Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de Verdebotella
<< 1 2 3 4 5 7 >>
Críticas 34
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
27 de noviembre de 2014
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
(Relato de "Oslo, 31 de Agosto". Cuidado, posibles spoilers.)

Eres Anders, un chico de 35 años. No, todavía no eres un hombre.

Es 30 de Agosto en Oslo. Día 300. Llevas cerca de un año en un centro de desintoxicación intentando dejarlo, de nuevo. Mentira, llevas 10 meses. La heroína o el caballo, da igual el nombre, lo tuyo es consumir. Según tus amigos eras sociable, incluso guapo, conseguías lo que te propusieras, eras abierto, eras divertido. De hecho, tu primera noche fuera del Programa tiras de un rollo que sobrevive a meses de consumo y abandono. Ahora llevas el pelo casi rapado, pareces un adolescente. Dicen que eras inteligente, escribías artículos, trabajabas en revistas, eres de los que sobresalía en el grupo, el que asoma la cabeza. Ahora estás en un centro de desintoxicación y compartes estancia con gente casi delincuente, pequeños ladrones tatuados, padres de familia sin rumbo, parece que los jóvenes drogadictos se mueren pero tú no. Tú paraste. ¿Qué haces allí?

Llevas meses desintoxicándote y ahora te toca salir, y sales. Echas un polvo y algo no te cuadra. El sol todavía no ha entrado por la ventana, ¿por qué estás despierto tan temprano? Ella te sonríe desde la cama, su presencia te recuerda lo que viviste, de lo que intentas alejarte. No aguantarás ese camino otra vez, pero tampoco sabes si puedes "arreglarte". Te vas al lago como cuando eras pequeño, piensas que las piedras podrán hundir tus pecados, solucionar tus dudas, acabar con tus enemigos, pero, en el fondo, tú no eres así. Sales a flote.

Estás perturbado por las oportunidades que perdiste. Buscas respuestas. Visitas al que era tu mejor amigo, compartes confidencias, risas y desgracias, pasado y futuro, él te apoya, pero los dos os dais cuentas de que algo ha cambiado. Os despedís. Sientes el abrazo pero no las palabras. Parecéis dos extraños.

Te has pasado 10 meses intentando cambiar los últimos 5 años de tu vida, o tal vez 8, o 10, ¿para qué? No te gusta lo que ves. Todo el mundo parece cumplir el rito de la vida, pero lo único que sabes es que eso no lo quieres. No quieres un compromiso de unos hijos en una pareja que hace tiempo se agotó, no quieres que tu vocación laboral se convierta en una rutina a evitar, no quieres pasar las tardes tumbadas en tu sofá, no quieres rollos que muestren tu falta de compromiso, no quieres enfrentarte a tus errores, no quieres perdonarte…

Quieres olvidarlo, pero está ahí, en tu pasado, en tu 'qué hiciste', en tu 'cómo eres', en las anécdotas de los demás, en tus recuerdos… Te das cuenta de que no sabes en que consiste crecer, madurar. Solo apariencias. Eres alguien sensible, bien educado, siempre estuviste arropado por la familia y los amigos, y aun así no encuentras tu lugar en la vida.

Te sientas en un bar cualquiera y escuchas la vida pasar. Parece fácil, digo, vivir la vida. La gente habla de sus problemas, de sus expectativas, de sus infidelidades, de sus enamoramientos, de la fiesta de ayer, del último libro que leyó, de una larga lista de deseos por cumplir. Empatizan, se preocupan los unos de los otros. Parecen jugar a esto muy bien. Pero tú no puedes, tú te equivocaste una vez hace mucho tiempo y ese peso no te lo quitas. Estás cegado. Estás en constante caída.

No te gusta lo que ves, la falsa condescendencia, la losa social que llevas a la espalda, el daño que hiciste a la gente que realmente querías… Las ganas de chutarte.

Quemaste todos los puentes. No te gusta la vida de tus amigos, crees que todavía eres joven, que no tienes responsabilidades, y que pese a todo puedes hacer hacer borrón y cuenta nueva. Crees que puedes robarle un beso a la mujer del amigo que aún te recuerda lo colgado que ibas siempre que podías… Maldito hijo de--

Te quema el poco dinero que llevas, te escapas y disfrutas de la noche, de lo improvisado, de la juventud. Que el tiempo pase rápido. Aparece alguien nuevo. Una nueva sonrisa de unos nuevos ojos, tal vez esa estudiante de medicina tenga la respuesta, pero sabes lo que necesitas. Llevas 10 meses evitándolo... ¿Para qué? Tu inteligencia, esa que te distinguía, desvela el pesimismo que te embarga, que has tenido siempre, desde aquella entrevista hasta el maldito buzón de voz... Déjala, ella no te va a llamar. No, ahora no. Fueron muchos años uno detrás del otro. Os decían que estaríais juntos para siempre. Uña y carne. Os queríais de verdad. Hay que pasar página, dicen. Pero, ¿para qué vas a pasar página si no te gusta lo que ves? Si andas perdido sin saber qué hacer. Lo cierto es que lo único que quieres es la heroína, tu solución.

Déjala. No te va a llamar.

Recuerdas cuando te decían que tu generación se iba a comer el mundo. Eras de clase media. Tus padres ahora no te ven y tu hermana parece que todavía no ha superado el dolor de aguantarte aquellos horribles años.

Déjala. No te va a llamar.
Ya no será más tu pilar.

La noche acaba. Sientes el aire golpear en tu cara. Amanece y pese a todo has aguantado. La estudiante de medicina con la que has pasado la noche te arranca una sonrisa. Ha sido fácil, lo ha conseguido. ¿Podrías volver a empezar? Crecer, compartir confidencias, conocerse, amar a otra persona, equivocarte… No, eso no puedes.

Es 31 de agosto en Oslo. Llegas a casa de tus padres, tu casa. No hay nadie. Ellos siguen con su vida. Te enseñaron todo, que tenías que hacer, que tenías que estudiar, que tenías que valorar, que desechar, pero no cómo. Nada de cómo entender el paso de los años en la amistad, nada de cómo construir una relación, no te dijeron que la vida se escribe con tinta, no te avisaron de los pasos en falso, de los errores...

Tu casa parece una caja de recuerdos bien embalada. Tocas el piano. Tú eras bueno. Eras. Déjala, bueno, no. Llámala, intenta comportarte, pídele perdón. Sincérate, dile lo que sientes. No pongas excusas. Te conoce y será por eso que… No, no, mejor escúdate. No insistas. Tú has venido a otra cosa.

Es 31 de Agosto en Oslo. Día 1.

Eres Anders, eres un hombre de 35 años.
Verdebotella
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
11 de agosto de 2012
22 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues es así. Ni más ni menos que teatro convertido en cine, casi como si se hubiesen filmado encima del escenario, y sinceramente creo que eso es lo que pretendía Ralph Fiennes cuando creó esta película. Este hombre que conocía muy bien el material, ya que la representó en numerosas ocasiones en Londres allá por el 2000, nos muestra la tragedia que inmortalizó Shakespeare sobre la vida del legendario general romano Cayo Marcio "Corialano".

Ralph Fiennes sigue paso a paso, palabra por palabra, literalmente, la obra de Shakespeare, hace una revisión moderna de esta tragedia, Corialano gira alrededor del orgullo de su protagonista, o mejor dicho de la ambición de poder, quién es quién para dirigir una nación, nos habla de dirigentes y súbditos, de madre e hijo, de manipulación, de honor, de lealtad y, ante todo, del poder de la palabra.

El problema es que apenas hay ritmo, la vertiginosa cámara en mano se entremezcla con los estáticos y perfectos discursos en inglés antiguo de los protagonistas. La película no encuentra su sentido, se siente densa y no ayuda a conectar del todo con el espectador. Tal vez la dirección semidocumental y esos primerísimos planos ayuden a transmitir en cierta manera, pero al final la parte formal pierde su fuerza y todo se vuelve rutina.

Solo al final comprendemos y sentimos algo por la desdicha de este orgulloso soldado romano. A destacar es el atrevimiento, las ganas, por parte de Ralph Fiennes de adaptar esta tragedia, y sobre todo las magníficas interpretaciones de Vanessa Redgrave y Brian Cox.
Verdebotella
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
14 de julio de 2012
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
He aquí a un genio, capaz de lo mejor y lo superior. Billy Wilder es cine. Incluso adaptando una novela llevada años atrás al cine de manera brillante, “Luna Nueva” de Howard Hawks, crea una obra diferente, viva y con identidad propia. Y es un remake.

Al final de su larga y exitosa carrera Wilder nos regala esta lúcida y divertida obra que trata un tema tan vigente que asusta. Pero si por algo se ha caracterizado es por cómo nos habla en sus guiones de temas tan universales y tan trascendentales de manera simple y cercana, y en este caso, como retrata de manera irónica y mordaz el periodismo y la condición humana. Una mezcla entre la parodia y el drama, el director disecciona con un lenguaje endemoniado las constantes del periodismo, la realidad social que la envuelve, refleja de manera esperpéntica los grotescos, delirantes y distorsionados rostros de la información. La pareja Matthau y Lemmon, enormes en sus gestos y sus palabras, es el contrapunto perfecto de la narración, no solo representan dos formas de concebir el periodismo sino dos formas maneras de ser, sentir y vivir.

Además, cómo no, Wilder remata su obra con numerosos gags que redondean la historia, los intentos de Matthau por retener a Lemmon, un condenado anarquista y comunista que intenta sobrevivir a duras penas con su mujer prostituta, las observaciones del psicólogo Eggelhofer, obsesionado con los traumas sexuales, al más puro estilo Freud, y la “desorganización” policial.

Su logro es ser entretenida y reflexiva a partes iguales, una película siempre dispuesta a arrancarte una sonrisa pero con una gran dosis de cinismo. Wilder no copia la realidad, la roba, y la plasma en sus obras con gracia e inteligencia. Como siempre hizo.
Verdebotella
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
11 de julio de 2012
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estados Unidos aparte de ser una fábrica de películas “blockbuster”, es la cuna del cine independiente, diga lo que se diga. Con las décadas este tipo de películas se han ido incrementando, abarrotando el mercado, regalándonos historias impagables, narrando hechos insólitos, haciendo de la realidad algo cercano y entretenido.

Al año se producen una cantidad enorme de películas independientes, llegados a un punto estas películas se nos repiten, mismas historias, mismas estructuras, mismos personajes, mismos temas, mismo tono, mismo tiempo, muchas de estas películas caen en la auto indulgencia de quien ve a las películas independientes como un estilo y no una salida, una manera, para contar las historias desde una perspectiva personal.

En este caso, que hace diferente “Being Flynn” de cualquier drama familiar padre-hijo, pues aparte de la interesantísima construcción de estos personajes tan extraños y reales, es que la historia en ningún caso está revelada, ni siquiera el personaje sabe que camino debe tomar, ni el bueno, ni el malo, se encuentra ante la indecisión, necesita algo pero no sabe el qué, quiere cambiar pero no sabe a dónde, y esto lo hace real y cercano. No hay un objetivo especial, Nick Flynn empieza a buscarse así mismo, a soportar su turbio pasado y pelear por un futuro esperanzador. El espectador recorre el camino con el personaje, y descubre junto a él las cosas que le acontecerán. La narración va tejiendo una historia triste y caótica sostenida sobre unos traumas del pasado que se asientan en cada decisión y en cada sentimiento de los protagonistas. Los elementos se nos presentan de manera simple pero no por ello con menos profundidad dramática, gracias en parte a sus actores.

Paul Dano y Robert De Niro hacen unas interpretaciones realmente sorprendentes, reivindicándose los dos, uno por ser un valor de futuro a destacar, y otro por llevar años en la cartelera con más pena que gloria. La fotografía y los actores complementan la película, que destaca por su peculiar tiempo narrativo y por la mezcolanza de su temática, infancia, relación fraternal, drogas, pobreza, amor, responsabilidad, enfermedad mental, literatura, amistad,…

“Being Flynn” es un extraño drama, habla de la miseria humana, de la compleja naturaleza de las relaciones. Es un sencillo pero buen retrato de personajes, con humanidad y cierta inteligencia.
Verdebotella
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
6 de mayo de 2012
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Devastadora, cruda, confusa, amarga, salvaje, explícita… "Shame" es todo eso y más. Es un retrato trágico y bello de la adicción. Es un torrente de sensaciones encontradas, de un extremo a otro, de la belleza de lo primario, lo natural, a la repulsión de sus impulsos, de la ansiedad, del miedo. Fassbender da vida a Brandon, un adicto al sexo, y como todo adicto se rige por su necesidad, en este caso el orgasmo. No hay nada que satisfaga su intensa necesidad; no es placer, es liberación. Es una necesidad puramente física, sin erotismo o emoción; es satisfacción.

Su sexo ni siquiera es divertido, es mecánico. Un hombre hermético que ha creado su imagen, su coraza, respecto al mundo que le rodea, sus amigos, su trabajo, sus relaciones, todo son apariencias; muy parecido a la realidad en la que nos encontramos. Es incapaz de estrechar una amistad profunda, una relación duradera, teme verse reconocido por ser diferente, esta superficialidad le permite vivir en su cárcel; un camino que tarde o temprano acabará en una espiral de dolor, una bajada a los infiernos.

La vida de Brandon comienza tambalear cuando aparece su hermana. No se nos cuenta nada de su pasado, ni falta que hace, la colisión entre estas dos personas tan distintas pero tan iguales nos revelaran que en el fondo necesitan lo mismo pero son incapaces de conseguirlo de manera natural. Uno es solitario, huidizo y frío, la otra afectiva, cariñosa y sensible; los dos están necesitados, son temperamentales. Para ella cualquier afecto es una rama a la que aferrarse como única solución hacía lo que parece una vida trágica y vacía, sin salida, un afecto que él le niega. Brandon teme agarrarse a algo que lo encadene, tiene miedo a que su vida de un vuelco del que no está preparado, que pierda el control de su realidad, que le destroce la propia prisión que se ha creado. Su vergüenza es su culpa y su fuente de dolor.

Fassbender realiza una actuación portentosa llena de matices, su mirada transmite el deseo, el odio y la fuerza del personaje desde aquel asiento del metro hasta cuando está en plena faena, en sus ojos vemos el sufrimiento, sentimos su tristeza y su pasión. ¡Qué decir de Mulligan! Impresionante, molesta y adictiva. New York, New York.

Steve McQueen realiza un ejercicio visual asombroso, sobrio y elegante. La cámara penetra en los débiles cuerpos de los protagonistas hasta tocar su verdadero interior, los planos secuencias se suceden, la cámara estática deja ver el fondo de cada uno de ellos, sus sensaciones, sus sentimientos; conectamos de manera ineludible. Cada mirada y cada gesto es parte suya y tuya.

"Shame" no es solo una película sobre la adicción sexual, es esa parte extrema de cada uno de nosotros, es el abismo al que nos asomamos, es esa sombra a la que apuntamos.
Verdebotella
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 5 7 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow