Admito que ésta es de aquellas peliculas que si te pillan con el dia escéptico vas al verla como la enésima muestra de los patrones más usados del cine, el desamor y las diferencias raciales.
Pero, si como a mí, te pilla con el día receptivo, vas al disfrutar con esa Coixet que encandiló en Mi vida sin mí o El nombre secreto de las Palabras... Esa Coixet reina de las cosas pequeñas, donde los comentarios, la luz, la ironia y el tempo están perfectamente marcados, mostrandonos una obra conmovedora y un canto a la vida que te dejará un maravilloso sabor de boca.

Al igual que Euphoria nos desempolvaba los casposos y manidos personajes de instituto, les daba una mano de pintura moderna y actualizaba sus problemas a la altura del S XXI, BOTTOMS hace lo propio pero en clave de humor.

Pero ojo! No un humor predecible y ñoño, sino que consigue sacarnos una sonrisa cada pocos minutos, ya que trayendo el sórdido mundo de los institutos americanos a nuestros dias, lo hacen conservando sus personajes cliché, pero al contrario que Euphoria, que los reviste de un glamour y atractivo adictivo y elegante, BOTTOMS los deconstruye y reinventa, haciendo una parodia muy inteligente que te mantiene pegado a la pantalla hasta el final, a pesar de que sepas de antemano como va a acabar.

Ejemplo: los jugadores del equipo de futbol americano (elemento imprescindible) se pasan toda la pelicula vestidos con la equipación...

Recomendables las escenas en los créditos finales!!

Quizá será que estoy en una edad en que estoy perdiendo la capacidad de asombro, pero cuando veo éste tipo de series que recogen ordenadamente todos y cada uno de los clichés que el cine americano ha estado cultivando los últimos 70 años, lo que en realidad me resulta sorprendente es que aún tenga tan buenas críticas.

Cada vez tengo más claro que la mayoría de personas buscan entretenimiento sin demasiados (o ningún) quebraderos de cabeza.

En resumen, serie para ver únicamente en caso de desespero.

Cuando una serie o filme tocan el tema de los abusos sexuales, suelen hacerlo con historias dramáticas, con malos tratos severos y violencia explícita. Eso, a la mayoría de espectadores nos resulta más morboso que educativo, ya que no nos sentimos identificados con ninguno de los personajes (mayoritariamente).

En éste caso, rodeandolo hábilmente de tramas políticas y con una puesta en escena muy atractiva, el delicado y controvertido tema del consentimiento en las relaciones sexuales se toca de manera muy realista, acercandolo de manera muy acertada a situaciones que se han dado con más frecuencia de la que nos hubiera gustado en la vida real...

Y es que la serie nos presenta al padre de familia perfecto, buen marido, intachable político y atento padre, que no es que luego caiga en el topicazo del "lado oscuro" y depravado, sino que está convencido de que a la mayoría de mujeres les va el sexo salvaje, aunque no lo dejen del todo claro, y eso le va a traer bastantes dolores de cabeza...

Me ha gustado mucho lo bien construidos y convincentes que son los diferentes personajes, y las interpretaciones están a la altura.

Serie muy recomendable, que creo que debería ser de obligado visionado para entender un poco más lo arcaicas que son las actitudes de muchos hombres.

SI llevas un tiempo en el mundo laboral, sabrás que la frase "a la p.... calle" es la típica expresión del jefe déspota y despiadado que quiere que esa persona desaparezca de su vista ya. Pues bien, Logan Roy, mega empresario que dirige un macro holding con cadenas de tv, parques temáticos, cruceros, etc, és uno de ésos jefes. De hecho, repite ésa frase en repetidas ocasiones, tanto para un empleado, como a un camarero que le mancha accidentalmente, como a sus propios hijos, que le acompañan en el periplo de la dirección de su empresa, y que resultan ser tan deshumanizados como él.

Hay una crítica que compara ésta serie con las vetustas Dinastia y Falcon Crest, que hicieron las delicias de nuestros padres o abuelos, y que van básicamente de lo mismo: familias forradas de dinero y poder, con unas vidas interiores miserables.

Hasta ahí el pequeño spoiler, porque si no te van las intrigas familiares no hace falta que continues.

Y es que, como a mi sí me van esos rollos de glamour e intrigas, captó mi atención, pero más que por la trama por lo divertidos que son los personajes, con unos dialogos bastante inteligentes y dinámicos. La idea es muy buena, pero la 2a temporada flojea bastante, con unos personajes que van un tanto a salto de mata y sin demasiada coherencia. Si la hubiese dirigido David Fincher (House of Cards), habría sabido sacarle jugo a ésta combinación de intriga y poder, que nunca viene de más para pasar un buen rato. Una lástima; no obstante, la 1a temporada igual hace que te lo pases bien.