Entre tinieblas de Pedro Almodóvar, es una comedia negra que trata de una mujer que asustada por la muerte por sobredosis de su novio, se oculta en un convento de monjas. Dirigida con un ritmo premioso y lento, y al modo singular del director, es aburrida e inapetente en casi todo el film, ya que es lineal y carente de interés. Además, no tiene una trama eficazmente incitadora como otras cintas del director, con un resultado insustancial e insípido.
La fotografía, es alusiva a los bajos fondos y al convento, transportándote con imágenes llenas de detalles y estéticamente apropiadas aunque desconcertantes. La música, es melancólica y nostálgica por un lado, y confortante y tranquilizadora por otro, con sonidos melódicos e inquietantes, y otros desafortunadamente ochenteros e inapetentes. Y los planos y movimientos de cámara, usa el reconocimiento, generales y primeros planos pero notándose la mano más inexperta y novel del director.
Las actuaciones, son más bien endebles y simuladas. Con la participación de Cristina Sánchez Pascual, Julieta Serrano, Marisa Paredes, Carmen Maura, Lina Canalejas, Chus Lampreave y Cecilia Roth entre otros, sin ofrecer ninguna interpretación interesante o cómicamente efectiva. Empleando para estos, unos vestuarios y caracterizaciones sugerentes al lugar y los personajes, bien elaborados en una apropiada dirección artística.
El guion, escrito como es usual por el mismo director, es inaudito e incomprensible, además de incoherente y por tanto aburrido, con algunos toques disparatados pero lineales y repetitivos, que no gustan ni entretienen por ser ineficaces e imprecisos, marcando un punto negativo en sus guiones más reconocidos y atractivos. Y utiliza una narrativa sencilla e intrigante, algo misteriosa y sombría, pero incongruentes y nimia para el espectador.
En definitiva, la considero una cinta innecesaria y trivial en la filmografía del director, ya que aunque contiene algunos de los típicos elementos incitadores del cineasta, es bastante lineal e imprecisa, sin dejar muy claro su objetivo. No mereciendo la pena su visionado, tan solo es algo mencionable por la música, vestuarios y caracterizaciones que son de lo poco destacable de una cinta, que no merece la pena tener en cuenta entre las obras destacables del director.

Tigre y dragón de Ang Lee, es un drama romántico de acción. Dirigida con un ritmo a trompicones más preocupado por crear belleza en la acción que en la trama, tan solo cumple algunas de las muchas expectativas que tenía sobre un film con 10 nominaciones a los oscar.
El guión es interesante y original pero sin cuajar complemente en un espectador que siente estar entretenido en lugar de estar visualizando una gran obra. Una narrativa sencilla y unas actuaciones serias y convincentes serán de lo mejor de esta película.
Respetable es también la fotografía, que es evocadora y cuidada en matices, e incluso espectacular a ratos con paisajes increíbles. Al igual que los sonidos, que son intensos cuando acompañan a la lucha para crear un ambiente inquietante pero estimulante.
Los vestuarios y caracterizaciones están estéticamente trabajados para transportar al espectador. Aunque sin duda, lo que más sobra del film desde mi punto de vista, son unos efectos en las luchas que aunque tienen el cometido de dar belleza, son exagerados e innecesarios, aportando un toque de fantasía y surrealismo que descentra al público.
En conclusión, la considero una cinta interesante, un drama romántico con tintes de acción exagerados para dar estilismo, aunque lo único que consigue es manchar la definición de un film, que si hubiera trabajado más el argumento, hubiera cumplido con creces su cometido.

Cuando ruge la marabunta de Byron Haskin es un thriller de aventuras sobre el ataque a una plantación de unas hormigas. Dirigida con un ritmo dinámico y con un estilo particular, es una obra que mezcla eficazmente dos historias paralelas, por un lado la pasión de una pareja de recién casados y sus desencuentros y por el otro el ataque de la marabunta. Realizada de forma implacable tiene un resultado meramente pasable que cumple con su cometido.
La fotografía en color es sugestiva al mostrar imágenes vistosas sobre las plantaciones del lugar. La música es sugerente al tener unos sonidos inquietantes en la acción e intrigantes en el resto del film, estimulando al público con un trabajo turbador que acompaña la historia en todo momento. Los planos y movimientos de cámara completan un trabajo técnico notable a través del uso del retroceso, detalles, generales, seguimiento, reconocimiento y grúas bien elaborados. Destaca también unos efectos sobrecogedores para la época.
Las actuaciones son señaladas. Charlton Heston hila un papel remarcable de un hombre insensible y apático y Eleanor Parker despunta en su labor, siendo competentes las interpretaciones de William Conrad, Abraham Sofaer y Norma Calderon entre otros. Emplea para estos la dirección artística unos vestuarios y caracterizaciones distinguidas por un lado y evocadoras de nativos por otro, transportándote al lugar en un acertado trabajo.
El guion, escrito por Philip Yordan y Ranald MacDougall es apasionante por momentos al tener una trama sustanciosa que mantiene en constante alarma al espectador, pero que tan solo penetra en este a ratos al no crear el suficiente interés en lo que podría haber sido una cinta de mayor calibre. Este se lleva a cabo con una narrativa impoluta en la que la educación y las insidias se combinan en las peleas de pareja en una oportuna tarea.
Concluyendo, la considero una obra cumplidora y eficiente en el género, que entretiene tanto por su historia de amor como por la destrucción que provoca la marabunta pero que no apasiona ni entra dentro de las películas imprescindibles de su clase. Algo recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música y vestuarios que vuelven a Cuando ruge la marabunta, en un film ameno opero innecesario para los que busquen grandes películas históricas.

Moros y cristianos de Luis García Berlanga, es una comedia basada en una familia propietaria de una empresa de turrones, que va a Madrid con idea de publicitar su producto. Dirigida con un ritmo lánguido y premioso, y al modo propio y particular del director, es artificial e insustancial en cuando a la trama y su humor estéril y carente. Realizada de manera insípida y defectuosa, tiene un resultado trivial que no merece la pena comprobar.
La fotografía, es lumínica y competente, con imágenes sencillas y cualificadas para la trama, realizando un trabajo eficiente pero sin brillo. La música, es inexistente en todo el film. Y los movimientos de cámara y planos, son notables al usar de nuevo los planos secuencia que ya usó el director en otros films como La escopeta nacional, siendo estos largos y lentos, con gran utilización de los planos detalle, generales y acercamiento.
Las actuaciones, son endebles y discordantes, por parte de un gran elenco de caras conocidas que no conectan con el público en ningún momento. Con interpretaciones de Fernando Fernán-Gómez, Verónica Forqué, Agustín González, Chus Lampreave, José Luis López Vázquez, Andrés Pajares, María Luisa Ponte, Antonio Resines, Pedro Ruiz y Rosa María Sardá. Empleando para estos, unos vestuarios sencillos y trabajados con naturalidad.
El guion, escrito por el mismo director junto con Rafael Azcona, es en líneas generales aburrido y cargante, con toques absurdos y disparatados de un intento de humor en vano, que es redundante e ineficaz a la hora de divertir o incluso entretener al público. Utilizando diálogos que por momentos son ocurrentes y chistosos aunque sin mucha jocosidad, y desde luego no en todo el film, sino en alguna escena determinada.
En conclusión, la considero una cinta nimia y sobrante del director, la cual tan solo ameniza en ocasiones, ya que casi todo el rato es aburrida y soporífera tanto por su humor como por la trama. No recomendable para nadie, a excepción de los incondicionales del director que quieran ver todos sus films, aunque su calidad y entretenimiento sean más bien insuficientes. Y desde luego, es una película que no ofrece el alto nivel que es capaz de ofrecer el cineasta Valenciano.

Jauja de Lisandro Alonso es un drama basado en el siglo XIX sobre un hombre que junto con su hija, viaja en una expedición para tratar de encontrar una tierra legendaria. Dirigida con un ritmo plácido y con un estilo personal que no se toma prisas en exprimir la trama, es una obra singular por el modo de plasmar la historia y digna de elogio por centrarse en hacer cine y no espectáculo, atrapando con esa admirable idea a los cinéfilos más exigentes que busquen siempre algo nuevo y cautivador cuya intención sea sobrevivir notablemente en el tiempo y no hacer caja fácil.
La fotografía es grandiosa en sus imágenes evocadora a tierras no explotadas, dando belleza y luminosidad al film en un magistral trabajo que es estéticamente muy natural y confortante. La música es más bien escasa en sus sonidos melódicos y nostálgicos, en el resto del film se escuchan solo los sonidos de la naturaleza como el agua o el viento. Labor por cierto que es realizada también por el mismo actor Viggo Mortensen. Los planos y movimientos de cámara consuman un bien elaborado trabajo técnico para hipnotizar al espectador mediante el uso de los primeros planos, generales, panorámicos, reconocimiento y seguimiento lentos que sacan lo mejor de las interpretaciones y su entorno.
Las actuaciones son profundas y profesionales. Como protagonista Viggo Mortensen trabaja con gran psicología en un contundente papel, siendo notables los acompañamientos de Diego Roman, Ghita Nørby, Mariano Arce, Misael Saavedra, Adrián Fondari y Viilbjørk Malling Agger. La dirección artística emplea para estos unos vestuarios y caracterizaciones evocadores a la época y a cada personaje según su profesión en un acertado trabajo que te transporta in situ. Cabe destacar también, el montaje lineal y seguido que se toma su tiempo para exponer poca historia pero de manera intensa e ideológica.
El guion, escrito por el director junto con Fabián Casas, es profundo y penetrante en su tiempo y lentitud a la hora de plasmar la trama, como si se tratara en ciertos aspectos de una cinta del genial Tarkovski o siguiera su ejemplo, obteniendo un buen resultado que es más apto para los cinéfilos exigentes o experimentados que para el público más comercial, ya que posiblemente a este último le resulte algo lenta y espesa de comprender. Esto se lleva a cabo con una narrativa sugestiva a la procedencia de cada personaje, que muestra también las insidias y conspiradoras intenciones de algunos de los personajes en tono clásico.
Concluyendo, la considero una cinta notable que aporta algo nuevo al cine y tiene detalles de algunos films de Tarkovski en cuanto a su ritmo y profundidad de los personajes, concluyendo una obra que es más sugerida para los cinéfilos más exigentes de cine distinto que para el público más comercial. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, montaje, planos, movimientos de cámara, vestuarios y narrativa que convierten a Jauja, en un film inesperadamente recóndito para cautivar a todos aquellos que exijan al cine algo más de lo ofrecido hasta el momento.