La película pasa de ser la introducción de la serie "Dragones y Mazmorras" al conocido juego de mesa "Quién es Quién".

Y es que en ciertos momentos más que una película parece un juego de rol, en el que cada personaje tiene un papel asociado que le permite hacer uso de ciertos poderes. Todo se desarrolla en el submundo compuesto por la urbanización y girando alrededor de la piscina, y quizás debido a esto y a lo sombrío de la fotografía se puede hacer un poco claustrofófica (la ambientación no es lo mejor de la película).

A pesar de ello se trata de una fábula deliciosamente contada, un precioso cuento infantil, al que se le ha sacado el máximo provecho posible, dado que el argumento no me parece muy cinematográfico.

Como fábula que es aparecen seres fantásticos. La Joven del Agua, una Narf, es uno de ellos, una criatura del Mundo Azul (*). Los seres malvados según mi parecer están demasiado basados en la realidad (son perros con grandes colmillos y simios, pero cubiertos de hierba).

Es una película extraña. Este tipo de películas pueden rozar el surrealismo o acercarse peligrosamente a la ridiculez, pero ésta no llega a caer al abismo de lo último. (**)

Lo que no casa bien es la credulidad de todos los personajes, que no puede explicarse sólo por una necesidad imperiosa de volver a ser niños (***), sino que hace falta recurrir al argumento de que todos son personas escogidas para participar en un plan superior a los designios mundanos.

Película muy cruda, que retrata la jerarquía de la sociedad andaluza antigua. Es fácil indignarse visionando la película al comprobar las diferencias sociales existentes, y el servilismo de los pobres hacia los señoritos es vomitivo.
Los señoritos son aborrecibles. Más aún que los prepotentes lo son los que van de buenos sin serlo (*), por su gran cinismo. En ellos se observa una gran degradación de los valores humanos. En su medio se mueven como si fueran semi-dioses.
Los actores hacen unos papeles sublimes (Alfredo Landa, Terele Pávez, Paco Rabal, ...).

No iba muy mal, pero el final no me ha terminado de convencer, acostumbrado como estoy a los finales felices (que a películas de esta tipología creo que es lo mínimo que se le puede pedir). Lo contrario es marcarse un lujo al que pienso no tiene derecho. El director parece que se ha salvado por la campana, de la hecatombe a la que se dirigía. El final de la película filmada como parte de la historia no es mucho peor que el de la película per se.
Buen papel el de Fernando Tejero, haciendo del estereotipado papel de la mariquita acompañante de la folclórica. También hace un papel muy digno Nathalie Poza, sobresaliendo cuando saca un temperamente que yo no le atribuía (pero eso es lo que caracteriza a un buen actor, que sea capaz de hacernos creer lo que no es).
El principal problema de la película parece ser la indefinición entre comedia y drama. Pienso que como drama hubiera estado mucho mejor.

Aunque se podrían destacar los valores positivos de la película (acción trepidante, ternura del simio gigante, lo mucho que transmite la protagonista, ...) me parece más interesante y divertido resaltar los excesos de la misma:

-Tiempo. Es muy larga, pero a mí no se me hizo pesada en absoluto

-¿Cómo se pueden matar los pequeños bichos que atacaban a los personajes con metralletas sin que éstos reciban ni una sóla bala?

-Los matrucones que se lleva la protagonista siendo transportada por el mono en el puño no dejan la más mínima huella en ella, por increíble que parezca

Esta película de Roberto Benigni es anterior a su obra maestra, La Vida es Bella. En ella se encuentra la esencia de ésta última (*).

Pero la historia es pésima. Se monta una comedia en base a una serie de asesinatos en cadena (algo de un poco de mal gusto).

Como han dicho otros usuarios el humor es primo hermano del de las películas de Pajares y Esteso (pero con la diferencia de que Benigni sí es gracioso). Aún así tiene algunos gags muy buenos (**).