Mi más sincero agradecimiento al equipo de Barbacana por su intención de lavar la imagen del lobo en España, donde desafortunadamente sigue demonizado como el gran enemigo de la ganadería. Las intenciones son magníficas, así como el aspecto técnico, pero desgraciadamente el resultado final es más bien pobre por varios motivos. El fundamental, en mi opinión, es la falta de emoción, algo que se espera de cualquier género cinematográfico (justifico el argumento en la sección spoiler). El segundo es la sensación de relleno de gran parte del metraje, con muchas imágenes preciosas de pájaros que no aportan nada a la narración. Imagino que el equipo del documental se sintió tentado de mostrar la gran biodiversidad de España (tema para otro documental, sin duda), pero con ello sólo consiguen ralentizar el asunto central de la película. Finalmente, echo de menos mayor contraste de opiniones entre los ganaderos partidarios de la convivencia con el lobo y los radicalmente opuestos a esta especie. Cualquier posicionamiento cobra fuerza cuando se confrontan opiniones con argumentos razonados.
En conclusión, buenas intenciones absolutamente necesarias ante el acoso al lobo, resultado mediocre en la narración, que no en lo técnico.

La vi en la tele, quizá eso resta valor a mi percepción ya que la pantalla grande inflama las sensaciones. El caso es que me dejó fría. Las escenas del tsunami son magníficas técnicamente, hay mucho realismo en las heridas, las imágenes de ese desastrado hospital impactan, pero... No logro identificarme con ninguno de los personajes. En definitiva, peli ideal para pasar una tarde de domingo en el sofá sin pretensiones de gran cine.

La mirada de la guerra más humana que jamás se haya llevado al cine. Película de nostalgias y tiempos perdidos, en los que el respeto al enemigo lo dictaba el honor y el odio no guiaba las conciencias. ¿Utópica?, ¿ilusa?, ¿irreal?, por supuesto, pero por eso sencillamente magnífica.

Poesía, sueños, nostalgia... Lilian Gish, el viaje por el río, las imágenes más fascinantes y perturbadoras de la Historia del cine. Love and hate, el mal, el bien, maniquea, sí, ¿y qué? Un cuento de hadas visualmente impresionante y perturbador.

Un bonito envoltorio y muchos lazos de colores para luego descubrir que la caja está vacía, que contiene una esplendorosa porción de nada. Y 180 minutos de nada son demasiados minutos de nada, así que, con todos mis respetos, un auténtico tostón.