Acabo de ver la película y... 'medio' que me decepcionó. No es ni una cosa ni la otra. Ni documental ni obra de arte.
La pude llevar adelante como se puede hacer si estuviera viendo National Geographic o una de Animal Planet, pero casi (o medio) aburridita.
Y digo casi (o medio) porque algo tiene de atrapante: estrictamente lo histórico, el hecho Épico que vivimos los argentinos. Y la tranquilizadora sensación de contemplar a ese otro puñado de primates; que ya no son personas invitadas a un almuerzo, sentadas a una mesa(za), sino gorilas apoltronados en su banquillo a la vera de una jaula...
El Animal Planet!
Pero de arte, nada de nada. O poco y nada. O, para ser piadoso, medio de nada.
Es como un caramelo Media Hora: no sabés si estás comiendo una golosina o un medicamento.
Qué tarde conocimos la heroína!

La cinta es todo un spoiler en sí misma. Todo lo que va a pasar ya lo sabés, a tal punto que presentís con tristeza lo que va a pasar a los 10 minutos de empezada, a los 40 y hasta el final. Un final tan poco creíble que te deja lleno de insipidez, porque al menos esperabas que algún golpe de timón tardío la salvara con algo que hiciese que valiera la pena haberla visto. Matthias Schoenaerts no es precisamente el indicado para protagonizar la historia. Sólo se valoró su 'fisic' de presidiario enojón y rudo, incapaz de un sentimiento. Ahí sí, se puede remarcar un 'acierto': este muchacho no puede mostrar emociones porque, como actor, es soso e inexpresivo, porque no sabe. Pero no es el inexpresivo, tipo Mads Mikkelsen, que con su cara de nada te transmite el honor y la gloria de ser un actorazo, hasta hacerte transpirar de pasión.
Los escenarios de las primeras tomas te hacen pensar que vas a ver algo bello. La naturaleza, muy bien filmada, eso sí, genera un recogimiento que te bien predispone a sentarte cómodo en la butaca y disfrutar. Y, luego... nada. Nada de nada, excepto obviedades.
Con dos excepciones: Bruce Dern, quien dignifica de actuación a su personaje, personaje digno de mejor guión y diálogos, que lo dejan a mitad de camino y lo limitan a lo poco creíble. Demasiado actor! Es tan bueno en su oficio que termina sobrando al personaje. Es tan bueno que deja de ser bueno por desperdicio.
Pero si sacamos de la apreciación a Dern y lo excluimos del film, lo mejor de la cinta, son los caballos 'haciendo' de caballos. Tan bellos que son esos animales, pero!, por más que se esfuercen, ni ellos salvan esta historia insípida. Tampoco se les puede pedir eso!