Me confirma que Julia Roberts es una pésima actriz. Me confirma que las películas de apocalipsis son un fiasco y ésta entra en esa larga lista. Una película desquiciada y sin argumento de fondo. Nos hace creer en una intriga que nace de la nada. Un terror basado en el absurdo.

USA quedó bajo shock luego que Trump, un presidente bananero, haya intentado el asalto al Capitolio. Me dicen que ésta película la produjo el matrimonio de los Obama.

La pobreza argumental está al mismo nivel de la pobreza de los escenarios. Tampoco hay la atmosfera de fin de mundo que algunas películas mucho más logradas sobre el tema han sido capaces de producir. Por citar una sola: "Melancolía".

Nada nuevo bajo el sol. Ridley Scott siendo Ridley Scott. Impactante las batallas. Decorados suntuosos y grandilocuentes. Personajes planos y sin ninguna carga psicológica que los haga interesantes.

A Napoleón lo ponen a pelear espada en mano y lo presentan a veces como un tarado y otras veces como el rayo de la guerra.

Pienso que el Director gringo se sintió incómodo en como tratar a éste gran personaje de la Historia. Para unos un héroe nacional y para otros un villano.

La relación amorosa entre Napoleón y Josephine acapara la película y parece algo excesivo. Napoleón apenas habla en la película. No sabemos nada acerca de su pensamiento o complejidades.

No creo que este Napoleón de Ridley Scott haya gustado mucho a los franceses. El Napoleón político o el militar aparece desdibujado. Sólo vemos al obsesionado por su "gran amor" Josephine. Algo que nos parece poco creíble y peliculesco más que otra cosa.

Napoleón se parece mucho a Gladiador pero en otro contexto obviamente. Y la música es desastrosa.

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?
Dios mío, clamo de día, y no respondes;
Y de noche, y no hay para mí reposo.
Salmo 22


“Los asesinos de la luna” es una película que a pesar de las tres horas y media nunca decae. Ya esto es una victoria.

El origen de los Estados Unidos y como su portentosa riqueza es la parábola de un saqueo sobre los pueblos originarios. Aunque seamos justos: esto es lo común dentro de la Historia y no hace distingos entre naciones y civilizaciones. O entre épocas.

La aparición de la propiedad privada, de acuerdo a las tesis marxistas, es el inicio de la perdición. Cuando de verdad Dios arroja al hombre fuera del Paraíso. Propiedad privada asociada a la apropiación de la plusvalía, es decir, el excedente del trabajo de los trabajadores explotados por quienes controlan los poderes temporales y extra temporales. Luego, se da altos vuelos a la intriga, y de la intriga se pasa a la guerra y al asesinato de los enemigos.

La película de Martin Scorsese reflexiona sobre la mentira y el engaño. Y es básicamente un testimonio desgarrador de la codicia como la suprema vanidad. No es que los hombres sean buenos o malos, es que hay un arrebato, diríamos que genético, hacia el mal. Y que sólo las leyes y castigos pueden refrenar. De lo contrario el salvajismo sería el modo natural de vida.

"Todo precepto suele presuponer su infracción; toda norma, la practica contraria. Por eso la ley antigua, la ley de los primeros pueblos, no es más que un dique insuficiente al bruto perpetuo y triunfante". Giovanni Papini (1881-1956).

En la Historia están las víctimas que por lo general son la gente estúpida que hacen daño al resto y así mismos. Los inteligentes/incautos forman parte de otro eslabón. Son la presa preferida de los estúpidos. Son los de buen corazón que se sacrifican, la mayor parte de las veces, inútilmente. La clase de los inteligentes, son una especie de sabios aislados del mundo y cuya prudencia les previene del dolor. No todos escapan, pero su realismo y superior razón, son bazas de gran importancia. Luego están los malvados o bandidos. Que son muy inteligentes y dañan a los demás con tal de conseguir beneficios para sí mismos. En "Los asesinos de la luna" son sus principales protagonistas. Esta tipología que acabamos de hacer se la debemos al italiano Carlo Cipolla (1922-2000).

Scorsese, un experto en diseccionar el carácter humano, aquí se hace más quirúrgico que nunca, y nos pasea por el Infierno desde una exquisitez artística muy pocas veces lograda. Leonardo Di Caprio nos confirma que es uno de los mejores actores mundiales mientras que el sempiterno Robert De Niro reniega del abominable declive burlándose aún del mismo.

“Los asesinos de la luna” está al mismo nivel de maestría de otras grandes películas de Scorsese como: “El lobo de Walt Street” (2013); “La isla siniestra” (2010); “Los infiltrados” (2006); “El aviador” (2004); “Pandillas de Nueva York” (2002); “Casino” (1995); “Buenos muchachos” (1990); “La última tentación de Cristo (1988) y las esenciales y clásicas como: “Toro salvaje” (1980) y “Taxi Driver” (1976). Es fácil concluir que sólo los buenos equipos con colaboradores talentosos y los más altos rendimientos artísticos y creativos conducen al éxito mundial.

Es una película ligera. El lado opuesto del Toro Salvaje de Scorsese. Aquí se nos presenta una historia a lo Bambi mientras que Scorsese se mete en el Infierno. ¿Dónde está la verdad sobre la historia de Rocky Marciano? Para mí una: un crack de los pesos pesados. Quizás el mejor.

El cine es manipulador. Su efecto ilusionista es brutal. Deforma las realidades e impone nuevas percepciones de un mundo cambiante e influenciable.

Y el cine por ello es muy peligroso y no debiéramos permitir que ninguna de sus imposturas sean asumidas como tales. Siempre hay que dejar impuesto en cada película el beneficio de la duda.

El "bobo" de Stallone como que no es tan bobo como nos ha hecho creer él mismo. Su faceta de creador y empresario en el negocio del cine le han catapultado al éxito mundial a través de sus marcas: Rocky y Rambo. Su furia se la achaca a un padre violento que le debió dar cariño.

Stallone triunfa porqué logra conectar con el público la violencia con la ternura. La estirpe del perdedor que consigue una revancha que le salve. Esto está presente tanto en Rocky como en Rambo. Muy especialmente en el primero. En el segundo hace alarde de patriotismo y su manipulación ideológica es descarada más sutil. Y por ello impactó en el inconsciente americano.