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España España · Madrid
Críticas de OsitoF
Críticas 2.086
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
El Principito
Francia2015
7,1
6.384
5
22 de enero de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de llamarse igual que la obra inmortal de Antoine de Saint-Exupery, la película “El principito” no es una adaptación, sino una obra basada en la misma. Realmente, la historia que cuenta el libro está embebida como una subtrama de la trama central, en la que una niña forzada a madurar prematuramente encuentra en su extravagante vecino una ventana a la infancia que está perdiendo conectando ahí con la figura de el principito.

A nivel de animación, es factura técnica es más que correcta y muy bien integrada en la trama, con varios niveles de textura en los grafismos según la acción esté referida al libro original, se trate de un flashback o se refiera al presente. También la narración es agradable y lo personajes carismáticos.

Como soy una persona generosa, imagino que la idea es la de facilitar el acceso de los niños al libro, no la hacer un spin-off y llamarlo igual que el original, combinando la publicidad gratuita que da el título con hacerla pasar como propia y original. Pero es un punto de vista difícil de justificar puesto que una de las muchas virtudes del libro es la hacer comprensible y fácil de entender una historia más compleja de lo que parece y en la que aparecen nuevos matices cada vez que se lee con más edad. En otras palabras, si la idea era mantener el libro como elemento central, no hacían falta tantos giros se podría simplemente haber trasladado el libro a animación y, a la vista de las técnicas empleadas, habría quedado una adaptación muy correcta.

Estamos ante una película infantil recomendable, pero no puedo dejar de pensar que el director, el guionista y la productora son unos listos.
OsitoF
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5
22 de enero de 2018
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Gran Hotel Budapest” es una obra coral de esas que solía hacer Robert Altman metiendo multitud de personajes en multitud de historias paralelas que se terminaban conectando entre sí. Algunas de esas obras tenían un tono de más o menos serio o más menos cómico, pero en general se trataba de propuestas trabajadas donde el todo era superior a la suma de las partes.

Sin embargo, a Wes Anderson, en quien algunos han querido ver a un nuevo Scorsese (La revista Esquire, sin comentarios), le sucede lo contrario: consigue reunir a un envidiable elenco de artistas que son o suelen ser siempre protagonistas allá por donde van pero no los integra en la película más allá de juntarlos a todos en el mismo plano y el resultado es que por separado las partes suman más que un todo reducido a un batiburrillo forzado de famosos peleando por decir la frase que les ha tocado. Este fracaso en el planteamiento reduce “Gran Hotel Budapenst” a una simple y bobalicona comedia de enredos protagonizada por Fiennes adornada por cameos dispersos que poco aportan salvo distraer la atención de las carencias.

Y digo lo de ‘comedia’ siendo generosos. Todo lo que se ha invertido en decorados, grafismos, atrezzo y pretenciosidad de época (y en sueldos, claro), se ha obtenido sacrificando un guión que abusa del humor gestual y del estereotipo y adolece de ritmo, estructura y, lo que es peor, gracia. Hace cincuenta años, ver a los personajes disfrazados de años veinte y poniendo voces huecas de aristócratas venidos a más podía tener su gracia, pero los tiempos han cambiado y la película no, la gente ya no se ríe con un tartazo a una vieja, ni con un botones patoso. Quizá como representación teatral podría tener su justificación, pero yo creo que “Gran Hotel Budapest” llega veinte años tarde a lo que es el cine actual.

Desconcertante, incomprensible y, sobre todo, ABURRIDA. Arrasó en los oscars técnico con sus apabullantes estilismos, lo que indique que, contra lo que opinan muchos, los Oscar son coherentes en un año, 2014, que premió joyitas como “Birdman”, “Boyhood” o “Ida” y colocó a 2014 en la lista de años negros para el espectador de andar por casa.
OsitoF
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4
22 de enero de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En plena tormenta de adaptaciones Disney de sus clásicos de animación a películas de carne y hueso, el cine francés mete baza y se adelanta con su propia revisión de “La Bella y la Bestia”, imagino que intentando rentabilizar la moda y hacer pasar por Disney algo que no lo es. En lo primero, no me meto, cada uno es libre de buscar el negocio donde quiera o donde pueda. En lo segundo, Christophe Gans mete la pata hasta el fondo y transforma en oscuridad y terror un clásico de esperanza y romanticismo.

Y es que a “La bella y la bestia, una revisión tétrica de Christophe Dans” tiene unos correctos efectos especiales, un destacable trabajo de recreación histórico que trata de mezclar las dos épocas (el Renacimiento, cuando Bestia era un príncipe y el Primer Imperio francés) en las que transcurre la historia y un notable esfuerzo técnico al servicio de un guión que saca lo más tenebroso del cuento y lo pone en la piel de un actor llamado a papeles de atormentado como Cassel, una actriz cómoda en papeles fríos como Seydoux y un Eduardo Noriega completamente fuera de lugar (¿lo de que el malo sea español en una película francesa no resulta sospechoso?). Si las recientes revisiones Disney pretenden ampliar el espectro a niños y no tan niños, esta adaptación deja fuera de juego a los niños, que tendrán pesadillas y a los no tan niños, que se aburrirán, dejando sólo al típico público amante del cine francés como espectador potencial.

Quizá sea por un exceso de celo en trasladar el cuento original a la pantalla, pero esta adaptación no engancha. Creí que nunca lo diría, pero eché de menos las tazas cantando.
OsitoF
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7
22 de enero de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Disney lleva unos años embarcada en un proyecto de recrear los clásicos de dibujos animados que la llevaron a la fama a mediados del siglo pasado llevándolas a carne, hueso y efectos digitales, aprovechando los avances técnicos modernos. Dejando a un lado los mencionados efectos digitales, a lo largo de su historia Disney siempre ha estado a la vanguardia en ese campo, el proyecto se basa en dos pilares: actores de renombre y una revisión de la historia para ofrecernos un enfoque totalmente distinto.

El protagonismo recae en este caso sobre Angelina Jolie, sobradamente conocida como para decir algo más de interés salvo alabar su habitual profesionalismo. En cuanto al enfoque, precisamente pone el foque en el personaje de Angelina, Maléfica, la mala del clásico original y nos ofrece un punto de vista totalmente distinto que amplía los horizontes de la historia que conocíamos. Aquí, enriqueciendo la película original con más detalles de las fuentes de Perrault y los hermanos Grimm, entendemos los motivos de su venganza no hacia Aurora que es un daño colateral sino hacia su padre.

La modernización, además de los efectos especiales y la dirección artística de un ganador del Oscar por “Avatar”, incluye también la banda sonora que abandona el infantilismo para ser valientes y ponerse en manos de la, siendo generosos, oscura Lana del Rey, algunos de cuyos vídeos musicales puede poner los pelos de punta a un niño.

No soy amigo de los remakes, pero este revisionismo Disney, además de sus motivaciones económicas (nunca me parece mal que se quiera ganar dinero proponiendo algo interesante que haga pasar un buen rato), está más que justificado desde un punto de vista artístico. Respeta el original a la vez que proporciona más información en un formato más de hoy en día capaz de llegar a más público. Acierto de Disney.
OsitoF
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7
16 de enero de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya no basta con no ser pariente de Liam Neeson para estar a salvo de las venganzas que sufre este hombre, ahora también hay que evitar ir con él en transporte público porque de cada cuatro aviones que coge, dos sufren secuestros, uno se estrella y en el otro le pierden la maleta.

“Sin escalas” es de los primeros, de los que unos desaprensivos se suben al avión y amenzan con putear a la gente si no se satisfacen sus reivindicaciones. Dirigida por el español Jaume Collet-Serra, era inevitable que la película discurriera en un ambiente opresivo y claustrofóbico y que eligiera a su actor fetiche (más de 4 colaboraciones) y le pusiera a hacer lo que mejor saber hacer, poner cara de intriga, investigar de manera convincente y transmitir tensión sin excederse con la violencia. Con una buena ejecución, la película mezcla muchas sorpresas con los inevitables tópicos, pero se deja ver con interés.

Ya sabéis, si cogéis el metro o el ALSA, mirad a ver si veis a un tío alto con cara de haber sufrido mucho en la vida que se llama Liam y meteos en otro vagón o cerca de la salida de emergencia.
OsitoF
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