La película sigue la misma estructura que la primera, con alguna que otra sorpresa. Eso sí, pierde magia. Y no lo digo en el sentido metafórico, también en el sentido literal. En esta secuela hay menos trucos, menos magia, más incredibilidad y un peor guión, realmente. Aun así, la película atrapa, sabe llevarte por caminos desconocidos y, en ocasiones, puede llegarte a sorprender, aunque no tanto como la primera.
Daniel Radcliffe, desgraciadamente, no es un gran actor (y mira que soy fan de Harry Potter), pero aun así, solventa bien su papel aunque no creo que haya sido el más acertado. (explicación en spoiler).
Mirad primero la primera parte, que fue bastante buena, y si te quedaste con ganas de más, ¡dale caña a la secuela!

Nunca he sido fan de los sustos. Hasta se podría decir que los odiaba e incluso he llegado a no ir a ver películas de acción porque en el tráiler salía algún pequeño susto. Tenía "sustofobia".
No sé qué me llevó a ver este film. Un amigo me insistió y acabé cayendo en la trampa. En circunstancias normales no hubiera ido, pero fui. Y, amigo mío, gracias.
Qué peliculón. Pero qué obra de arte, amigos. IT no es una película de terror al uso, es una película especial. Introduce lentamente a sus personajes entrelazándolos pero uno a uno, dándoles profundidad y con pequeñas apariciones del payaso antes de pasar a la verdadera acción. Cuando empieza el meollo conoces a todos los personajes a la perfección, y eso no es habitual en una película donde los protagonistas son 7 niños.
El guion es bueno y la adaptación de la maravillosa novela (que me compré al día siguiente de ver la película y ya he terminado a pesar de sus 1500 páginas) también. Funciona el hecho de contarte primero la historia de los pequeños y en la secuela contarte todo lo demás. Es buena idea.
Bill Skarsgård, eres muy grande, tío. Tienes una cara loco que no te la aguantas, y si se te pinta como un payaso asesino das el pego fenomenalmente. Tu hermano Floki (Vikings) debe estar orgulloso.
Como punto negativo, podría hablar de su exceso de susto (al que me acostumbré y he acabado superando mi sustofobia) ya que, al no ser una película de terror normal, podría haber usado menos ese recurso taaaan usado por todas las películas de miedo actuales y usar otras cosillas más terroríficas psicológicamente hablando, como planos muy cortos de la sonrisa del payaso, por ejemplo.
Una maravilla, señores. Por no hablar del mensaje que transmite, que es bárbaramente demoledor y bonito a la vez. Qué historia tan bien contada. Qué ganas de la secuela. Qué ganas de Pennywise.