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Críticas de FATHER CAPRIO
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Críticas 641
Críticas ordenadas por utilidad
9
28 de marzo de 2008
74 de 85 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy mal deben andar las cosas para que una película de John Huston en la que intervienen Humphrey Bogart, Edward G. Robinson, Lauren Bacall, Claire Trevor y Lionel Barrymore pueda considerarse una obra menor. No es el caso de Cayo Largo, más bien al contrario. Estamos ante una película excelente del mejor y más genuino cine negro americano, con uno de los gangsters más típicos del cine USA junto a Cagney, Edward G. Robinson, una de las vamps más seductoras, Lauren Bacall y el Bogart más de vuelta de todo, de todos los Bogarts conocidos.

La elección es difícil pero me quedo con Claire Trevor en su papel inconmensurable de esposa de mafioso, alcohólica hasta las cejas y con la vida destrozada sin remisión. Su escena cantando por un trago de whisky es de un patetismo absolutamente doloroso. El Oscar conseguido significa el mínimo reconocimiento a su excepcional trabajo. Si el resto de actores está francamente bien, Claire está suprema.

Esta mezcla de claustrofobia, tensiones, pistolas y sexo, tiene tanta fuerza explosiva que nuestra retina queda inevitablemente impactada por imágenes como la del enfrentamiento sin palabras Bacall-Robinson, escenas como la del baño puro en boca ó el propio afeitado del mafioso, por no hablar de un inválido Barrymore literalmente caminando por la fuerza impelente de la ira. Película de pasiones, sentimientos y verdades donde las haya: Ira, Miedo, Egoísmo, Desencanto… y esa química especial que siempre surge de la unión de la pareja por excelencia del cine de siempre.

Como colofón, esa ventana que se abre tras la tormenta dejando pasar unos rayos de sol absolutamente purificadores. Y el retorno, la esperanza y la vida….
FATHER CAPRIO
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9
30 de abril de 2009
73 de 83 usuarios han encontrado esta crítica útil
Leo algún comentario acerca de las "sobrevaloraciones, mal llamadas obras maestras" y no puedo dejar de preguntarme, si una película me gusta y además le gusta a mucha mas gente ¿la estoy sobrevalorando?, Es decir, la coincidencia en los gustos ¿Es sobrevaloración?. Una película que te engancha al sillón durante hora y media o dos horas en los que apenas parpadeas ni miras el reloj ¿es una película sobrevalorada?. El hecho de que sea de Cukor ¿nos sorbe el entendimiento a muchos y nos predispone a la sobrevaloración?...

Un poco de seriedad. Hay películas buenas y muy buenas y su bondad no solo se mide en las perfecciones cinematográfico-tecnológicas, qué fallos tienen y haberlos háilos. Su excelencia se mide en su capacidad para seducirnos, casi abducirnos y hacer desaparecer de nuestra vida noventa o ciento veinte minutos hasta poder decir como Sabina "¿Quien me ha robado el mes de Abril?" "¿Quién me ha robado del mes de Abril, 114 minutos?".

Dicho esto, les recomiendo que la vean. Enciendan las lámparas de gas. Sientan como la llama se debilita al tiempo que el sonido de unos pasos se engrandece. Dense un paseo turístico por Thornton Square. Si. El número 9, como el preso. Tal vez tengan suerte y puedan atisbar desde la casa de enfrente a sus misteriosos inquilinos. Deléitense con sus excepcionales interpretaciones. Puedo decirles que desconocía el Oscar otorgado a Ingrid Bergman. Cuando lo leí supe que hay ocasiones en que se impone la justicia. Con todo lo que ustedes quieran acerca de los oscuros motivos de los Oscar. Pero la actriz sueca se lo merecía. Charles Boyer, igualmente excelente, está eclipsado por la diva. Cotten está magnífico. Dame May Whitty quien un año después protagonizaría otro film cargadito de presuntas enfermedades mentales, My name is Julia Ross, ofrece un buen trabajo como la típica vecina entrometida y no olvidarse de Ángela Lansbury en su primer trabajo para la pantalla grande y que, desde la frivolidad, parece estar tomando notas para lo que sería su gran éxito, Se ha escrito un crimen.

Finalizo con Cukor. Cukor no es el Cukor reconocible en Historias de Filadelfia o La costilla de Adán, pero si es el Cukor que sabe sacar los mejores registros de sus actrices. El suspense, el interés y la intriga parecen más propios del orondo don Alfredo lo cual es un punto a favor del londinense y punto y medio a favor del estadounidense.
FATHER CAPRIO
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8
24 de septiembre de 2007
66 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente película. ¿Sobrevalorada? No lo se. Puede ser. Pero, en cualquier caso: excelente.

Película que parece "fácil" pero que no lo es. Porque lo verdaderamente importante no es el hecho delictivo que se relata sino los propios delincuentes en su condición de personas, con familias, sueños y motivaciones. "Los ladrones somos gente honrada" como dejó escrito Jardiel Poncela, evidentemente entre muchísimas comillas. Y es en este sentido donde Huston nos regala una de las mejores muestras de personajes y caracteres de la historia del cine, que comprende policías corruptos, dueños de garitos un tanto "blandos", detectives sin escrúpulos, abogados arruinados y fantasmones, y atracadores enseñando fotos de bebés ó soñando con vivir tranquilamente en la antigua granja familiar.

John Huston fue un innovador en este sentido. Hasta entonces las películas de atracadores ó gansters mostraban a tipos duros y sin sentimientos, con una especie de Parkinson avanzado en el dedo indice que les hacía apretar el gatillo con más frecuencia de lo deseable. Vamos, los malos eran rematadamente malos. Odiosos. Tanto que, cuando se "cargaban" a uno la sala aplaudía, todos a una Fuenteovejuna. Pero Huston supone un punto de inflexión, y consigue con su dibujo de personalidades y sentimientos, que nos solidaricemos con ellos, con "her doctor", con el pistolero que sueña caballos y granjas, con el destripa-cerraduras con sueño y falta de descanso por las fiebres de su bebé y con el pobre jorobado, dueño del bar, amante de los gatos y chofer en sus ratos "libres". Y nos solidarizamos tanto que deseamos fervientemente que las cosas salgan bien, que se lleven "la pasta". ¿Seremos cómplices por pensar así?.

Este retrato de psicologías filmado por Huston no sería nada sin la buena labor interpretativa de Sterling Hayden, de Sam Joffe, de James Whitmore y. especialmente, de Louis Calhern. En cuanto a Marilyn Monroe, un papel para ir abriendo boca e ir ensayando aquello del Happy Birthday Mr.President... Poquito más.

Como magnífico homenaje, Kubrick nos regalaría años mas tarde "Atraco Perfecto" (The Killing) pero esa es otra historia...
FATHER CAPRIO
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10
11 de mayo de 2008
67 de 75 usuarios han encontrado esta crítica útil
El ángel azul es, por encima de todas las consideraciones, un film alemán. No tanto por la productora UFA ni por su director Von Sternberg, en realidad austro-americano, ni por sus actores Emil Jannings, suizo nacionalizado alemán ni siquiera por Marlene Dietrich quien, por su "pura raza aria", bien pudo haber sido la superstar del régimen nazi si, tras su traslado a Norteamérica, hubiese atendido las peticiones de regreso del propio Alfred Hitler, a quien no sólo contrarió sino que además combatió apoyando a las tropas aliadas. Tampoco el hecho de ser el primer film sonoro germano confiere mayores singularidades nacionalistas a esta película.

Es alemán porque refleja una sociedad, la alemana, que tras perder una guerra tiene "tocadas" sus señas de identidad y donde la búsqueda del orgullo patrio acabará germinando en las ideas del régimen nazi. En la medida en que el cine es el espejo social, el cine de entre guerras es cine de desencantos, de búsquedas de sentidos, de clases burguesas desacomodadas y de orgullos heridos. El pueblo busca caminos que les lleven a sus dignidades perdidas y a esas verdades propias e indiscutibles, escritorios escolares a los que aferrarse como tabla de salvación en un naufragio.

Este es el primer gran film de Marlene Dietrich a los que seguirían otros muchos. Marlene nos arrebata, nos deja boquiabiertos y nos seduce con su sonrisa, sus muslos y sus medias. Haría perder el "oremus" hasta a Simón el estiligita en pleno desierto buñuelesco. Mucho más que Silvia Pinal, por supuesto. ¿Cómo no va a perder el sentido un solitario, cartesiano y aburrido profesor de liceo local? Esto si que es la crónica de una muerte anunciada y no otras. Esto si que es la perdición por excelencia entre otras "ejemplares" perdiciones. No es Liza, no... Es Marlene. El cabaret. La Alemania oscura. Es Lola Lola. Antro de perdición: El Ángel Azul.

Y como para el final suele dejarse lo mejor, pues he ido reservando a Emil Jennings. Me permito darles un consejo: Si tienen ocasión vean La última orden (The last command) igualmente dirigida por Josef von Sternberg. Sumen las interpretaciones de Jennings en estas dos películas y comprenderán porqué fue el primer actor en conseguir un Oscar y uno de los grandes del cine mudo y del cine de siempre. Dos papeles duros y complicados, de identidades perdidas, de humillaciones, de lágrimas mezcladas con escasas sonrisas. Papeles que eligen al actor y no al contrario. Y en este caso, la elección no pudo ser más correcta.
FATHER CAPRIO
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9
13 de septiembre de 2008
65 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es una película apta para todos los públicos sino tan sólo para aquellos que tengan intacta su capacidad de soñar. Abstenerse incrédulos y quienes presuman de estar de vuelta de todo. Altamente recomendada para niños, abuelos y Peterpanes de vocación.

Porque La Princesa prometida es como un Viaje con nosotros pero sin animadores gesticulantes, donde nos sonríen los gigantes y las brujas, los resucitadores y, malévolamente, los asesinos de los seis dedos. Donde un español de nombre Íñigo Montoya repite incesantemente su estribillo. Donde el incandescente pirata Robert transmite sus poderes de generación en generación. Donde los bosques se visten de fuego y trampas de arena. Donde el amor verdadero se baña en las notas sublimes de una BSO genial de un Mark Knopfler que hace de su guitarra lámpara mágica de sus deseos.

¿Dónde está la realidad? se preguntarán. En ninguna parte. ¿Para que la queremos? ¿No nos basta soñar? Solo son 98 minutos. Ya tendremos tiempo después para dispararle al pianista de la realidad cotidiana. Escuchemos al abuelo. Silencio, se sueña...
FATHER CAPRIO
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