Los de Hollywood han pensado, con muy buen criterio, que había mucha gente, como yo, pobrecillos, que hace tiempo que ya no compramos tebeos, y han dicho: esto no puede ser, ¿y si llevamos el quiosco a las taquillas?, por aquello de si la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la montaña. Dicho y hecho.

Yo era un gran lector de tebeos, luego llamados cómics y ahora novelas gráficas para darles un toque "culto", la verdad es que todo tiene su tiempo, y yo ya me harté de diversión infantil y adolescente con el Capitán Trueno, Hañazas Bélicas, el Jabato, etc ... etc ...

Que ahora lo quieren hacer en cine, muy bien, que no cuenten conmigo, se me pasó la edad, aunque reconozco que no queda mal del todo: hay como un aliento épico en algunas escenas, no se cuenta una historia ni falta que hace, todo es una secuencia de viñetas gráficas adaptadas a la gran pantalla, por aquello de cambiar de vez en cuando, aunque las adaptaciones de cómics ya llevan de moda unos cuantos años, ... lo que no está tan de moda es la adaptación "casi literal" de un cómic.

Y la verdad es que queda casi "cómico" eso del cómic traspuesto tal cual. Es así como medio dibujos animados, estética de primer plano angulado, cámara lenta que nos hace figurarnos que estamos viendo mismamente el tebeo, un color muy raro, ... seguramente para prestar fidelidad a la novela gráfica original, pero lo más "cómico" de todo son los diálogos, que a veces parecen sacados del guionista más cutre, y otras veces te das cuenta que proceden de los escasos "recursos literarios" de los novelistas gráficos.

En fin, para la historia queda, el tiempo da y quita razones, a mi ni fu ni fa, si quiero eso voy al quiosco (perdón, se me pasó ya la edad), pero si quiero que me cuenten una historia, con un argumento, un principio, un desarrollo y un final, ... me voy al cine, claro que uno ahora tiene que mirar muy bien si la película es película o cómic, porque a la que te descuidas te dan gato por liebre.

Reconozco que quedan muy bien algunas frases, como lo de "nos veremos en el infierno" (cuando se supone que este es un concepto cristiano), o la de "los espartanos no se arrodillan ni se rinden jamás" (cosa que queda muy bien, pero que en la realidad, como alguien ha resaltado se aliaban con los persas o con Belcebú si era menestar, por otro lado algo normal en aquellos tiempos), pero bueno, no pasa nada, esa "idealización" de la historia va implícita en la estética de cómic.

En fin, no se puede decir que sea un subproducto, sino todo lo contrario: un producto muy muy cuidado para sacar el máximo provecho económico a unas cuantas frases huecas y a una estética de "novela gráfica" casi imitada al cien por cien, de forma magistral, todo hay que decirlo, si querían copiar no han podido hacerlo mejor, hasta los actores ponen de su parte, con miradas fijas, frases lapidantes y músculos a base de gimnasio (supongo, o lo mismo lo han simulado por ordenador, quién sabe).

Al leer la crítica de Leon Newman comprendo muchas cosas de repente: las películas de aventuras que vimos en nuestra infancia son intocables, estoy de acuerdo. A mí me pasa con películas como "El capitán Blood", "Scaramouche" etc ... Tampoco es casual que cite dos de espadachines (eran mis favoritas, con las de piratas).

Ahora, lo que de verdad no me esperaba nunca es que se trasladase la Edad Media a las Futuras Galaxias, pero claro, ¿qué le importa eso a la imaginación infantil? Tienes razón, Leon Newman, hay cosas que no se pueden tocar.

Ahora bien, como yo ya no estoy obligado a defender películas que ya vi de adulto, apunto sólo un defecto: esta saga es más bien "infantiloide", y con esto quiero decir que si con "El capitán Blood", pongamos por caso, podían disfrutar mayores y chicos, con esta saga galáctica, yo creo que sólo disfrutaban los chicos, al menos mi mentalidad de adulto se negaba a prestar ni siquiera un poco de atención a un guión escrito más bien para la mentalidad americana, que es más bien una mentalidad infantiloide, porque sino fuera así ¿cómo podrían sobrevivir?

A lo mejor era una terapia por lo de Vietnam, quién sabe, ... aunque hay que reconocer que cautivó a chicos y adolescentes de todo el mundo, misterios de la vida. A mí me cautivó en su época "Un viaje alucinante", sobre un submarino que se inyecta en la vena de un científico que tiene un tumor cerebral, por supuesto un submarino con su correspondiente tripulación y previamente miniaturizado. Para mí, aquello era el no va más. Vista años después, comprendo que mi imaginación de adolescente fascinado por la biología y la ciencia la sobrevalorara en exceso. Venga, ahora ponerme noes, lo tengo bien merecido por meterme con "lo sagrado".

Con las películas antiguas pasa lo que pasa: se mitificaron en su momento, y desmitificarlas cuesta Dios y ayuda. Hay innumerables casos, y uno de ellos es esta "Partida de campo" que parece poco más o menos un documental sobre un rodaje, ahí le añadiríamos unas tomas y quedaría como un documental magnífico sobre un rodaje de la época.

Pero no, el director Jean Renoir, creo que nieto del pintor impresionista, rinde un homenaje a su antepasado y pretende "captar" la fugacidad del momento como haría un pintor. Sólo que pintura y cinematografía son artes completamente diferentes, sin apenas relación entre ellas, por lo menos eso es lo que pienso.

Como historia de ficción (algo que en pintura no existe simplemente) tiene más de una fisura, la principal, sin duda, que apenas tiene historia que contar (como no sea, nuevamente, la de un rodaje, pero esto es poca cosa a día de hoy), es repetitiva, a veces no sabemos por qué al director le parece mal una escena y bien otra, nosotros no percibimos la diferencia, como no sea un matiz, una entrada a destiempo de un personaje, etc.

La verdad sobre películas antiguas es que muchas son magníficas, incluso a día de hoy, muchas son malas a rabiar, y muchas otras, entre las que incluyo ésta no resisten muy bien el paso del tiempo, y quedan obsoletas. En este caso porque es un embrollo de carácter intelectual, que no nos dice nada, y que recuerda a películas de "arte y ensayo" de los sesenta, y nunca mejor dicho lo de arte y ensayo, arte por el homenaje al pintor, ensayo porque en realidad fue una obra inacabada, que acabó proyectándose como quedó, un mediometraje sin mucha salsa. Como "arte" ya hemos dicho que poco tiene que ver la pintura con el cine, la primera básicamente retrata todo lo bien que puede, y según el estilo del pintor, una escena cualquiera, sería como un fotograma de un película, sólo que manual y artístico.

El cine, en cambio, es un arte novísimo, que bebe en las fuentes de la literatura, y que pretende, mediante la captación del movimiento, contar una historia ficticia. Nada por tanto que ver, en principio, con la pintura, a no ser que encuadremos a ambos como "arte", pero ya sabemos qué pasa con las palabras grandilocuentes, no sirven para nada, ... sobre todo en lo que respecta al cine, que es a la vez, además de "arte" (demos el significado que demos a esta palabra), espectáculo, industria, entretenimiento, forma de relación social, etc etc ...

En resumen, en cuanto película, más bien pasable, sin demasiado interés, en mi pobre opinión, claro que doctores tiene la Iglesia, que dice el dicho.

Es increíble que una historia tan sencilla, tanto tanto que ni siquiera es una historia, para hablar con propiedad, se llevase la Palma de Oro de Cannnes del año 1956. Hace ya más de medio siglo de eso, y no creo que, vista a día de hoy, lo hicieran, fuese el jurado que fuese, siempre habría alguna otra historia, por simple que fuera, que implicase a humanos, que mereciese una palma de oro, digo yo.

A destacar eso sí, recuerdos de mi infancia, no en Paris, pero por lo visto la globalización comenzó hace mucho tiempo, ... esas tapias, esos empedrados, esos tranvías, esos descampados, qué nostalgia. Y esos globos, también.