He leído casi la totalidad de libros de Federico Moccia y, ni por asomo, pensaba que se pudiese hacer una adaptación española de una de las mejores obras del escritor italiano. Para muchos italianos, el lenguaje que usa el escritor en sus libros ("Scusa ma ti chiamo amore", "Scusa ma ti voglio sposare", "Tri metri supra il cielo" ...) es un lenguaje bastante faltón, ahondando casi en la mala lengua que, queramos verlo o no, es la que usamos universalmente los jóvenes. Anécdotas aparte, Fernando Gonzáles Molina (Fuga de cerebros) sale más que airoso de su cometido. Incluso, consigue superar con creces a la versión italiana del mismo título. En este caso, toda esa dulzura romana se cambia por la puta realidad: todo acto tiene su consecuencia. Disculpad si suenan mis palabras duras, pero, tras ver la película, me he quedado llorando un rato largo. El film es duro. Una historia de amor en un mundo de muerte, de sangre, de violencia. Y con estos ingredientes y, aunque el final resulte previsible (aún sin leerse la obra), te quedas impactado por lo que visionas en la pantalla.

Mario Casas (Fuga de cerebros, El barco) y María Valverde (El hombre de arena, Tierra de lobos) hacen una pareja perfecta. Ella de niña bien con ansias de vivir y él (aún sin ser santo de mi devoción) de chico malote; consiguen transmitir todo aquello que es el amor: riesgo y dulzura. Riesgo que se acrecenta en la última parte del film.

Como secundarios, encontramos a un buen Álvaro Cervantes (Punta Escarlata) en el papel de Poyo que, a buen seguro, arrancará una sonrisa y más de una lágrima a much@s. Y pululan por pantalla Andrea Duro (FoQ) y Pablo Rivero (Cuéntame) que, sin ánimo de ofender, el Pablito es un perro con pintas que, lejos de aportar nada, se pasea con su misma cara que en Cuentame, sin sangre ni nada. Con menos dotes de interpretación que un escarabajo.

En fín, os recomiendo verla. Sentir que es posible amar. Que es posible estar a tres metros sobre el cielo.

LO MEJOR: María Valverde (Babi), Marina Salas (Katina) y, sobre todo, Poyo (Álvaro Cervantes). Ese final que te deja pensativo, hundido.

LO PEOR: La música y Pablo Rivero.

10/10.

A más ver...

H.

He gozado viendo Scream como un enano. Lo admito.

Soy fan de la saga desde sus inicios. Desde finales de los '90 en los que disfrutaba viendo estas películas de terror que, no nos engañemos, eran mejores en aquella época. O quizás yo era más impresionable de lo que soy hoy en día.

Scream es una especie de reinicio recuela de la original dirigida por el gran Wes Craven. Apuesto a que estará orgulloso de que los responsables de la genial "Noche de bodas" se hayan encargado de realizar esta nueva obra de arte. Sin duda a la altura de la primera.

Se nota que ha sido hecha desde el cariño a la saga. Desde el claustrofóbico inicio (que emula al de Drew Barrymore) hasta ese tercer acto que despertará nostalgia en los seguidores acérrimos de la saga.

Todo funciona a la casi perfección en la película.

De diez. No diré más.

A más ver...

H.