Si alguien se ha propuesto hacer reír pariendo un bochornoso personaje que va a todas partes con un chándal, una odiosa cojonera y un repulsivo palillo en la boca, y encima ha tenido éxito durante un par de años, es para hacer una radiografía social y científica del cerebro medio de un español al azar...de los que tengan cerebro o alguna parte del mismo todavía, que hay muchos que se lo dejaron olvidado hace mucho tiempo en payasadas y excrementos repulsivos como Operación Truño, Gran Marrano o estercoleros similares.

"Mis adorables vecinos" es una gilipollez más al servicio de la estupidez colectiva, una mamarrachada más protagonizada por actores y actrices que deberían pensar seriamente en dedicarse a presentar La Teletienda, un espacio televisivo más acorde con sus aptitudes; y más subnormalidades insultantes que demuestran, una vez más, el desperdicio de dinero y de medios por parte de las productoras al que, desgraciadamente, alientan los gobiernos de turno sin ninguna exigencia ni controles de calidad.

¿Por qué no le pongo un 1? Porque, por fortuna, no duró mucho y ha servido de ejemplo para mucha gente de lo que es capaz de hacer un garrulo natural si le tocan los Euromillones. Para que no diga nadie que mi crítica es destructiva...

Hace mucho tiempo se emitió en TVE en un verano de mi infancia esta miniserie de cuatro capítulos y francamente, salvada la distancia de la edad que sitúa las cosas en su justa dimensión, "Goliat awaits" me sigue pareciendo una injustamente olvidada obra maestra pensada para la pantalla pequeña. El elenco de actores es impresionante, con un grandísimo Christopher Lee dando vida al semidios Capitán McKenzie y la aparición curiosa de Eddie Albert como el Almirante Sloan.

Varias tramas se cruzan manteniendo un suspense hasta el mismísimo final. Un océano que encierra un asombroso misterio, un lamentable suceso de la Segunda Guerra Mundial silenciado, un nuevo planteamiento sobre las clases humanas en plan Mundo Feliz, el astro rey desconocido, el mal de Palmer, los salvajes forajidos, un par de pruebas de lealtad...si no captáis todos estos guiños no desesperéis, sólo son unos pocos ingredientes del sabroso guiso de Goliath. Y mejor no dar pistas de cómo estas piezas forman un cuidado puzzle, porque en este caso los spoilers valen doble.

Para acabar, destaco que buena parte de la serie se rodó en el Queen Mary, ahora un museo-hotel en Long Beach (California). Todavía espero el día en que se decida reeditar esta joya en DVD.

Poca vergüenza le tienen que quedar a los continuadores de la saga.

Si el Episodio 7 y 8 ya rozaban el esperpento del autoplagio, en éste, el refrito es de segundos y terceros aceites, y las croquetas que salen de este mejunje de Mustafars, Encapuchados, feminismo, telequinesia del más allá, coladas del algún personaje de "Perdidos" y hasta regresos estelares para justificar la entrada al cine, esta manera de acabar la saga es la pamplinada más tenebrosa que he visto en muchos años.

Toda la película es una tomadura de pelo, toda. Háganse un favor y si quieren meterse una integral de Star Wars, empiecen por el Episodio 3 y acaben en el 6. Vuelvo a enumerar razones:

Episodio I: Por Jar Jar Binks es insoportable
Episodio II: El corpiño de la Portman es el momento álgido de la película.
Episodio VII: Starkiller, Estrella de la Muerte v.3
Episodio VIII: Leia Mary Poppins.

Cualquier episodio de Doraemon tiene más contenido que esta película. Si no le pongo un 1, es por los efectos especiales.

Este destacado episodio entronca directamente con dos de las perlas de Alfred Hitchcock, "Crimen perfecto" y "Vértigo". El cómo es posible reducir a la más absoluta lógica matemática el número de personas que en teoría estaban presentes en el lugar y momento del crimen, es una brillante demostración que recuerda a las deducciones del jefe de policía que discute con Ray Milland en "Dial D for murder". De "De entre los muertos" no mencionaré siquiera la influencia para no estropear no el episodio, sino la vida de los que no hayan visto una de las obras maestras del orondo director. Porque nunca una película se ve como la primera vez, aunque he de reconocer que en "De entre los muertos" el final consiguió sorprenderme hasta tres veces, e incluso a la segunda lo había olvidado.

Volviendo a Columbo después de este pequeño viraje por San Francisco, me pregunto muchas veces si hoy en día no queda ya bastante desfasada la imagen del detectivo desastrado yendo con un puro por todas partes. No me refiero a la pinta que hace, que es uno de los encantos de la serie, sino al maldito cigarro que tiene siempre en los labios. Columbo, te aprecio mucho, pero hoy en día, si te reencarnas en otro actor, voto porque nunca aparezcas con el puro, más que nada, porque ya la mayoría de la gente no esá dispuesta a tragarse el humo de los demás en espacios cerrados y no serías tan simpático. Nos pondríamos todos a favor del asesino, vaya, y te boicotearíamos tus continuas tocadas de huevos, en especial la que te encanta, dejar al sospechoso tranquilo y volver al segundo con tu eterno..."Se me olvidaba, señor..."

"Escenas de matrimonio" es un summun de pamplinadas, insultos, incitación a la violencia de género, estupideces machistas y feministas y un atentado contra la ya mermada inteligencia del español medio que traga bodrios como Gran Marrano u Operación Truño. No se salvan ninguna de las parejas:

- La gorda cabrona histérica revientavisas y su marido gordo gilipollas calzonazos. Digna de estudio de una mente guionista idiotizada es la escena en la que el tío se lava los dientes comiendo patatas fritas de bolsa.

- De los abuelos que se desean la muerte continuamente, mejor no hablar. ¿Esto tiene gracia? ¿España va bien?

- De la pareja joven integrada por una pija y un mantenido vago, la única que se salva de la quema general es la amiga buenorra y lasciva que aparece en bastantes escenas, y porque está muy buena. Viene a ser la Linda Harrison de "Escenas de matrimonio". Para los no iniciados, que se vean "El planeta de los simios".

Es grave que, en medio de un gravísimo problema que tienen muchas mujeres de tener a un asesino en potencia en casa, venga esta cagada diarreica a embrutecer la ya deterioradísima dignidad de nuestra sociedad. Francamente, espero que este producto apto para mononeuronales se pegue el batacazo de audiencia de una vez y sea inmediatamente retirado de la televisión. Aunque lo dudo, porque el español medio no es medio, sino mediocre.