Muy lenta.
Muy rígida.
Muy pesada.
Muy larga.
Sin química en ninguno de sus personajes.
Un hacker que se convierte en asesino profesional.
Un asesino profesional que no sabe cachear a un hacker que lleva media ferretería encima.
Muy lenta.
Muy pesada.
Sin carisma. Como esta crítica.

El atrezzo es ridículo hasta decir basta. Los actores sobrepasan sobremanera la piel de sus personajes, que son, planos, anodinos, torpes, aburridos, sin carisma.
Los diálogos están a la altura del resto y la trama, por dios bendito, la trama es tan pueril que da vergüenza ajena.
Este sufrido espectador, aguantó hasta el final del primer capítulo, heroicamente. No habrá una segunda hazaña.

El saliente repudiado de cualquier acantilado hubiera sido mejor lugar de suicidio para Fincher que esta cinta.
Anodina pero bien filmada.
Tramposa pero grácil.
Todo giro tiene su veneno. Todo veneno puede volverse contra ti aunque haya sido efectivo y haya sido capaz de fulminar a toda una sala repleta de espectadores. Espectadores volcados y entregados a los engaños y trucos del director.

Buena pero no sobresaliente.

Enseñar al público como se hace una película y hacer de eso una película pero sin ser un documental, ser un formato extraño, raro, diferente....expectante.
Un hilo conductor de vidas entrecruzadas, no Robert Altman pero si muy aprovechable, gracias a las píldoras de humor repartidas por el film que hacen que el esfuerzo del espectador por seguir las historias se hagan muy llevadero.

Cine que reconforta. Cine altamente recomendable.

Extinción?? Si. Por cualquiera de las partes. Ya sea la de la saga o la del sufrido espectador pero que alguien acabe con esta lenta agonía.
Insufrible.
El mero tratamiento hacia el género femenino en esta saga debería bastar para aniquilar toda existencia de esta cinta.
Por unos comentarios sosos, sin mordiente, vacíos, vagos, repetitivos, manidos y poco, muy poco afortunados.
Por la más errática desaparición de un secundario, en decenios, en un film. Era totalmente prescindible, pero ya que lo pones, mantén su presencia en pantalla que al menos hacía que el film no cojeara de modo tan evidente. Actuar de contrapeso ante tanto volumen de arrogancia y postureo, a veces, no está de más.

Muy prescindible.