La espera se hizo eterna. ¡Casi 10 años tuvimos que esperar! Pero amigos, aquí tenemos otra de las nuevas perlas de Peter Jackson entre manos, artífice de la mejor adaptación de un libro de fantasía jamás hecha en la historia del cine( El Señor de los Anillos y el Retorno del Rey ).

Nos encontrábamos un amigo mío y yo agarrados como lapas a la butaca cuando, después de una secuencia de anuncios que se me hizo eterna, comenzó la película. Pálido rostro de alegría se nos quedó al volver a ver de nuevo la belleza visual de la Comarca. A su música silbar entre sus árboles y sus flores. A Gandalf y a su gran porte de nuevo apareciendo en escena. Oh dios, debo estar pareciendo el hombre más "friki" sobre la Tierra, ¡pero no me importa!

Tras casi 3 horas de una dulce experiencia audiovisual, que tantos buenos recuerdos y tensas situaciones provocaron en mi persona, tocaba analizar detenidamente la película. Peter Jackson se ha esforzado por conseguir el mejor producto para los fans, hecho que todos se lo agradecemos de corazón. El resultado ha sido una película bella, bellísima y encantadora de principio a fin. Ahora bien. Un friki como soy yo se pone en el lugar de un/a chico/a, que entra a la sala de cine a ver qué echan... Y me habré llevado una decepción y un cabreo terrible. Ya que es necesario, muy necesario conocer la obra de Tolkien y haber visto toda la saga para entender cada bello y diminuto detalle que nos deja este gran film.

Renueva aún más todos sus bellos efectos audiovisuales. El 3D es del todo prescindible, aunque en un buen cine IMAX a 60 fotogramas por segundo te dan ganas de ir y besar la pantalla. En cuanto argumento, cumple con nota la adaptación sobre el libro original, que poco difieren entre sí. El reparto de nuevo ha sido colosal. Peter Jackson es especialista en contratar a actores de segundo plano que se salen en sus películas. De nuevo, sobresaliente la elección del director.

En definitiva, pondría un 10 en cuanto a satisfacción a esta película. Pero pensando subjetivamente, el hecho de que se haya alejado más del público en general para volcarse en sus fans puede no ser del todo acertado, sobretodo a recaudación en taquilla. No deseo con ello que se comercialice ni mucho menos la saga, pero sí que adquiere dificultad de comprensión si no se han visto las anteriores. Un servidor ya está esperando con ganas a que llegue el 13 de Diciembre!

Cada minúsculo fotograma de esta película irradia belleza. Puro y auténtico placer audiovisual. Una historia de amor distinta, que se distancia de la adolescencia comercial para entrar en la dura monotonía de una honesta ama de casa que roza los cuarenta años. Una mujer que renunció a sus sueños y a sus ilusiones por formar y cuidar a una familia.

"Los puentes de Madison" nos sumerge dentro de la mente de una mujer a la que el destino ha robado la capacidad de soñar. Clint llegaría un día perdido en su todo-terreno para cambiarlo todo, para enseñar de nuevo a Francesca a sonreír, a disfrutar de estar viva y a volar de nuevo entre los recónditos rincones de la imaginación ilimitada humana. Todo esto contado con sumo cuidado, con extrema cautela y con un paso adelante en cuanto a pasión a lo largo de los minutos.

Francesca lleva una vida normal: Un marido que la quiere, dos hijos, estabilidad económica... No parece que aparentemente haya ningún problema. Esta película nos hace ver, sobretodo a los hombres, que a una mujer no se le conforma ni se la hace feliz dándole simplemente lo que necesita para no decaer.

El enamorar a alguien no se consigue una vez, se logra con el paso de los días y con el transcurso de los años, trabajando día tras día y anteponiendo sus deseos a los tuyos. Francesca tenía una buena vida, pero no fue feliz hasta que conoció a Robert. En ese mismo instante, ella misma se reconoció en el espejo tras muchos años. Al lado de él, volvió a ser una mujer libre.

En conclusión, una bella historia que nos hace replantearnos si la estabilidad y la monotonía son realmente sinónimo de felicidad. Un guión sólido y un reparto que no necesita presentación. Una de las grandes películas hechas por Eastwood.

Sátira social de una hipotética Gran Bretaña futura, en la que la violencia desmesurada por las calles está a la orden del día. Una crítica perfecta desarrollada a lo largo de poco más de 130 minutos de una película inolvidable.

Censurada durante 3 décadas en Reino Unido y en un principio catalogada como un film "X" en los Estados Unidos, "La naranja mecánica" va más allá de las brutales violaciones y de las palizas, con una selecta y elegante banda sonora de fondo en cada una. Manipulación política, corrupción policial e incluso la propia delincuencia de los poderosos bienhechores se dan cita en esta cinta.

Todo ello con un Malcom McDowell que desborda virtuosismo y carisma, en una interpretación espectacular. Guión perfectamente estructurado, con diálogos inteligentes, a la vez que simples. La aparente simplicidad argumental la hace asequible hasta a los espectadores menos perceptivos. No requiere un esfuerzo del espectador por entender ninguna situación.

¿Lo único que me ha decepcionado? Sus solo 4 nominaciones a los Premios de la Academia del año 1971, sin conseguir finalmente ninguno. Todo al fin y al cabo por las duras, cruentas y hasta repugnantes imágenes que se exhiben en una de las 10 mejores películas de la historia. Y me pregunto yo, señores: ¿No es acaso el ser humano duro, cruento y repugnante por natura? La Naranja Mecánica es sólo una recreación artística de nuestra naturaleza. Impecable y grandiosa.

El cierre de una trilogía tan mediática como El Hobbit bien merecía un balance de qué se ha logrado y qué no. La inmejorable premisa de la que partía, con el mismo director que ha tratado con una idílica épica y con mimo de fanboy a la saga original, parecía augurar un resultado, como poco, equiparable. Sin embargo, "La batalla de los cinco ejércitos" ha confirmado, por desgracia, eso que comenzó a palparse hacia la mitad de "La desolación de Smaug": Jackson se ha parodiado a sí mismo, y no para bien.

Lo que destaca de buenas a primeras es el interés del director por alargar hasta un punto inimaginable la trama de un libro de poco más de 200 páginas. Para ello se ha servido de subtramas absurdas (cierto romance interracial), de la inserción de algún que otro personaje interesante y de otros muchos no tanto; y de algunas escenas y situaciones "cómicas" que quedan por completo fuera de contexto. Y es que una película puede hacerse entretenida y divertida sin echar mano de recursos que, en un universo fantástico como este, no tienen cabida. "El Hobbit" no es una película de Marvel, como por ejemplo la saga Iron Man sin ir más lejos, en la que sí que es de recibo una cierta cantidad de situaciones cómicas y chistes absurdos. Yo, como fan de las películas (que no de los libros) basadas en la Tierra Media, no voy al cine esperando eso, no voy para toparme con que río más que aplaudo a lo largo de una película y de una trilogía que estaba llamada a rebrotar mi nostalgia por el mundo de Tolkien... Y que no lo ha conseguido.

Por otra parte, la forma en la que está rodada tampoco es la deseable. Ciertas escenas y planos, sobretodo cuando la cámara de Jackson hace esos barridos a los que nos tiene tan acostumbrados, se ven borrosas y cuesta discernir qué está ocurriendo en ellas con claridad. Pero aun con estos defectos, de nuevo el trabajo de vestuario y efectos especiales son excelentes, y como gran punto positivo hay que decir que, de las tres, es la que más rápida se hace de ver. Y eso que el argumento y el guión en general son muy flojeras, pero el público ya deseaba una película que al menos emulase por momentos la épica de antaño.

Con todo, y a pesar de que no es ni mucho menos una mala película, El Hobbit no supone más que una decepción en líneas generales. No estoy de acuerdo con la premisa de que Jackson la haya hecho sólo para sacar dinero, pero el enorme cuidado que pudimos disfrutar en El Señor de los Anillos no aparece por ningún lado. En su lugar, nos encontramos con un spin-off muy largo, que pasa con más pena que gloria, y el cual, a pesar de que entretiene lo suyo, no logra sino parodiar a una de las trilogías fantásticas más importantes de los primeros años del siglo XXI.

¡Créanme que ha sido muy de agradecer! De lo contrario, los 167 minutos que dura este bíblico sinsentido cinematográfico no tendrían una mayor justificación para su visualización. La última entrega de la exitosa (económicamente) saga del señor Bay podría definirse como un gigantesco e insípido chicle, de estos que uno puede mascar durante horas sin sentir nada. Y es que uno no siente absolutamente nada, nada viéndola. Nada contemplando los dramas personales de una familia que el hinchado brazo de Wahlberg no puede controlar. Nada viendo como las propias historias secundarias se ramifican componiendo un refrito de despropósitos. Un refrito, eso es cierto, muy simpático y muy caro.

Lo primero que llama la atención de este blockbuster tan puramente veraniego es la confección de un guión muy a la altura de las posibilidades de Michael Bay. Me explico. En primer lugar, el guionista parece haber sido reciclado de un casting de Harry Potter, y es que su única y tan acertada explicación de los diversos sinsentidos de la película siempre desemboca en el "Because of yes!". Ejemplo: ¿Cómo es que un T-Rex y un Spinosaurus, uno americano y otro africano, coincidieron amorosamente en Groenlandia? Pues... Because of yes! ¿Cómo pueden salir fuegos artificiales de la hierba y los cristales al caerse algo encima? Esto... Because of yes! ¿Cómo pudo haber sido la sala, en la que anteayer la he visto, la más abarrotada en años? La verdad es que eso sí que no es del todo "because of yes"...

Y es que, para bien o para mal, en la salud o en la enfermedad, el cine de Bay sacia a las masas, que es donde realmente un producto como este puede hacerse fuerte. Con relativa frecuencia arranca risas fáciles al espectador y, en algunos puntos, incluso parece atisbarse un tenue hilo de tensión en según qué escenas. No tiene sentido, pero gusta. Gusta por sus personajes arquetípicos y figurines, por la saturación de coches deportivos y explosiones, por la enorme variedad de problemas y enemigos sin carisma que abarrotan el celuloide. Una persona acostumbrada, como bien he dicho anteriormente, al buen cine de acción, o tan sólo al buen cine en líneas generales, es muy probable que no sienta nada más que vergüenza ajena, la cual es mejor transformar rápidamente en ironía si no se quiere martirizar por el hecho de haber pagado por verla. Más allá, no hay nada. No hay un trasfondo que justifique muchos de los acontecimientos que se narran, ni una base sobre la que poder decir sin miedo "bueno, al menos ha valido la pena". Lo único positivo ha sido el cambio de protagonista y una mayor variedad de localizaciones, enfocándose mucho en China y dando así un toque más "exótico" a la película.

"The Age of Extinction" es larga, es tediosa, es reiterativa, es ruidosa y, aún así, en según qué puntos, llega a ser entretenida, hasta "humorística" si le encuentras la gracia al "caca-culo-pedo-pis" particular del señor Bay. Claro que, para palomitas y reírte con los amigos, puede llegar a cumplir, siempre y cuando uno de ellos no sea fan de los Transformers de los 80, en cuyo caso comenzará a tener sucesivos ataques de rabia y a dar puñetazos al aire al ver el nombre del director en los créditos (lo peor es que así ha sucedido). Tal y como está en estos momentos la cartelera, gastarse dinero por verla es demasiado desperdicio.