Tengo que reconocer que esta serie no me atrajo mucho que digamos al principio, pero una vez que he visto los 16 episodios que la componen no puedo hacer otra cosa que felicitar a sus guionistas, directores y actores, ya que han conseguido crear un producto original, interesante y ejemplarmente ambientado dado el presupuesto del que disponían. Quiero advertir de antemano que esta es una serie que posee un ritmo narrativo distinto al que estamos acostumbrados en las series españolas y americanas. Tal vez sea por eso que cuesta cogerle el punto, cuesta que se te haga adictiva, pero una vez que lo hace te atrapa y no te suelta hasta el final.

Uno de los aciertos mayúsculos de “Life on Mars” es que no la estiran hasta el infinito, como suelen hacer con otras series, porque haya tenido éxito de audiencias. No, aquí la serie termina en su momento justo y santas pascuas. Desde luego da gusto ver algo planificado de este modo, o sea, que al margen de audiencias buenas o malas dura lo que tiene que durar y punto. Además, otro gran acierto sería que los creadores de este producto han demostrado que no hace falta gastarse cifras astronómicas o abusar del croma para conseguir una ambientación de época lograda (ejemplar es la palabra que mejor se me ocurre para definir la ambientación de los años 70).

En cuanto al guión y a las interpretaciones pues no puedo hacer otra cosa que echarle flores. El guión presenta un misterio desde el minuto 1 que saben arrastrarlo capítulo tras capítulo sin insultar nunca la inteligencia del espectador (ni siquiera lo hacen en su conclusión, cosa que dicho sea de paso no pueden decir muchas otras series que se las dieron de excelentes en su momento y, sin embargo, terminaron con los guionistas desapareciendo de la faz de la tierra porque los fans querían ahorcarlos). Además, logran mantener siempre la tensión y el interés pese a tratarse de episodios autoconclusivos de carácter policiaco (sólo le dedican unos minutillos al misterio inicial en cada episodio). Siendo sincero, lo cierto es que en el fondo esta serie es eso, es decir, una serie policiaca, aunque eso sí, bastante diferente a las habituales que sueles ver. Por último, decir que los actores están todos estupendos y creíbles en sus roles. No obstante, si tuviera que quedarme con uno solo en concreto, entonces elegiría a Philip Glenister, el cual da vida a un comisario jefe bastante singular (menudo individuo, la madre que lo trajo… ¡jajaja!).

Y por mi parte poco más voy a añadir. “Life on Mars” es una serie que bien merece la pena verse. Y no te preocupes si se te atragantan los dos o tres primeros episodios, ya que muy pronto sus tramas y sus personajes se te harán imprescindibles en tu día a día delante del televisor.

Cuarta entrega de la saga Misión imposible, la cual, de entrada, tengo que admitir que se trata de la mejor secuela que ha salido hasta el momento. El filme que nos atañe es un entretenimiento palomitero franco y que da al público lo que se espera de él. No voy a negar en ningún momento que sea una buena película de acción y que sin duda merezca la pena ir al cine a verla. No obstante, en mi opinión, no es un peliculón por mucho que te quieran vender la moto en ese sentido los críticos especializados de cine.

Un servidor se lo ha pasado bien en la butaca del cine con este producto. Personalmente, ni me ha sorprendido ni me ha decepcionado lo que me he encontrado, ya que más o menos ha sido como me la había imaginado. “Misión imposible IV” tiene todos los buenos ingredientes del cine contemporáneo (lujosa puesta en escena, espectaculares escenas de acción, buena fotografía, buen manejo de cámara casi siempre, un elenco comprometido en su labor actual y un ritmo narrativo muy vivo que la hace entretenida). Sin embargo, también posee todos los defectos del cine actual (transmite la sensación de que es una cinta mecánica y sin alma, malos malísimos débilmente construidos, humor zafio que estorba más que ayudar y, por último, un guión muy simple, tanto que resulta casi vacío en su conjunto).

Dicen las malas lenguas que Tom Cruise hace daño a la vista en los primeros planos o cuando aparece sin camiseta. Pues qué queréis que os diga… este hombre se ha ganado por méritos propios el poder ser el protagonista de este tipo de películas de acción a sus 49 años. Además, visto lo visto, y le pese a quien le pese, parece que le queda cuerda para rato porque no lo hace nada mal (al margen de que se encuentra en una excelente condición física para su edad).

Para terminar con mi crítica, quiero hacer una mención especial a la belleza y sensualidad de Paula Patton, ya que menudo cuerpazo luce con 36 tacos que tiene. Vaya diferencia con otras actrices como, por ejemplo, Cameron Díaz (a la cual el paso de los años no le ha sentado nada bien). No me extraña que Paula Patton le haya robado las miradas y los flashes de los fotógrafos a Tom Cruise el día de la presentación de la película en Brasil… desde luego su marido tiene que estar contento (tener una cosa como esa en casa es incluso mejor que te toque la lotería).

“The Gates” es una serie que tiene una pega principal que puede echar para atrás. Dicha pega es su prematura cancelación tras su primera y única temporada. Esto provoca que termine dejando en el aire todas sus tramas abiertas. Un servidor ya está curado de espanto con estas guarrerías que hacen las cadenas de televisión escudándose en las bajas audiencias, presupuestos desorbitados, etc. No obstante, aviso de este problema en particular porque seguramente más de un futuro espectador no querrá ponerse a ver una serie inconclusa.

En mi opinión, la serie no está nada mal. No es que sea la pera limonera, pero resulta muy entretenida y sobre todo llamativa. Sí, llamativa, porque menuda fauna más pintoresca habita en The Gates… hay vampiros, hechiceras, hombres-lobo, súcubos (vamos una comunidad de lo más peculiar). Sobre este particular tengo que decir que los actores están francamente bien encarnando sus roles fantásticos. Muchas veces cuando ves un producto de corte sobrenatural no te lo crees porque no te convencen sus actores haciendo de “monstruos”. Pues bien, eso aquí no pasa para nada. Los vampiros parecen vampiros (excelente Rhona Mitra en este sentido), los licántropos también parecen licántropos (se agradece además que no aparezca ningún lobito sin camiseta continuamente en pantalla como en cierta saga), las brujas lo son de verdad (y no sólo en el aspecto fantástico)… en fin, que a mí al menos el elenco me ha parecido de lo más acertado en sus papeles.

Tal vez se le pueda achacar que sea una serie oportunista, o sea, que ha juntado todo lo que está de moda en la actualidad (vampiros, hombres-lobo, un triángulo amoroso juvenil, una pizca de intriga y las típicas investigaciones policiales facilonas) y ha situado la acción en una zona residencial como escenario al estilo de "Mujeres desesperadas". Vale, puede ser, pero que no me diga nadie que esta no es una propuesta arriesgada, una propuesta alejada de la vomitiva parrilla televisiva en la que nos dan siempre el mismo perro con distinto collar.

Y por mi parte poco más voy a añadir. Únicamente deciros que le deis una oportunidad a esta serie porque creo que se la merece. Y no os preocupéis si la encontráis lenta al principio porque según van avanzando los episodios las tramas van tomando cuerpo y se vuelve cada vez más y más adictiva.

Quiero empezar por darle al César lo que es del César: la serie entretiene, que no es poco dado los tiempos que corren con tanto truño suelto por ahí y, además, se deja ver bastante bien. La pega principal es que hay series policiacas de este estilo al montón y un servidor al menos está ya un poco saturado de ellas. No es que sean las unas copias de las otras, pero sí que visitan muchos lugares comunes y guardan muchas semejanzas. Por eso cuando veo algo diferente a lo habitual, como por ejemplo la miniserie "Zen", pues lo agradezco de veras.

La serie que nos atañe no está maleja del todo. “La hora 11” tiene la clásica parejita protagonista que investigan juntos (Rufus Sewell es el cerebrito y Marley Shelton la dura agente federal) y posee las suficientes dosis de acción e intriga en los episodios para resultar amena. Os diría para que os hagáis una idea previa que es como una especie de cruce entre “Bones” y "El Mentalista", aunque eso sí, un peldaño por debajo en cuanto a calidad se refiere.

Pues sí, el verdadero problema consiste en que la lista de series de temática policiaca es interminable: “CSI”, “Bones”, “Navy, investigación criminal”, “Castle”, “Numb3rs”, “Caso abierto”, “Sin rastro”, “Mentes criminales”, “Hawai 5.0”... además, personalmente, tengo otro problema añadido. Me explico: este tipo de series donde en 40 minutos se resuelve el caso cogiendo siempre al culpable después de descartar a varios sospechosos, aparte de que se me antojan todas iguales, me parecen irrisoriamente irreales desde que vi "The Wire". Y ojo que no digo con esto que dichas series citadas anteriormente no sean buenas o que no entretengan.

En definitiva, si te gustan las series policiacas échale un vistazo a esta porque lo mismo te mola. Por el contrario, si ya estás hasta el gorro de ver este tipo de productos, una vez tras otra, entonces no te aconsejo verla. Para terminar con mi crítica quiero recomendar dos series como "Zen" y “John Doe” a aquellos que busquen algo diferente dentro del género policiaco (estoy seguro de que te sorprenderán gratamente porque no son para nada productos estereotipados).

Me declaro fan incondicional hasta la médula de la ciencia-ficción. Prácticamente devoro todo lo que va saliendo de este género sin importarme que sea una superproducción o una cinta de modesto presupuesto, que sea una serie de televisión o cine y, además, tampoco tengo miramientos con la nacionalidad de donde venga. Así que si eres amante del género, al igual que yo, entonces mi recomendación es que vayas al cine a verla.

El filme es un thriller futurista ambientado en un futuro distópico donde el tiempo ha sustituido al dinero como moneda de cambio. Un futuro donde no se trabaja para ganar un jornal, sino que se trabaja para ganar más tiempo de vida. Todo cuesta tiempo, ya sea una simple llamada telefónica, coger un autobús o tomarte una copa en un bar. A bote pronto la idea es de lo más sugerente y te aseguro que la primera media hora de metraje te atrapará con fuerza. Lo malo es que transcurrido ese periodo la cinta se vuelve un filme de acción totalmente convencional (hay tiroteos, persecuciones corre que te pillo, romance metido con calzador y todas esas cositas que nunca faltan en un típico producto comercial hollywoodiense). Una lástima porque podría haber salido de aquí un peliculón para el recuerdo, aunque eso sí, tengo que admitir que a pesar de los pesares el filme nunca deja de ser entretenido.

Sí que hay secuencias que recuerdan a otras películas como, por ejemplo, la partida de póker a “Casino Royale”, la persecución por las azoteas a “Matrix” o el reloj biológico en el brazo a “Xchange”. Dada la infinidad de películas que hemos visto todos pues es muy difícil que una o varias escenas de un filme no te recuerden a otras películas. Sin embargo, vuelvo a repetir que a mí al menos la idea principal del guión me ha parecido de lo más original que recuerde en muchísimos años.

En definitiva, hacía mucho tiempo que no veía una propuesta tan original e interesante como la de “In Time”. Cierto es que tiene sus cosillas criticables a nivel argumental y, también, que transcurrida la primera media hora se transforma en cine comercial del montón. No obstante, un servidor al menos agradece, y mucho, el poder sentarse en la butaca del cine y contemplar como todavía no está todo inventado en el mundo del séptimo arte.