No puedo entender cómo esta película ha sido nominada a tantos premios e incluso estuvo a punto de alzarse con el Oscar a Mejor Película, a no ser que tengamos en cuenta la afición desmesurada de los americanos por regodearse en sus propias historias y batallitas más o menos contemporáneas.
En resumen, es muy aburrida y decepcionante. Con un guión que se cree más inteligente de lo que verdaderamente es, una guion que quiere dárselas de sorprendente y se queda en el quiero y no puedo, giros bastante predecibles, personajes que interesan poco o nada y unos papeles que, a mi parecer, no "pegan" con los actores: por ejemplo, a Amy Adams no la veo para nada de "mujer fatal", es un rol que la queda grande. La que sí merece todo mi aplauso es Jennifer Lawrence, en mi opinión lo único salvable de la película. Esta chica parece qe es capaz de representar cualquier personaje y además dotarle de dignidad.

Tremenda y dramática historia que deja descompuesto al espectador pero vale la pena verla, fue una de las películas nominadas a los Oscar del pasado año y muy merecidamente. Sin grandes alardes ni pretensiones muestra como pocas la descomposición en barrena de una pareja, esta vez por motivos trágicos, a través de la confontación del pasado y el presente (en esto recuerda algo a “Blue Valentine”): dos personas normales (él músico, ella tatuadora profesional) que se enamoran apasionadamente y de repente ven cómo toda su vida, convivencia, principios y estabilidad se hunden cuando su pequeña hija cae enferma. Huye además del sentimentalismo fácil en la que podría haber recurrido, siguiendo el ejemplo de los telefilms familiares.
A destacar una banda sonora excelente.

Un tanto exploit de “Black Mirror” pero preciosa historia, además de profundamente perturbadora, ya que hace plantearse muchas cosas.
La actuación de Joaquin Phoenix es casi perfecta, dado que es muy difícil interpretar en muchas secuencias sólo con sus gestos y miradas, sin hablar, o hablando sólo con una máquina, y lo consigue. Y mención especial para la voz de Scarlett Johanson, de la cual te enamoras absolutamente sin necesidad de verla... entiendes por completo al protagonista, su tristeza y su necesidad de compañía. Ya desde el mismo cartel de la película, su mirada, mezcla de desesperación y nostalgia, te traspasa.

Ésta es una historia construida sobre lo que no se dice, sobre lo que se calla o se esconde: la culpa que se arrastra y se hereda (creencias judeocristianas mediante o no), las infidelidades ocultas, las casas que quedan vacías y siguen guardando vidas y secretos, cartas con los remites en blanco, las palabras que pudimos pronunciar y no dijimos, los caminos que no elegimos y las situaciones que no propiciamos, las relaciones no normativas de las que los fanáticos extraen más culpa...

Emociona y sobrecoge por momentos, aunque quizá se alarga demasiado en esa primera parte con la historia de amor de la pareja protagonista y no incide demasiado en las consecuencias derivadas de la segunda mitad, cuando aparecen todos esos temas antes mencionados y mucho más interesantes: la culpa, el silencio, los secretos, etc.

"A GHOST STORY" es extraordinariamente fiel al espíritu de la historia original de Virginia Woolf, "Una casa encantada", a la que rinde un bonito homenaje. Aunque el argumento haya sido versionado con libertad, ambas historias hablan de lo mismo. Tanto en el cuento como en la película la importancia de los silencios y los susurros, de los cambios de luz sobre los actos cotidianos, de los planos estáticos, la poesía de las imágenes y el ritmo pausado se impone a cualquier conversación en voz alta y cualquier amago de acción. Aquí lo que nos conmueve es la tristísima soledad de unos fantasmas que ya no pueden cambiar nada y a los que sólo les queda aguardar a que lleguen por fin aquellos a quienes siguen esperando. Inmóviles y perdidos, enfermos de nostalgia, tan cerca de nosotros en esas casas que habitan en silencio mientras sujetan su rabia y su desconsuelo ante la invasión de desconocidos. La pena que transmiten desde el interior de sus sábanas es tan viva como el amor que un día sintieron, tan real como los recuerdos que todas las paredes esconden. Porque, en el fondo, toda historia de fantasmas es siempre una historia de amor.