrence de Arabia. Varios directores consagrados, William Wyler, David Lean, Mankiewicz, Kazán o Zinnemann, dijeron que no por diversas razones. Penn tenía 42 años, criado en televisión, poco cine pero con una candidatura al Oscar por “El milagro de Ana Sullivan”, aunque nunca había hecho una película tan convencional, era un director con ideas propias. A favor tenía un izquierdismo intelectual que le ayudaría a llevarse bien con unos actores que le consideraban un director para los nuevos tiempos y que dos años más tarde revolucionaría el cine con "Bonnie and Clyde".
Además de la potente presencia de Brando, que como siempre se roba por completo la pantalla se contrató a un conjunto de actores con futuro, Jane Fonda, Angie Dickinson, James Fox, Robert Duvall y, en su primer papel importante, Robert Redford.
La que más peleó por esta película fue Jane Fonda, quería el papel de la mujer de Redford, el fugitivo. Pero era Candice Bergen la que el productor prefería.
En cuanto a Redford, fue una segunda opción, cuando Peter O’Toole le dijo con mucha claridad a Spiegel que había tenido suficiente con “Lawrence de Arabia”. Redford tenía 27 años y más experiencia de teatro en Broadway que en el cine. Arthur Penn ni siquiera le conocía.
La otra chica de la película es Angie Dickinson, haciendo de esposa comprensiva de Brando.
“La jauría humana” gustó más en Europa, esperaban una película que recogiera el ambiente de violencia que había creado el asesinato de Kennedy dos años antes, y cuya manifestación más concreta se produjo en pleno rodaje, cuando una orden de la policía en el barrio negro del sur de Los Ángeles provocó una revuelta, los “disturbios de Watts”. Arthur Penn rompió su contrato al no poder decidir el montaje final y ver como desaparecían casi todas las improvisaciones de Brando.
Hector Zuleta
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