Creo que quien vea esta película sólo como una historia de sectas se equivoca porque hay muchísimo más.
El largo prólogo está muy bien realizado, con unos detalles intrascendentes en apariencia que luego cobrarán vida.
Ya en Suecia el absurdo se va haciendo razonable y lo imposible posible. Todo es blanco, limpio, diáfano, con una claridad, por el solsticio, que no desaparece en ningún momento pero donde la brutalidad, la locura se va desarrollando sin límites.
¿Se trata de eso? ¿De que lo peor que tenemos puede convivir con lo bello y lo aparentemente perfecto? ¿Que lo que vamos logrando y de lo que nos vanagloriamos nos depara lo peor que podemos imaginar?
Aunque lenta en algunos momentos y quizá un poco larga, depara crecientes escenas de completo exceso que apabullan, tanto con la imagen como con la interpretación y casi te dejan sin palabras al acabar... aunque te dan para seguir pensando en lo que has visto durante mucho tiempo.
Muy sobresaliente la interpretación de Florence Pugh, tan excelente con en "Lady Macbeth"

Tras un comienzo atractivo, alternando dos historias que se cruzarán, y una presentación tranquila de lo que va a ir pasando, la película se estanca en una indefinición, con lentos avances en la trama. Lo compensa el tercio final donde con buen ritmo narrativo se va produciendo el desenlace.
Quizá una excesiva fijación física en la protagonista cuando las armas del personaje van más allá de lo sexual.
Agudos puntazos sobre la utilización de la mujer por el hombre en el poder y en la historia.
Una interesante película de espías con una historia actual fácilmente creíble -coincide su estreno con los hechos acaecidos en Londres- que bien podía haber desarrollado en los años 60 en plena guerra fría.
Las cosas cambian menos de lo que parece y Rusia siempre será Rusia con zares, bolcheviques o putines.

Cuesta hablar de ella sin acudir a los spoilers pero, aún así, tenemos enfrente una película de miedo, no sólo de sustos, de suspense e incertidumbre por lo que va a pasar, sino un miedo profundo, que cada cual siente según porqué.
La introducción es soberbia y te entra por los ojos cada detalle de las imágenes.
El desarrollo posterior no defrauda hasta que, de alguna manera, te puedes sentir viendo otra película de gente que tiene que huir para salvar sus vidas de algo desconocido... y así esperas que se irá desarrollando hasta el final.
Pero no. Sigue ampliándose en muchas cosas que va a ser difícil explicar, sin que pierdas la atención ante un ritmo magnífico.
Hay un momento en que la película parece irse de las manos, que el terror íntimo se amplían sin saber a dónde va a ir a parar.
Pero se recupera lo íntimo, se vuelve hábilmente a lo que nos llega más como personas, al miedo de cada cual del principio... y nos lleva a un final sobrecogedor.
Cierto que hay agujeros en el guión, tanto como lo bien llevado de las interpretaciones y una banda sonora excelente.
Más que una película de suspense y terror, ya digo, es de miedo puro y cargada de simbolismo para analizar a la vuelta del cine, engrandeciendo la proyección.

Esta soberbia película me ha recordado durante muchos momentos y en parte a grandes películas del cine italiano -8 y medio, Ladrón de bicicletas, Crónica de pobres amantes...
La localización y la ambientación es impresionante así como la interpretación del protagonista, Marcelo Fonte.
Va muchos más allá de una película de venganza y refleja, sin sentamentalismos, la miseria humana, que contemplan desde sus jaulas, tranquilos, pacíficos, los perros.
Sales del cine impresionado por un montón de cosas.

No destaca entre las películas de este tipo y resulta más aparatosa que efectiva aunque resulte interesante la ambientación y las interpretaciones me parezcan de calidad.
Se puede pasar el rato con ella sin demasiadas pretensiones y pasando página incluso antes de salir de la sala.