Una película de la que, tras las dos anteriores de Philip Seymour Hoffman ("La familia Savage" y "Antes que el diablo sepa que has muerto"), esperaba mucho y que me ha decepcionado bastante. No es que sea mala, porque no lo es. No es que resulte aburrida, porque me entretuvo. Pero….

En una peli tonta, de estas que ponen en la TV el domingo por la tarde, refiriéndose a la infancia afirmaban que te pasabas la vida intentando superarla (algo con lo que no estoy de acuerdo) y decían: “Los principios son difíciles, los finales tristes y lo que importa es lo del medio”. Pues esa frase resume mi impresión de la película. El comienzo es muy bueno, pero de éste pasa casi automáticamente al desenlace. Falta un desarrollo de la historia. A los personajes, aún reconociendo las excelentes interpretaciones, sobre todo de Meryl Streep para mi la mejor de todos, les falta profundidad y matices: El cura es muy bueno pero enseguida se deja ver su falta; la monja joven cuestiona muy rápido la atención a que el anterior somete al chico negro; y la superiora se convence enseguida de que el cura es culpable. No sé, es como que han resuelto la historia sin pensarlo mucho y se han dejado muchas cosas en el camino.

El final simplón.