En los profundos recovecos del alma suenan los tambores terroríficos, en el silencio se tejen tormentos, lluvias torrenciales. La oscuridad empaña la luz y la confusión se asemeja al delirio. La voz de un joven se entorpece y la mirada de un niño se maldice. Toda pureza olvidada vuelve a recomenzar a través del "maldito" que quiere negarla.

Película que cierra por donde la mires. No solo es una bella (y compleja) historia sino que es admirable la unidad, pictórica y fílmica, cual permite compenetrarse y viajar al camino de la comprensión de este protagonismo llevado a cabo por el "facha" Tom Cruise. Un ejemplo más de un filme que debe ser visto varias veces para apreciar su abarcativa sinopsis. Buenísima.

Realmente Darín se pasa en esta película, y el contraste visual que genera con esa bomba de mujer resulta un tanto atractivo y excitante. La idea de convertir una vida en la parodia de sí mismo no solo es gracioso sino que habla también de la sabiduría al enfrentarse con los propios problemas. A veces, encontrando la manera, lo que te afecta como persona puede llegar a pasar a tu favor.

Cual película francesa, abunda el proceso lento y el silencio. Una película en la cual, como muchas otras, el discurso pasa por la zona meta-histórica, solo las imágenes y las cadencias expresan y hacen a la médula de lo que se dice. Recomendable para el que es paciente y observador.

Big fish expresa claramente dos atributos "Tim Burton": Color y fantasía. Sorprendente para un niño y atractiva para un joven nos hace creer que el amor puede ser indisociable de increíbles aventuras y eventos mágicos. Los adultos pueden llegar a entender que lo pintoresco a veces pelea contra el vacío de la rutina diaria.