Un cardiólogo recién jubilado (Brandauer) regresa a su pueblo natal haciéndose cargo de la consulta médica del mismo. Sin embargo, tendrá que enfrentarse a un estúpido y caciquil alcalde y a no pocos reparos para poder ejercer. Un drama bien resuelto por el veterano Szabó que sirve para mostrarnos una postal sociológica de las zonas rurales de la Hungría rural. Tiene momentos muy buenos y otros algo planos y conservadores.

Un viejo actor retirado (Karloff) es convencido por un joven cineasta (el propio Bogdanovich) para intrepretar un último papel, muy diferente a sus habituales roles en el cine de terror. A la par, un fanático y enloquecido hombre (O´Kelly) obsesionado con las armas, consagra su enfermiza pasión por éstas asesinando a todo aquel que se cruza en su camino hasta llegar al autocine dónde se estrena precisamente la última película del veterano actor. La ópera prima de Bogdanovich (circula una horrible película de terror anterior bajo su firma...), hoy olvidada y, sin embargo, un auténtico y escalofriante estudio psicológico y psicopatológico de un individuo/metáfora de una sociedad enferma (EEUU, más armas que habitantes), de apasionante argumento repleto de cariño cinéfilo hacia Karloff (imposible una retirada más digna) y autoguiños (el propio director interpretando el papel del cineasta en la película). Un trabajo magnífico, tan modesto (factura de serie B) como llena de talento e interés. A rescatar como obra de culto.

Retrato de un niño de 8 años que siente niña. Tres mujeres (su madre, su abuela y su tía) determinarán un verano que cambiará la vida de ese niño. Primer largometraje de Urresola, una película insólita en nuestro cine (afrontar el tema de la transexualidad desde la niñez) que de forma transparente, inteligente y serena logra transmitir sensaciones y credibilidad. Pese a la inmadurez de la autora, una obra indiscutiblemente magnífica, inapelablemente interesante y admirable. Gran actuación de Sofía Otero y una película que crece y crece a medida que pasa el tiempo en la memoria y la retina.

Mejor planteada y escrita que ejecutada por un ineficiente Vera, un melodrama homosexual con elementos para haber ofrecido un muy creíble retrato de personajes y sentimientos pero que queda deslucido por la pobre interpretación de Mollá, la vulgar puesta en escena de Vera y una música tan adecuada como sobreexpuesta. Cerca de lo inverosímil, el guión de Sinde la salvan del naufragio.

A finales del siglo XIX, "L´Apollonide" es un elegante prostíbulo parisino de gran éxito. Allí, entre el trabajo de las prostitutas se esconde la historia de éstas (sus dramas, miedos, embarazos no deseados, enfermedades, palizas recibidas). Bonello nos introduce de lleno en un burdel y pese a resultar en demasía esteticista y no poco pretenciosa, no la falta riesgo y sentido del erotismo. El relato nos lleva a que un supuesto lugar de placer se vaya convirtiendo paulatina y lógicamente en una triste barraca sin alma, dónde las flores (prostitutas) se van marchitando en cuerpo y alma también. Soledades acompañadas por su propia sororidad, dónde está prohibido enamorarse/ilusionarse. Poco a poco los bonitos cuerpos decaen y la sensualidad se transmuta en decrepitud. bien rematada, a veces más vacua que auténtica, horrible música del propio Bonello. Memoria de sus putas tristes. Interesante.