Posiblemente tenga una de las mejores reflexiones de lo que puede llegar a ser el amor. Lo cierto es que en ningún momento sabes quienes son esos tipos a los que ves en pantalla, ni a que se dedican. Al final no te importa, te dejas llevar por el magnetismo de los McShane, los Wilkinson, los Hurt, y por supuesto, los Winstone. Unos diálogos genialmente elaborados, y deshilachados con perfección por los protagonistas. ¿Que importa lo demás? A veces, parece más una obra de teatro, a veces tiene aire de cine de gangster, pero nunca sabes a que atenerte, y eso en mi opinión es una ventaja. En algún momento de la película, se desvirtúa, se hace más densa, se pierde y tu con ella, pero nunca te parece mal, porque es un viaje, y el remero es Ray Winstone. Lo que le falte a la película que nadie lo diga, que se lo calle, es mejor dejarla así: Impura.

Es cierto, "Haywire" es un producto sobrecargado de actores de renombre, de consumo rápido y acción trepidante, repleto de tópicos manidos hasta la saciedad. Pero ¿no es así cada una de todas las películas de acción que llegan desde Hollywood? ¿Cuantas nos dejan buen sabor de boca? Ninguna o casi ninguna, por contra Haywire funciona, es divertida y no provoca esa sensación de tomadura de pelo. Técnicamente, la cámara parece una pluma en la mano de Soderbergh, las coreografías están filmadas a la perfección. Podría haber sido un tufo más sin pena y sin gloría pero si la sobrecargas de caras muy conocidas consigues que llegue a las salas. El guión. El guión es cosa aparte, simple, sencillo, pero no estúpido. ¿Quieres divertirte? Haywire, no es Heat, ni falta que le hace.

NO CUELA, reitero, este melodrama de antena 3 sobre la violencia en un intento de emular al cine de Iñarritu en esas histórias cruzadas, estudio de la violencia con las imágenes quemadas en azul o verde. Y por supuesto el factor Santaolalla, usando esa música ambiental tan del músico de las películas de Iñarritu.
Los niños yihadistas son totalmente increibles. El poblado africano situado en ningún sitio es tan falso como los supuestos malotes saca-bebés.
En general pasable, pero desde luego Oscar a la mejor película de habla no inglesa me parece una broma de mal gusto compitiendo con Biutiful o Incendies.

Con esta frase soez y socarrón doy título a una sensible crítica.
La técnica, animar pequeños cuadros dando lugar a bellas imágenes envolventes. Un diminuto museo que pasea por tí.
El argumento, simple, sencillo, poético y bello. Bello por su simpleza, por su desinterés en la fábula y la moraleja. Tan sólo es un: ah vale, que era por eso. Pero que bello.
Cuando a uno que le gusta considerarse un hombre se le erizan los pelos del brazo, viendo este cortometraje, uno necesita hacer algo para compensar, como rascarse los huevos, escupir, etc...

Sobra decir que Eastwood para mi es como un padre... mi padre en el cine.
Así que cuando he visto esta cosa llamada "blau-blau ¡que hay fantasmas eh! 2 horas después" lo primero que he pensado ha sido aquella célebre frase de “El milagro de P.Tinto”: No ti quiero!
¿Quien tiene la culpa de crear tantas expectativas ante una película filmada por Eastwood y pagada por Spielberg? Creo que todos somos culpables, y ellos son culpables.
La cosa esta, al margen de ser facilona, simple, previsible e intranscendental, es un conglomerado de tópicos a cada cual más típico (Caspita! que juego de palabras más original me ha salido).
Hay tramas que parecen no ser resueltas, no voy a entrar en detalles, todos sabemos de que hablo. Y en fin, que no, que no y no. Que ya no te quiero. Vaya petardo, señor mío.
Esto va a los patéticos que hablan de obra maestra:¡Bu!, iros a zurrir mierdas con un látigo, no tenéis ni idea, los conocimientos básicos para pasar el día.
En fin, que no tengo ni ganas de hacer una crítica en condiciones, estoy demasiado decepcionado y triste. Sí, es una pataleta, pero con razón.
Es que ni los efectos especiales, que a mi me importan un pito, estás chocho, ¿me oyes?, ¡chocho!