Clint Eastwood aquí por enésima vez vuelve a demostrar su maestría con esta excelente película, secuela de la también buenísima Banderas de Nuestros Padres pero no comparable con esta obra de arte sobre el sinsentido de la guerra.
Un drama bélico caracterizado por una apagada y a la vez excelente fotografía, unos planos perfectos que encajan a la perfección cada imagen y por supuesto un insuperable Eastwood, con siempre su dirección incomparable y perfecta.

Sin duda junto a otro prodigio, La Guerra de la Galaxias, la mejor película de ciencia ficción nunca hecha, una película oscura pero a la vez radiante, una película que contiene de todo, no hay ni un solo plano mal, es una película perfecta, imprescndible, un clásico con unos efectos visuales perfectos. Harrison Ford, un blade runner, que le encaja perfectamente. Un Ridley Scott envidiable e insuperable, el siempre lo demuestra con su buenísimo cine.

Cuando Eastwood se pasó a la dirección no todo el mundo pensaba los mejor, pero fue entonces cuando acabó de firmar su estatus con la prodigiosa y clásica obra maestra Sin Perdón, uno de los mejores westerns nunca vistos a la altura de la inolvidable Grupo Salvaje o la clásica La Diligencia. Esta vez Eastwood firma quien es el maestro y lo volverá a hacer con otras de sus obras maestras como Mystic River o Cartas Desde Iwo Jima.

Una de las mejores cintas de Tarantino en la que consigue transformar simple historia, en una lección de humor, excelente narrativa y pura acción. Un papelazo de Brad Pitt, pero el que aquí se lleva la palma es el insuperable y brilante Cristoph Waltz.
Quentin esta vez lo ha sabido aprovechar, lo que no conseguía del todo en las obras menores como ahora, Death Proof o Jackie Brown, lo reúne todo aquí en esta explosiva película bélica.

Después de la excelente Seven o la notable The Game, Fincher, llegó con esta película sobre la filosofía de la autodestrucción y que más tarde se convertiría en una nueva y a la vez cumbre película de culto del cine moderno. La violencia de la película, que muchos consideran excesiva e innecesaria, no es lo fundamental de la película ya que ésta, consta de inteligencia en cada una de sus frases y una cámara rápida que Fincher dirige con precisión.
Una obra imprescindible en el cine moderno de culto