El cuñado de Elsa Pataky, en 2.013 con 23 años, se encontraba en proceso para convertirse en actor... o por lo menos en el tipo de actor que él tenía en mente. Con una estatura de 1.91 y generosas características físicas, podía lograrlo si se empeñaba en ello. Ahora con 33 años, ha conseguido un discreto lugar en el Start system, donde se maneja cómodamente.

EL PODER DEL DINERO, es una película de ambición y renuncia. Asume tópicos en una línea similar a WALL STREET, aunque carente de su interacción, ni calidad. La he valorado con un 6 porque me gusta mucho el género y por supuesto me ha entretenido.

Refleja con fidelidad algo que en estos momentos sucede con excesiva frecuencia. El cine gay se nutre de historias con base hetera, trasladadas al mundo homosexual, con escasa veracidad.

En CAIDA LIBRE, se relata el encuentro de dos policías en formación, que inician una relación, donde, Marc uno de ellos se la niega, al estar viviendo en pareja mientras su chica espera un hijo.

Hanno Koffler y Max Riemelt, construyen dos personajes rotundos, sinceros, lejos de absurdos artificios. La composición interpretativa posee la suficiente fuerza para no caer en comportamientos alejados y extremos que restarían credibilidad.

Pudiera pensarse, que Jerome Bixby, su autor tuvo acceso a un conocimiento, de alguna manera trascendente, que deseó transmitir. Al menos es lo que muchos creímos entender... en mi caso antes de enfrentarme a la película. Pero la contrariedad por el propio descubrimiento de una simple historia muy bien urdida, no fue tanta, como el desengaño por lo que hubiera querido hallar, y no tropecé.

Las hipótesis que sugiere van desmoronándose a medida que el relato avanza. Partiendo de una fascinante idea, no encuentra el camino de los propios enigmas que acomete. Es en el instante que desea resolverlos, cuando fracasa.

Lamento que algunas de las preguntas que plantea, en ocasiones sean menos pueriles que sus respuestas. Pudiera pensarse que deseaba acometerlo todo sin dejar nada por resolver... o muy poco.

Me he sentido decepcionado... muy decepcionado; creo que tan solo se trata de una historia bien construida, atiborrada de fantasía, sin trascendencia.

Tal vez sea un tanto pretenciosa en su exposición visual... En ningún momento prometía entretenimiento, al menos el que yo busco. Y así fue.

Ralph Fiennes, ejecuta la interpretación de un lamentable psicópata, con flema británica, amparado por esa expresión de Gioconda que no añade nada a su personaje, restado por la nefasta elección de casting... Estoy pensando en Luis Tosar interpretando a ese chef... ¡¡¡DIOS!!!. Pido humildemente disculpas por la comparación, pero no voy a borrar el párrafo.

La historia pretende sorprender... pero está poco estudiada; es un traje de buena tela, mal cortado. Las caracterizaciones tienen un toque histriónico, cuya especie no ha sido ajustada a las necesidades del plato.

Filmada con una gran potencia visual. No tiene nada más aparte de unas buenas interpretaciones, que le dan un punto necesario, en el caso que contase una historia... porque no la cuenta.

Lo más importante es precisamente eso... la trama, que aquí resulta tan débil que se convierte en insustancial. Por supuesto no me ha interesado, porque en ningún momento ha quedado claro el objetivo de todas esas imágenes que se alargan sin destino durante casi dos horas menos cuarto.