Confieso que soy poco consumidor de animación. Pero no hace falta ser fan del género para apreciar la belleza poética de cada una de sus imágenes.
Te quedas tan ensimismado con cada una de esas micro escenas de unos cuantos segundos que te olvidas de cual es el hilo conductor de la historia, que queda críptico al principio, pero se va revelando poco a poco.
Si sois fans del género, no os la perdáis. Si no lo sois, dadle una oportunidad y dejaros llevar por su poética

La película está hecha con muy poco, con un guión que permite que el lucimiento de su protagonista, la actriz Andrea Trepat. La cámara no la suelta más que algunos momentos en que vemos los diversos aparatos y rincones del laboratorio de astrofísica donde trabaja, o cuando algunos otros personajes aparecen en las pantallas del ordenador a través de videolllamadas. El espacio podría ser de obra de teatro, vemos muy poco más que los diferentes rincones de ese laboratorio, que se convierte en el centro del universo en las tres horas y algo que representa la película que duran los acontecimientos.

En ese tiempo la protagonista se enfrentará a su gran dilema, entre un momento crucial de una vida laboral para la que vive y que le apasiona y un drama familiar que nadie entenderá que no esté atendiendo de forma prioritaria.

Con ese argumento sencillo, ese espacio tan básico y los ojos cautivadores de la actriz, el director construye una película que te engancha, que te atrapa con su dilema, que tiene buen ritmo y que te arranca algunas lágrimas.

La primera vez que la vi no me gustó nada...eso no era Woody Allen sino un publireportaje de Barcelona (un poco más flamenca y españolizada que en la realidad) y un casting de un grupos de actores y actrices a cual más guapo/a.

Pero al volver a verla veo algo muy distinto. Vale, hay algunos topicazos de visión superficial de Barcelona y España vistas desde algún rincón de Yankilandia. Pero a la vez veo uno de los tratados más interesantes que he visto en cine sobre todos los matices y contradicciones de las relaciones afectivas y sexuales, con algún personaje intenso y extremo, pero también con alguno típicamente convencional y superficial para recoger toda la diversidad humana.

Y, efectivamente, Penélope Cruz en uno de sus mejores papeles, como cambia cuando tiene un buen director!

Nada que ver con las temporadas anteriores. De acuerdo, siempre había cierto patriotismo en el planteamiento, pero con muchas más ambigüedades y matices y con una buena tensión narrrativa.

Esta temporada es un puro ejercicio de propaganda de la política exterior española, con políticos muy buenos, policías muy valerosos y árabes muy estúpidos (excepto los que colaboran con la policiía española).

Algunas escenas bien ambientadas en las zonas rurales y urbanas de la zona y poco más que se pueda salvar de este intento de colocar a España como epicentro de la caida de Kabul frente a los talibanes.

Si uno quiere una película poética, con bonitos encuadres, un ritmo sorprendente y unas actrices muy frescas, está es una buena opción.
Un grupo de amigas veinteañeras, en algún rincón perdido de Kosovo donde no hay muchas expectativas, no siquiera de lograr ir muy lejos. Pero si ansia de libertad y de vivir las desborda y algo tienen que inventar.
Hay imágenes preciosas que uno querría poder retener como fotografías o cuadros. Los personajes se hacen querer, aunque tengan un punto borde y asocial.
Pero a mí me falta tener claro de que nos quiere hablar la película. Tiene un poco de Thelma y Louise grupal y juvenil, otro poco de película de micro poemas visuales, otro de reivindicación de libertad y miedo y rebelión contra una adultez cerrada y previsible.... Pero todo queda solo esbozado, me deja con ganas de que en alguna de estas dimensiones hubiera ido un poco más allá.