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Críticas de ArturoGMaiso
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Críticas 108
Críticas ordenadas por utilidad
6
22 de junio de 2012
17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
El pasado viernes se estrenó en España la película canadiense Profesor Lazhar, ganadora de diversos premios internacionales.

La influencia de películas francesas de temática educativa como Hoy empieza todo o La clase se deja notar. De ellas coge ese punto de vista distante que permite al espectador reflexionar sobre lo que está ocurriendo con una mayor perspectiva. Sin embargo, es esta una película menos documental, y finalmente mucho mas emocional.

Su pretensión de alejarse del sentimentalismo la ha llevado quizá a distanciarse demasiado de los hechos.

Por tanto, tenemos ante nosotros una película de contrastes, donde el distanciamiento, incluso la frialdad en ciertos momentos, se entremezclan con la emotividad. Donde las situaciones, todas ellas reconocibles, y rodadas con realismo, sin excesos o artificios, se nos antojan a la vez ajenas.

El protagonista, interpretado por Mohamed Fellag, es una buena muestra de ello. Se trata de un personaje entrañable, al que queremos querer pero con el que terminamos por no sentirnos totalmente implicados.

Lo más interesante del film son las preguntas que se plantea. ¿Es correcto el camino que ha tomado el sistema educativo occidental, que no permite la implicación del profesorado en la formación completa del alumno? En los países desarrollados, el profesor es un mero instrumento de transmisión de conocimientos. Se anula su iniciativa para inculcar algo más allá de la mera información.

El aspecto personal no se toca. Se opta por enseñar y no por educar, se elige el protocolo antes que la humanidad. Con esto se evitan miedos comprensibles como son que un desconocido introduzca valores o hable de sentimientos a nuestros hijos. Sin embargo, ¿no debería ser la influencia del profesorado indispensable en el desarrollo de los niños? ¿Pueden los padres solos ocuparse de semejante tarea? ¿No es enriquecedor que los chavales tengan diversos puntos de vista? De hecho, si el profesorado no tiene una actitud receptiva y cercana, ¿no estás mandando ya un mensaje educativo a los alumnos?

El miedo, una vez más, nos hace estructurar las relaciones de forma más impersonal y deshumanizada. ¿Merece la pena el precio?

El director, Phillippe Falardeau, mantiene una cierta objetividad durante una gran parte del metraje, como queriendo no influir demasiado en la respuesta a todas estas cuestiones. Sin embargo, hacia el final toma partido, y la implicación del film aumenta.

Parte del guión se ha extraído de una obra de teatro, y el resultado, aún siendo sumamente interesante, puede aburrir a más de uno por su ritmo pausado, y su trama asentada en la reflexión y la psicología.
ArturoGMaiso
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4
22 de junio de 2012
24 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me sentí atraído por esta desconocida película (“We need to talk about Kevin” es su título original) al ver que estaba situada en la lista de las mejores películas de 2011 por algunos críticos muy influyentes. A esta excelente carta de presentación se suman los numerosos premios internacionales que ha recibido.

Nada más comenzar el relato te sientes atrapado en una historia caótica con multitud de saltos en el tiempo que se solapan entre sí. La sensación que despiertan estos primeros minutos es de confusión, pero también de interés. ¿Qué es lo que pasa? ¿Qué está ocurriendo?

Poco a poco, nos vamos acostumbrando a ese lenguaje tan peculiar que utiliza la película, y es entonces, cuando comenzamos a ver más allá de la forma, cuando por fin divisamos el contenido. Y debo decir, que éste, tiene planteamientos bastante discutibles, los cuales son llevados más allá conforme el film avanza, sintiéndome así cada vez más incómodo.

Es esta una película que gira gran parte de ella alrededor de la tormentosa relación de una madre con su hijo. Su planteamiento es muy introspectivo, con un análisis psicológico profundo. Y en este contexto, no puedo aceptar que el niño se muestre como un ser frío y totalmente malvado desde sus primeros días de vida. No puedo creerme a alguien que no tenga un instante de humanidad, un momento de debilidad, no puedo concebir a un niño de apenas cinco años que realice cada uno de sus actos movido por un odio irracional.

Como tampoco puedo pensar en un padre tan inepto como para no ver que en su casa ha nacido el mismísimo “anticristo” (metafóricamente hablando), un niño que daría miedo al mismísimo chico de “La profecía”.

La madre, excelentemente interpretada por Tilda Swinton (una muy buena actriz con poca suerte a la hora de elegir sus trabajos), termina irritando sobremanera por su pasividad ante lo que ocurre.

¿Cómo hablar de temas como el amor, el odio y la culpa con unos personajes tan desdibujados?

Es innegable la fuerza de algunas escenas, su originalidad en la forma de narrar, y el sentimiento de agobio y malestar que consigue provocar de manera consciente en el espectador. Sin embargo, veo aquí una película de corte psicológico que naufraga en su faceta principal, lo que hace que todo el barco se hunda con ella.
ArturoGMaiso
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5
19 de octubre de 2012
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
God Bless America es la crítica de Bobcat Goldthwait (escribe y dirige) a una sociedad enferma que nos hace enfermar. Nos convierte en individuos vacíos, superficiales, amorales y repugnantes.

No tenemos escapatoria a una cultura mediática que se sirve del odio y el ridículo. La basura que escupe la televisión es reproducida posteriormente por las personas que hay a nuestro alrededor, por la red, la radio, la prensa... Los comportamientos de los celebrities, irrespetuosos y egoístas, son imitados por los niños. Las nuevas tecnologías han contribuido a deshumanizarnos, nos mantienen distraídos ante semejante esperpento. Un esperpento que ya es parte de nuestra vida.

Entonces el protagonista (correctamente interpretado por Joel Murray) se plantea: ¿por qué tener una civilización si ya no estamos interesados en ser civilizados? Y toma una de esas decisiones que pueden tomarse en el cine, pero no fuera de él: matar a aquellas personas que hagan de este mundo un lugar peor.

De esta manera, en clave de sátira y grandes dosis de violencia y humor negro, arranca una película que podría haber sido mucho más.

Es discutible un discurso que postula que la gente ya no está interesada en la verdad, pues el escándalo y la sal gorda lo ocupan todo, para a continuación tomar el arma de la polémica para hacer funcionar la narración. Así como es discutible la lucha contra la inmoralidad a través del asesinato.

Y es ahí donde películas como Asesinos Natos (de la que bebe en muchas ocasiones. También lo hace de Taxi Driver, Bonnie and Clyde, o León el profesional) la supera. Oliver Stone no presentó a sus personajes como unos cruzados en busca de la paz y la moralidad, sino como simples víctimas, productos egoístas y caprichosos de una sociedad decadente.

Ambos films apuestan por la provocación, pero sólo uno de ellos lo hace con todo y hasta las últimas consecuencias, arriesgando y no quedándose a medias. Ese film, definitivamente, no es God Bless America. Da la impresión de que le dé miedo ser excesivamente incómoda o inmoral, y en última instancia se advierte como un producto demasiado influido por esa sociedad. ¿Por qué el protagonista disfruta sin remordimientos asesinando gentuza, pero rechaza y considera inadmisible la atracción sexual que tiene hacia su compañera de aventuras?

La sensación de ser un proyecto rompedor se frustra con demasiadas convencionalidades y miedos.

Dicho lo cual, no puedo dejar de resaltar que tiene momentos realmente buenos, y considerables dosis de diversión.

http://www.elcineenlasombra.com/
ArturoGMaiso
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6
22 de junio de 2012
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
One Day parece postular que la vida está compuesta por un puñado de momentos, y son estos los que la definen. El resto del tiempo no es más que el nexo de unión entre ellos, un simple discurrir que nos conduce tarde o temprano a otro acontecimiento que nos marca, para bien o para mal.

Y así es como está concebido el film, como un conjunto de escenas separadas en el tiempo que describen la vida de una persona, dos en este caso, interpretadas de manera notable por Anne Hathaway y Jim Sturgess. Para mi gusto, un poco mejor ella, aunque lo realmente bueno aquí es la química entre ambos.

Correctamente dirigida por Lone Scherfig, directora danesa de prestigio. Sus películas son contenidas y elegantes, aunque en mi opinión todavía no ha logrado hacer una película redonda. Tanto Italiano para principiantes, como Wilbur se quiere suicidar y An Education contienen detalles muy interesantes, pero se quedan a medio camino, mermadas por la ausencia de alicientes.

Es esta su obra más comercial. La originalidad de la historia, al igual que pasaba con An Education, es prácticamente nula, y la manera de narrarla en este caso tampoco contiene un elemento diferenciador claro.

Sin embargo, One Day juega sus bazas, que básicamente se basan en los sentimientos que mueve una historia manida pero efectiva. El terreno del melodrama no anda lejos, pero Scherfig contiene las emociones lo suficiente como para no sentirnos empujados al llanto fácil.

El guión lo firma David Nicholls, autor también de la novela en la que está basada el film. Su experiencia en este campo no es muy amplia, y eso se nota en varias ocasiones a lo largo del metraje.

En resumen, One Day es lo que es y no se esconde. Es una película enmarcada en el género romance, cuya trama está salpicada por toques de comedia, pero cuyo tono general se acerca más al drama. Bien rodada, bien interpretada, pero mil veces vista.
ArturoGMaiso
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8
16 de julio de 2012
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
2010. Imcine, el organismo público mexicano encargado de fomentar la producción y promoción del cine en este país, realiza una convocatoria por la cual apoya económicamente la realización de películas que sirvan para conmemorar el bicentenario de la independencia de México.

El infierno es una de estos filmes. Sin embargo, hay algo diferente en él, algo osado y atrevido, algo que puede interpretarse como un desafío, y podemos observarlo nada más contemplar su cartel. En él aparece un letrero con el logo oficial de las fiestas del Bicentenario. Justo debajo, grafiteado, tres palabras: “Nada que celebrar”.

Y es que El infierno es una película extremadamente crítica con la situación del país. Es más, El infierno lleva su crítica hasta donde nadie lo había hecho antes aquí. Vemos en una escena la oficina de un agente de policía encargado de resolver el asesinato de un federal. En la pared la fotografía de Felipe Calderón, actual presidente de México. Se escucha la siguiente frase: “la política de nuestro Sr. Presidente es convertir a México es un país de soplones”.

Por todo ello, muchos fueron los problemas que tuvo la película para ser estrenada. Sin embargo, medidas como la calificación “solo para adultos” no pudo frenar un estreno que había levantado una gran espectación, y sus ingresos en taquilla no fueron desdeñables.

No fue la primera vez que su director, Luis Estada, se enfrentaba al intento de censura. Apenas once años antes, el propio Imcine había tratado de frenar el estreno de La ley de Herodes, realizando en un festival de cine un desplante tan obvio y torpe que acabó con la censura estatal a los filmes que denunciaban la corrupción del poder.

Pero las voces críticas que se elevaron contra El Infierno no sólo provenían del gobierno. Muchos eran los ciudadanos que la acusaban de sembrar el miedo en época de celebraciones, así como de ser demasiado amarillista. La llamaron hipócrita por atacar al gobierno cuando aceptó su financiación. Luis Estrada respondió lo siguiente:

“Creo es que justamente parte de esta tutela educativa es que nunca nos explicaron bien los matices semánticos que hay entre Gobierno y Estado. Y creo que, efectivamente, la respuesta sería que el gobierno no me dio dinero, el gobierno no me lo dio, me lo dio el Estado mexicano que tiene la obligación de oírnos a todos, a los que estamos a favor y a los que estamos en contra, porque creo que de alguna manera a veces tenemos la percepción de esta visión patrimonialista que los que están en el gobierno son los dueños de la patria y le tengo una muy mala noticia a la persona que me puso la pregunta, este no es dinero del gobierno, es dinero de ella, y tuyo, tuyo, tuyo, de todos ustedes, con el que se hizo la película.”

Pero, ¿y cómo película?

Como película El infierno es una auténtica maravilla, una de las comedias más negras que jamás se han hecho, con un ritmo elevadísimo y unos personajes muy cuidados. Muy recomendable.
ArturoGMaiso
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