La historia da para un cortometraje, pero alguien decidió estirar el chicle hasta conseguir el metraje necesario para un largometraje.

A partir de la presentación del argumento (15 minutos), todo lo que acontece es lo que cualquier espectador espera. Ni vaivenes, ni cambios de situaciones, ni nada que que pueda alterar una trayectoria ya decidida, y, guste o no, eso aburre.

Un buen reparto, y todos se esmeran, pero no hay más que una anécdota inicial y el cuento de la lechera. Un buen elenco de actores y de profesionales mal aprovechado.

Conjugar drama y comedia está al alcance de muy pocos, y si le añadimos que el objetivo es que el espectador reflexione, las metas están en el Olimpo, o por ahí.

Una historia con mil preguntas que el propio espectador debe responder. ¿Lo pasado perdura en el presente cuando los usos y las normas sociales han cambiado? ¿Cuál es el límite que puede alcanzar un trauma? ¿Es ético el perdón o la venganza? Aún hay muchas preguntas más que se exponen en la pantalla. Ahí esta... para que mostrar que el cine no es solo entretenimiento, que también lo hay, y también mucho, y también muy bueno.

La impresión inicial es que el tema está elegido con pinzas, a la medida del espectáculo, hecho para satisfacer a un público ávido de novedades y planteamientos diferentes. Es un espejismo, es complejo porque el trasfondo lo es, y el guion nos va ofreciendo pinceladas, retazos, pequeños apuntes del origen del comportamiento de la protagonista.

No decae, el interés no se va perdiendo, mantiene una tensión oculta/visible que desemboca en un final a la misma altura.

Mucho más que prometedora, una película con letras mayúsculas.

Sin entrar en detalle, un suceso rompe de forma cruel la trayectoria de una persona.
Y a partir de entonces, omitiendo un periodo de tiempo más o menos largo, nos devuelve al protagonista a la nueva realidad. Ya nada es igual, su espíritu se ha desvanecido después de la tragedia. Pulula en el mundo, subsiste, vaga por el desierto sin rumbo, no tiene norte, ni sur.
Un protagonista hundido y vulnerable que se deja llevar por el camino.
Y al tiempo, cuando las circunstancias se dan, se revuelve, impone su criterio, y recupera por momentos su propia personalidad. Cuando el peligro le acucia, cuando es atacada, o se tiene que enfrentar con barreras.
Una dicotomía sutil que conviven y son difíciles de explicar.
Narración sin prisas, permitiendo al protagonista expresar su historia y su dualidad. Ella está y no está al mismo tiempo.
El uso abusivo de los angulares es mi única queja. Ni necesarios, ni dan más información del drama al espectador.
No se la pierdan...

El guion es un disparate que podría ser usado en una obra de "teatro del absurdo", y pese a ello, tiene suficientes gotas de interés.

La subtrama de las relaciones intergeneracionales está cuidada y llena de encanto. Y nada es rancio, cuidadosamente actual.

El mito del famoseo está muy cuidado. ¿La historia es absurda? También buena parte de ese famoseo es absurdo. Tal para cuál.

Entretiene. Sí. Aplausos.

Nada le hace maravillosa, pero tiene esos puntos esenciales para hacer que el espectador pueda disfrutar del cine sin grandes pretensiones.

Me gustó la novela. Es una novela negra notable, bien estructurada y que solo hubiera precisado pequeños retoques para ser una obra maestra. Recomendable, muy recomendable.
Con esta premisa, y asumiendo que la adaptación cinematográfica no precisa muchos retoques (ni grandes medios, ni de efectos, ni de apoteósicos escenarios), intento disfrutar la historia en otro formato.
Es admisible que el relato pueda ser modificado por las razones que fueran, pero cambiar sin ton ni son partes fundamentales, hacen que lo que se cuenta pierda muchos enteros para el espectador. Sin mencionar cuáles son, diré que han fusilado la novela eliminando esos puntos fuertes que poseía. ¿Razón? Imposible de justificar.
Y que cada uno... saque sus propias conclusiones.
Y ahora vamos a la película. Un guion fusilado, unos actores que se esfuerzan, pero llegan justitos al aprobado. Una escenografía de hace veinte años o más, alguna razón habrá. Un director de fotografía, o quien sea responsable, apasionado de los primeros planos dramáticos y grotescos. Una sucesión de escenas rodadas sin pasión alguna. Unos sentimientos que se intuyen siempre que el espectador sea un apasionado de esa temática. Personajes importantes en la historia que aparecen solo segundos.
Una novela fusilada.
No pierdo más tiempo con ella.