Isabel Coixet adapta la historia de Philip Roth y la transforma y la simplifica hasta llevarla a su terreno. Y al igual que en todas sus películas, llega un momento donde nuestro cuerpo se retuerce y demuestra que de nuevo nos ha llegado a lo más profundo de nuestras emociones.
Con unos formidables Penélope Cruz (abstenerse los detractores de su talento en alza, no vaya a ser que cambien de opinión) y Ben Kingsley, acompañados por unos imprescindibles secundarios (Dennis Hopper, Patricia Clarkson o Deborah Harry) que aportan respuestas a la pregunta ¿podemos ver más allá de la belleza física? Pe lo pone difícil, pero todo es posible.