Producto miscelánico, propio de la factoría Cronenberg. Con los afiches desbordantes del autor -seduciéndonos con una estética imaginativa sin par y argumentos oníricos muy desconcertantes- el espectador quedará a merced de una práxis disgregada donde el sentido moral de los personajes fluctúan entre ambivalencias múltiples e irresolubles. Al final la trama progresivamente va enfangándose en una maraña hermética que nunca es lo que parece en secuencias narrativas más ideadas en sorprender visualmente que en proponer y convencer. Una rareza cinéfila con fotogramas para no olvidar.

Película francesa de más que merecido mérito formal. Con un argumento que parece una macedonia entre onirismo, surrealismo y toques grotescos, el film nos produce recordar otras obras galas de años atrás (en concreto "Delicatessen") por la belleza plástica de la producción. La pieza es un refinada recreación lírica llena de originalidad y contenidos del absurdo. El sempiterno actor Dominique Pinon trabaja en su línea dadá habitual en la pantalla para deleite o fastidio de los espectadores.

Obra de compleja y dificultosa catalogación. Lynch, en éste primer producto cinematográfico, hilvana y confecciona un mundo poético que se sustenta tras los ambages del sueño y la perturbación. Con una trama desligada de la coherencia, con una concepción metafórica tan rica como críptica, hermética y personal el director estadounidense ofreció al público un título que nació para provocar recelo, incomodidad y que dispone de mecanismos estéticos y narrativos tan sugerentes como molestos e inquietantes. "Eraserhead" goza de tantos prismas como voces críticas que alabaron o vilipendiaron éste metraje fílmico condenado a no pisar el manto de la indiferencia. Les recomiendo que contemplen la pieza desde la baranda más alejada y soterrada de los prejuicios. Asómense a un escenario donde el humo, la niebla, el fogonazo latente de la condición humana recorre las vías más próximas a la órbita del desgarro y la desesperación.

De vez en cuando uno se deja sorpender por filmes que marcan un viso especial, distinto, revelador. El caso de "En un mundo mejor" se ubica sin duda en este apartado con justo merecimiento desde muchos planos. Su trama, la evolución psicológica de los personajes, la relaciones familiares sobre todo en situación de conflicto aglutinan un ente cinematográfico radiante, con una dirección exquisita y una puesta en escena efectiva, sin altibajos.
Una hermosa sorpresa esta pieza nórdica que con una música electrónica de ambiente impactante y su vértice lírico convence y seduce al espectador del cine social de calidad.

Versión cinematográfica de la novela homónima de Stanislaw Lem, que, en su año de publicación, se granjeó ciertos laureles de interés y mitiscismo dentro del género de la ciencia-ficción. Y es que condensar la metafísica del escritor polaco con el particularísimo sentido estético y conceptual de Tarkovsky no puede ofrecer otro producto que una cinta ahíta de intencionalidades filosóficas, teorías y planteamientos científicos donde los personajes son meros elementos secundarios y abocados a la pérdida, al fracaso. La naturaleza del planeta y el incógnito Océano representan la metáfora del conocimiento finito, siempre marcado con los límites impuestos a la razón, a la inteligencia humana.