Será una de las pocas películas que me ha mantenido con los cinco sentidos puestos en ella. Es una delicia para el entretenimiento que buscamos y no cae en el pecado de bajar un ápice en su propósito. Tremendo como trabajo humano y soberbio en su desarrollo, cómo tal disparidad de actuaciones convergen en un film que goza de gracia desde principio a fin.
No llega a ser perfecta porque lo único que no recuerdo como algo notable es la interpretación de Gael García Bernal, muy contenido en esta road movie.

Es duro superar la primera media hora de violencia barata y desmedida que se sucede en este film, después, esta película te puede ofrecer algo más, algo más digerible pero con una moralina final muy vista.
Cuando el personaje toma conciencia de sus propios actos puede que el espectador esté ya asqueado y en un arrebato se levante de la butaca, pero podemos pensar que tanta crueldad expuesta se debe a algún fin.
Mezclada con una fotografía bellísima y una combinación de luces pocas veces vista con tanta hermosura, nos enseña una Suráfrica que apenas se conoce, con unos cielos rojos como sangre.
La interpretación es sublime, sobre todo en los dos personajes principales, la cual debería desencadenar un futuro prometedor.
La pena es que tenga tantas escenas desagradables y en ningún momento le llegues a coger cariño al protagonista, a pesar de las lágrimas finales.
No apta para espectadores sensibles.

No tiene ni pies ni cabeza. La investigación es vergonzosa, el sistema usado por la policía genera comicidad
Los métodos del director son de un novato, las escenas de sexo gratuitas no crean más que sorna . Menudos cortes que mete para cambiar las escenas, es de lo peor que he visto.
La trama es irrelevante, plana, hueca y el único aliciente que podía tener la película se queda en una mera suposición.
Tanta polémica para tanta basura.