Aunque más bien poco elocuente, esta película refleja las fases del caos, soledad, evasión y búsqueda de respuestas del desorden post-traumático tras una pérdida sentimental, ya sea por ruptura amorosa o muerte.

Por un lado se nos presenta el duelo de la protagonista por la muerte natural, aunque repentina, de su hermano gemelo, con el vínculo de sangre y empatía que mantenían. Se evade con una profesión frívola pero entretenida, se cuestiona su propia identidad imaginándose por un momento qué se sentiría en los zapatos de otra persona, sus sentidos están extra-vigilantes a señales que confirmen una profunda convicción que su razón niega, viviendo en una dicotomía, siente interés por cuestiones existenciales, metafísicas… y cómo no, la soledad le hace caer en garras de un acosador que la hace sentir atendida e importante para la vida de alguien. Lo que ignora es que el acosador no dedica toda esa atencion por amor al arte, necesita de alguien en la cuerda floja moral para aprovecharse de ella, de sus temores, necesidades, su vulnerabilidad, su fácil manipulación, y sobretodo, su presencia en la vida de su amante, como coartada para exculparse de un asesinato que quiere cometer… (sigo en spoiler)

Me gustaba la intención inicial de la serie de concienciar de las consecuencias de nuestros actos, por inocentes que sean, porque uno sumado a otro puede suponer el hundimiento emocional de alguien. Solo espero que la gente perciba la ligera romantización y excesivo victimismo que yo sí detecto de la historia, dando motivos exagerados para la decisión de Hannah, una decisión unida con la de la grabación de su vendetta en foma de cintas con alto contenido en maltrato mental hacia el oyente, quizás buscando con su suicidio controlar los sentimientos de toda esta gente alrededor, quizás viendo esa opción como la única manera de generar empatía o de castigar a todos. Pero hay consecuencias (o deberían haberlas para cada delito contra la integridad moral y física) y no debería mostrarse el suicidio como la vía más efectiva de buscarlas, sino denunciando la situación a las autoridades competentes, denunciarlo públicamente, hablar con los padres, etc. Se podría dar otro precioso ejemplo de cómo lidiar con estas cosas que no este.

Pero querida Hannah, autores y guionistas, la vida real supera a la ficción, es mucho más cruel y con mucho menos calor humano, con fobia generalizada al pobre o al fisicamente no agraciado (atributos que Hannah afortunadamente no posee) lleno de narcisistas interesados en dominar y controlar a los demás, siendo el culpable la propia pareja, padres y familia incluida, a veces uno solo se puede fiar de sí mismo, estamos en una sociedad del fast-love, de las relaciones de usar y tirar, de vivir el momento sin ser consecuente, de venderse en perfiles para que alguien seleccione por catálogo, del stalking, de la difamación constante, del postureo y la egolatría capaz de pisar cabezas... y uno deberia estar protegido y preparado mental y físicamente para evitar todas las crueldades que te pueden pasar hoy en dia con una facilidad pasmosa; y no llegar a los extremos insanos de victimizarse ni exponerse a ellos.

Todo lo que pasa en ese pueblecito donde se hacen jugarretas piadosas y algunas más inocentes que otras, que se perdonan sabiendo de qué pie cojea cada cual, donde se sabe quiénes son las víctimas y las buenas personas y quiénes los villanos o con intereses de dominación... no es nada para lo que le puede ocurrir a diario a una persona en una gran ciudad; una carrera de obstáculos diaria intentando evitar caer en competiciones ajenas en las que te quieren comparar, rivalizar, suscitar envidias, buscar tu reverencia, cuando no sacan lo que quieren de tí te difaman en lo más doloroso de tu contexto social, o bien te aplican cold-shoulder, gaslighting, niegan tu percepción por sistema, tus sentimientos, te intentan confundir, te hacen chantaje emocional para que les ayudes en contra de tus intereses, para que dejes tu vida de lado por ellos, para controlarte, te quieren ver hundido, buscan hacerte sentir solo y nada mejor que ignorarte deliberadamente en medio de la multitud para sentirte más solo y abandonado que si vivieras solo en la montaña por elección. Quieren robarte tu físico, porque lo envidian, quieren robarte tu juventud, tu alma, tu felicidad innata, tu encanto, porque carecen de ello. Y tienes que vivir con gente psicópata, a diario, y a veces organizados en grupo para ir hundiendo a individuos uno por uno, capaces de hacer daño físico, destruir tu reputación y tu mente y aun así no tener ganas de quitarte la vida, ni de castigar, sino de seguir luchando.
Si uno no se adelanta al efecto del karma, este hará que veas a tu enemigo caer desde tu ventana. Vivir bien es la mejor venganza. Nada como entender quién es esa gente y qué quiere como para verlos venir y no gastar ni medio pensamiento en ellos. Nada como abrazar y fortalecer tus vulnerabilidades y tu derecho a sentir, a reír y ser buena persona, con la conciencia tranquila, capaz de disfrutar y de amar genuinamente, avanzar y de hacer planes de futuro, para desmontar esa gente y sus actos. Ellos tendrán el poder que tú les des en forma de atención, porque suelen ser attention-whores y machos alfa, buscar ser el alma de la fiesta, darse toda la importancia del mundo, así que entiende lo que pasa, ignóralos, evítalos, sácalos de tu vida. Si te dejas llevar por los sentimientos que buscan hacerte sentir, tú pierdes y ellos ganan. Así que el suicidio solo es una manera de darles la victoria a los verdaderos villanos y de acabar con tu capacidad de seguir tomando decisiones, avanzar hacia el futuro, evolucionar, triunfar y de disfrutar y amar lejos de ellos; eso es lo que mereces y esa sí es la mejor venganza.
Sigo en spoiler sin spoilear:

Si me hubiesen dicho que esta película es de los años 2000 me lo hubiese creído. No aporta ninguna comprensión psicológica o sociológica actual en retrospectiva, y se ha avanzado mucho, para evitar volver a caer en ese refrito de viejos clichés de mujer con alguna enfermedad o patología, a lo Ana Karenina, donde se romantizan las enfermedades mentales o todo revés cotidiano se presenta como una tragedia griega, que convierten al personaje en un alma en pena, en una marginada social, en una mujer incompleta, de mirada vacía. Y me vienen a la mente unas cuantas películas con ese mismo perfil de mujer que solo vive desgracias y desenlaces agridulces, unas físicas, otras sentimentales y las vive en un estado de drama e indefensión aprendida, haciendo la actriz incapié en esa martirización y victimismo con su interpretación, con gestos muy típicos y manidos, sumado a una siempre escasa elocuencia del personaje para expresar sus emociones, lo que le pasa, lo que piensa o de hacerse entender. Estoy cansada de ver representada a la mujer muda, sufrida, "mística", que se traga el sufrimiento porque es incapaz de hacer empatizar con gracia o sin gracia a la gente de alrededor.

Tampoco aporta nada llevar al cine este tipo de novela romántica en plena época de la concienciación sobre la dictadura de los sentimientos y del daño que ha hecho a la mujer el exceso de romantización de las relaciones en épocas pasadas, sumiéndola en permanente infelicidad por aspirar ilusoriamente a ser la protagonista de un romance de película en la vida real y decepcionándose porque ninguno de sus pretendientes resulta ser un poeta que envía cartas escritas con pluma y tinta.

La fotografía eso sí, es de anuncio de verano de cerveza, quitando el primer plano del pubis peludo del personaje de Marion Cotillard, que evidentemente no es el suyo, sino de una doble modelo.
Un anuncio un poco largo y lento.

Recomiendo la serie, como mínimo, a todas las mujeres. Ninguna se dejará de sentir identificada.
Hay conflictos para todos los gustos, diría que toca toda vulnerabilidad de las personas, adultas, adolescentes, niñas, y parejas.
A simple vista y por las actrices me esperaba un aburrido "Mujeres desesperadas", solo que aquí no hay comedia, no hay diálogos o acciones frívolas y tras una arquitectura y paisajes de ensueño hay un baño de realidad; abusadores y abusados, las hay frágiles pero valientes y soberbias pero huecas, sentimientos de inferioridad, justicia, resentimiento, sumisión, dominación, esperanza, culpa, celos, odio, dependencia, depresión, miedo, dolor… temas como la carrera profesional de la mujer, la maternidad, las relaciones sociales, la rivalidad entre ellos y ellas por ser el macho o mujer alfa, la vida no tan idílica de pareja y las exparejas, la psicopatía, las neurosis, los secretos inconfesables que se ocultan hasta a las mejores amigas, cómo enfrentarse a situaciones de abuso (sexual, de poder, de influencia, violencia machista...), y todo eso se cuenta de manera brillante y visceral, con una cámara tan cerca que casi puedes sentir sus escalofríos y poniendo el acento de cada escena en los motivos de cada personaje para ser el asesino de uno de ellos, que aún no se sabe, convirtiéndolos en sospechosos a todos y dándoles motivos a todos para querer matar a alguien. Invitando al espectador a captar toda pista y a hacer su propio "murder board" en el que poder adivinar quién fue el asesinado, quién le asesinó y por qué.
Los creadores han hecho un producto perfecto; visualmente agradable e inspirador, una incógnita que intriga de verdad, y en lo demás, reflexivo, empático y empoderante. El "problema" quizás sea la cantidad de detalles y matices que hay que digerir a la vez y que apetecen analizar o quedarse más rato repasando la escena, quizás por analogía con vivencias personales del espectador y la motivación, viéndose reflejado, de sacar conclusiones, por frases lapidarias dignas de recordarlas o simplemente soñar con unas vistas tan espectaculares.

Desde un punto de vista psicológico esta película es bullshit. Es el icono elevado a infinito del clásico cuento que tanto daño ha hecho y al que la sociedad lucha por erradicar: "El hombre es el poderoso, proactivo, que escoge a la "afortunada" y ella, se vuelve pasiva, se deja comprar, se deja querer y deslumbrar por el poder de él, depende de él para prosperar, y se vuelve tan sumisa y tan poco dueña de su vida, su voluntad y sus decisiones, como envidiada por algunas mujeres cuya única aspiración en la vida (debido a su falta de cultura, educación y poder interno) es que un Christian Grey tan machista como seductor las quiten de pobres y las amen en exclusiva, qué ilusas!"

Es el cuento que se repite en todos los cuentos de Disney, idolatrando a un hombre con todas las características del machista posesivo y poderoso frente a la mujer desvalida, y todos los atributos del joven atractivo, amable, empático, generoso y amoroso. Dos facetas poco compatibles en la vida real y un amor imposible para las hijas y nietas de los cuentos de Disney, que aquí se vuelve a recrear, pero dejando entrever los problemas psicológicos del protagonista.

Esas dos facetas machista vs. seductor, se vuelven compatibles gracias a un personaje psicópata y realmente villano que usa la seducción como arma para captar a su víctima, que cae en sus redes porque no ve más allá de:

· Un hombre que desea mucho a las mujeres (qué hay de malo?)
· Que quiere una relación exclusiva, con compromiso y contrato incluido (se siente "la elegida")
· Que se preocupa por su placer, bienestar, por tenerla contenta con lujos, regalos caros, peluquería, tenerla bien atendida, que no le falte de nada. (una generosidad surrealista, ella se siente importante para él, afortunada)
· Está bueno, es guapo, se cuida, se arregla, tiene una buena autoestima (eso enciende su deseo carnal)
· Tiene dinero, es poderoso, se codea con gente importante, es conocido, puede mover hilos (vaya partidazo…)
· Tiene cultura (del sadomaso), un juego intelectual con el que la hace confidente, comparten un secreto (siente un vínculo de exclusividad aun más especial)
· Tiene seguridad en sí mismo, suele abusar de esa soberbia y superioridad siempre que puede, así cuando persigue a su objetivo no parece un desesperado, (es lo que es), sino un chulo perdonavidas.

Afortunadamente la mayor parte de los hombres tienen sentimientos y recursos amorosos genuínos para conseguir encender el amor de una mujer, aunque no vayan regalando Macbooks, Audis o iPhones (ya sabemos quien ha patrocinado la peli) ni las deslumbren con viajes en velero, helicoptero o adquirir la empresa en la que trabajan para hacerlas jefa. Hay que ser muy inseguro en sus capacidades de atracción como para semejante despliegue, chantajeando a la parte cerebral (sensorial, física y no espiritual) de la chica de turno. Claro que hay que ser muy ingenua, aprovechada o poco íntegra para creer que todo eso es una muestra de amor de un tio que te ha visto por la calle y te ha seleccionado frívolamente, y por ley de reciprocidad darle tu confianza y tu corazón, pudiendo haber otras 10 Anastasias Steele para él, y ni siendo la única, teniendo que soportar eternamente las egoístas artimañas de una alma y mente corrompida, perdiendo la autonomía del control de su persona, su voluntad, su deseo.

Si por lo menos esta película provoca que muchas mujeres abran los ojos al sentir el rechazo por la trampa en la que cae la protagonista y ver la falsa máscara y la faceta tóxica de Grey, habrá servido para algo positivamente.