Todos tenemos sueños, ¿quién no ha tenido un sueño?, y al final, si eres honesto con el sueño, si te dedicas en cuerpo y alma, hay probabilidades de que ese sueño llame a tu puerta.
Pero no será fácil, no será apretando botones, no será por nuestra cara bonita, Será porque nos gusta, y seguramente, nos gusta tanto, que dejaremos otras cosas por el camino.
Así que probablemente, casi seguro, nos quedaremos en la zona gris. Al final, a pesar de que lo deseamos se consigue, no comeremos perdices, comeremos cardos y nos quedará el recuerdo.

No sé si a veces veo fantasmas, lo que si sé, es que a veces veo películas, que son truños en base a tiros, mamporros, señores volando y chicas en monos apretados luciendo pierna y pechuga.

Lo que no veo son películas como ésta, al estilo Amenábar, claustrofóbicas que llegan hasta el hipotálamo. No le pongo un 10, porque este guión cogido con gente de relumbrón y ahondando un poco más en el precipicio por el que circulan los protagonistas, sería la revelación del año.

Con el tiempo será un clásico.
No nos damos cuenta de lo que es la salud hasta que nos duele algo. Nos pica un ojo, y solo entonces nos damos cuenta que teníamos un ojo.
Tenemos conciencia, pero qué difícil tiene que ser pasear por la duda, por la niebla.

A estas alturas de la crítica ya te lo han dicho todo, pero quiero aportar mi grano de arena, mejor mi trozo de carbón.
Todos pensábamos que con Prometheus, habías tocado fondo, pero la vida es así, se puede seguir cayendo. Si en Prometheus, o el nacimiento del pulpo Paul, la cinta avanzaba como un pollo sin cabeza, en esta te has dicho, nada de guionistas cargados de psicotrópicos, esta vez el argumento debe estar trillado.
Y lo está, el éxodo, y en mármol, sin riesgos, pero claro, en los tiempos que corren esperamos algo de más de Ridley. Encimas se la dedicas a tu hermano, ¿Qué ha hecho el pobre Tony?.

No te pongo un cero pirulero porque no me dejan.

Es lo malo de pasear por la plataforma de marras a ver qué puede haber para asesinar la tarde en el sofá, que te agarras a cualquier cosa, como es el caso.
Ya te imaginas que el asunto va a ser penoso, pero pronto ves claras señales de que vamos a asistir a una sesión de tortura audiovisual, aprovechando tu incapacidad absoluta, por estar atornillado al sofá debido al sopor de la digestión, y la pérfida plataforma es capaz de entrar en tu subconsciente, en ese momento de debilidad. Pero al final de la película tuve una revelación, fue como un rayo de luz que atravesó mi conciencia, y que le dio sentido a la película.
La película arranca con el fin de la humanidad, la Tierra no era habitable y se debía de buscar una solución y esto sucederá en un futuro cercano. ¿Qué razón habría para que esto fuese así?. He aquí la revelación, todo empezó con una película que se hacía llamar Titán. La gente, confundida, se echó a las calles porque todos querían ir a vivir a Titán, con esos lagos y esos ríos. Respirarían nitrógeno, y volarían como Superman. En Titán, como Superman, rezaba la propaganda, mientras la Tierra ardía.
El fin del mundo conocido, como si fuese una profecía autocumplida, comenzó con la película Titán.