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Críticas de ArturoGMaiso
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Críticas 108
Críticas ordenadas por utilidad
6
21 de enero de 2013
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La carta de presentación es simplemente apabullante: Tom Hooper, encumbrado por El Discurso del Rey (4 Oscars), adapta al cine una de las obras literarias más leídas del siglo XIX y uno de los musicales más exitosos de los últimos 30 años.

Nada más escuchar la melodía principal en su espectacular trailer se te ponen los pelos de punta.

Los actores encargados de cantar (lo hicieron durante el rodaje en directo, no utilizaron playback) e interpretar conforman, como no podía ser de otro modo, un reparto de ensueño: Hugh Jackman, Russell Crowe, Anne Hathaway, Amanda Seyfried, Eddie Redmayne, Samantha Barks, Helena Bonham Carter, Sacha Baron Cohen...

Y por todo ello, y una vez más (muchos son los ejemplos similares en Hollywood), me entristece tanto no poder hablar de Los Miserables como de una gran película.

Tiene momentos bellísimos, casi perfectos, apuestas valientes y valiosas, y una intensidad por momentos abrumadora (sobre todo en su primera mitad).

Esos primerísimos primeros planos, elegidos junto a una profundidad de campo mínima (lo que provoca que solo el rostro del actor esté nítido, y que toda nuestra atención tenga que centrarse en él) conforman las condiciones perfectas para que el espectador pueda disfrutar de unas interpretaciones geniales y entregadas. Me refiero a la de Hugh Jackman, y sobre todo Anne Hathaway, que convierte el tema musical "I Dreamed A Dream" en los mejores minutos del excesivo metraje.

Pero en este espectacular reparto es donde comienzan los problemas, o mejor dicho: en su elección. Todos ellos son grandes actores, pero no todos están bien. Russell Crowe (acostumbrado a ser el héroe) no impone el miedo ni el odio que requería su papel de villano, y Eddie Redmayne (cuya voz es un privilegio escuchar) no encaja bien como joven enamorado. Sus escenas junto a Amanda Seyfried carecen de la pasión necesaria para que nos creamos su repentino romance.

Una pasión que sí muestra Hugh Jackman, pero que llega a cansar debido al exceso de secuencias en las que le toca lloriquear frente a la cámara.

Las escenas espectaculares no lo son tanto. Solo el comienzo y el final consiguen moverme algo dentro. Durante todo el tiempo que nos encontramos peleando en las trincheras, no sentimos nada, y no son pocas veces las que nos encontramos con movimientos de cámara exagerados que no aportan mucho al conjunto.

Por no hablar del guión... flojo trabajo el de William Nicholson (responsable de por ejemplo el guión de Gladiator).

Los Miserables es, por tanto, una película excesiva. Excesiva en sus virtudes y también en sus defectos.

El Cine en la Sombra
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ArturoGMaiso
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6
17 de octubre de 2012
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La tormenta de hielo es un retrato de la sociedad americana en los años 70, cuando la liberación sexual estaba en auge. Para ello, se centra en dos familias vecinas, cuyos miembros sufren una gran inestabilidad ante los continuos cambios que se producen tanto en ellos mismos como a su alrededor.

Los personajes (interpretados por un reparto espectacular: Kevin Kline, Joan Allen, Sigourney Weaver, Christina Ricci, Tobey Maguire, Elijah Wood, Katie Holmes) que aparecen en pantalla son individuos huecos, vacíos. Tan solo el sexo parece hacerles actuar. Y esto, inevitablemente, afecta a la unión familiar, a los lazos que unen a sus miembros.

Lo único que tienen en común es la incapacidad para comunicarse entre ellos. Quizá, muy posiblemente, porque no lo intenten con la suficiente fuerza. Esto provoca una sensación de soledad dentro del seno familiar que resulta realmente angustiosa.

En la pantalla todo parece helado. Frías son las relaciones personales y amorosas, frío es el modo en que actúan los personajes, frío es el tiempo y fríos los colores. Sin embargo, vemos, o más bien intuimos, que bajo esa capa helada de apariencias y fingimientos, se esconde el calor de los seres humanos, el amor, el deseo, y los sueños.

Y es que La tormenta de hielo recuerda en más de una ocasión a la genial American Beauty (aunque en mi opinión no llega a su nivel).

La tormenta de hielo juega con el subtexto, con lo que no se dice o no se hace, con los detalles y las sutilezas, y aunque en la superficie no parezca haberlos, también con los sentimientos.

Lo más curioso es que este concienzudo análisis lo realiza un extranjero. Ang Lee, de origen chino, es un experto en contar historias donde se produce un conflicto entre la modernidad y la tradición, entre las ansias de libertad y la responsabilidad hacia otras personas, así como la necesidad de guardar las apariencias. La tormenta de hielo responde a todas estas características, y aun siendo una de sus películas más reconocidas (que no conocidas), no logra maravillar.

Es una obra que gusta más al intelecto que al corazón.

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ArturoGMaiso
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7
16 de octubre de 2012
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Dos hombres irrumpen en una timba de póquer protegida por la mafia, robando todo el dinero allí apostado. Esto provoca que la confianza de la calle en este tipo de eventos ilegales se resquebraje. Los altos cargos de la mafia harán entonces lo que sea para restituir la confianza de los mercados.

Así comienza Mátalos suavemente, una película que si bien nos habla sobre los bajos fondos y sus entresijos, pretende ir mucho más allá, haciendo una crítica al sistema capitalista y al gobierno americano, y en última instancia, acusando a la política de funcionar como un negocio no muy distinto al del crimen organizado.

Como dice el personaje interpretado por Brad Pitt, lo importante es lo que la gente crea, y Estados Unidos da una imagen muy diferente a lo que realmente es.

Mientras Obama habla de libertad, igualdad, dignidad, y patriotismo, en pantalla vemos miseria, decadencia, violencia e individualismo. Mientras Obama suelta esperanzadores discursos sobre unidad y comunidad, se nos muestran personas abandonadas, empujadas a la delincuencia y la marginalidad. Mientras escuchamos largas peroratas sobre los valores de un país, somos testigos de la mayor decadencia moral.

La película es brusca, directa y evidente. Dice lo que quiere decir sin complejos ni camuflajes. Ha sido acusada de mostrar todo en su superficie, de ser demasiado obvia. Pero su apuesta no es la sutileza sino el puñetazo, fuerte y doloroso, y en mi opinión es una decisión muy respetable.

Los personajes están muy bien trazados (quizá sea el de Brad Pitt el más plano de todos ellos, aunque el carisma y la personalidad con que lo encarna lo compensa). El matón interpretado por James Gandolfini, vulnerable, triste, corrompido, es quizás lo mejor del film.

El director, Andrew Dominik (Chopper, El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford) apuesta por el realismo más descarnado, con largos diálogos (reproducidos por unos actores inmensos; Brad Pitt, Richard Jenkins, James Gandolfini, Ray Liotta, Sam Shepard) que se muestran naturales e interesantes, y un cierto aroma a improvisación que aporta en este caso gran verosimilitud.

Por ello creo que los ocasionales alardes visuales, artificiosos e incluso molestos, entorpecen el tono general del film, y juegan en contra de sus propósitos iniciales. En medio de esa atmósfera excelentemente construida de sangre, sudor y suciedad, aparece de repente el cartón piedra, la mano caprichosa del director.

El desenlace es súbito, repentino (no necesariamente en el mal sentido. Va acorde con el resto de la película). Brad Pitt verbaliza el mensaje que el film ha estado mandando a lo largo de todo el metraje. Lo dice de forma clara y contundente. Y los títulos de crédito aparecen. Mensaje mandado, final del film.

Una película valiente, distinta.

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ArturoGMaiso
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7
28 de diciembre de 2012
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Another Earth (2011) sigue la estela dejada por Monsters (2010) o la más reciente y conocida Melancholia (2011) de Von Trier. Es, al igual que aquellas, un film que utiliza la ciencia ficción como telón de fondo para explorar los más realistas comportamientos y las más intensas preocupaciones del ser humano.

Pues cuando nos enfrentamos a Another Earth nos estamos enfrentando realmente a un drama psicológico, uno que explora la culpa, la búsqueda de redención y la responsabilidad sobre los propios actos. Uno que lleva el concepto de segundas oportunidades hasta límites desconocidos.

Pues Rhoda, la protagonista de la cinta (interpretada de forma convincente por Brit Marling), ha cometido un error fatal. Una equivocación fatídica sobre la que no se puede rectificar, que ha girado la vida de los implicados 360º, y también la suya. En un instante, ha dejado de ser una prometedora y alegre joven, para pasar las horas limpiando baños. Limpiando, al fin y al cabo, su terrible error.

Pero se asoma en el horizonte, allí en el cielo, algo que va a cambiar todas nuestras concepciones. Es un planeta, un planeta igual que el nuestro, un calco de nuestra existencia. Nosotros vivimos aquí, pero según nos dicen, también lo hacemos allí.

Entonces, ¿nuestro yo allí habrá cometido los mismos errores? ¿vivirá una posibilidad que nosotros rechazamos o destruimos?

Así, utilizando un pretexto imposible, para muchos un tanto forzado (pero desde luego sugestivo), la película aborda cuestiones como quienes somos, quienes podríamos haber sido, como vamos alejándonos de nuestro yo soñado para quedarnos simplemente con nuestro yo, como nos modifica el contacto con los demás, como nos influye la suerte, como tratamos de vivir una vida ordenada en el caos del universo, como...

Con todas estas preguntas, el que busque un relato fantástico de pura evasión, este no es su viaje. Pues Mike Cahill ha creado con Another Earth una película dolorosa, distinta, de aspecto y corazón independiente, algo tramposa, y que puede desprender cierto aroma a cortometraje alargado. Pero ante todo, ha creado una locura realmente sugestiva.

El Cine en la Sombra
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ArturoGMaiso
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5
25 de septiembre de 2012
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Iron Sky es una delirante película que narra como varios científicos nazis, antes de terminar la Segunda Guerra Mundial, lanzan un cohete al lado oscuro de la luna. Allí establecen una base que les permite recomponerse, y planear una invasión que suponga el IV Reich.

Ante un argumento tan loco, Timo Vuorensola, director y actor finlandés que debuta tras las cámaras con este largometraje tan particular, parece no apostar por ningún género en concreto, mezclando ciencia ficción, comedia y acción a partes iguales. El resultado es una película que por supuesto no puede ser tomada en serio, pero cuyo potencial cómico parece desperdiciado (al menos no exprimido al máximo).

Hay ideas realmente buenas en estos 93 minutos de película. Hay momentos brillantes, inteligentes y polémicos. El final es un buen ejemplo de ello.

Sin embargo, la sensación predominante a lo largo del metraje es la de estar observando algo tonto y simplón. En parte porque esos instantes geniales llegan rodeados de otros que no lo son en absoluto.

Porque si algo define a este filme es su bipolaridad. Al no decidirse por un tono concreto, la parodia se mezcla de forma indisoluble con el cine más serio y la espectacularidad de algunas escenas no deja de tener un cierto aire de serie b.

Cuando a mitad de metraje, tras una de la mejores escenas de la película, el director parece haberse decidido finalmente por la sátira política, todo se acelera y comienza una serie de secuencias de acción que suponen los peores minutos del filme. Iron Sky únicamente retomará el vuelo en los últimos compases.

Por lo comentado hasta ahora pienso que la labor de dirección de Timo Vuorensola ha sido un tanto torpe. Pero de la misma forma, debo decir que la puesta en escena y la ambientación son magníficas. Más si cabe, teniendo en cuenta el escaso presupuesto con el que se contaba (7,5 millones de euros para una película de estas características no es mucho).

Llevar a cabo una producción así en un país como Finlandia es algo realmente difícil. Se consiguieron algo más de 6 millones de euros por la vía de financiación tradicional; productoras de cine y otras empresas interesadas en invertir. El proyecto tenía un precedente, la serie online Star Wreck (una parodia de Star Treck que tuvo bastante éxito en internet), dirigida también por Timo Vuorensola.

El resto, casi un millón de euros, se lograron a través del crowdfunding, un nuevo sistema de financiación muy ligado a la red. Este consiste básicamente en donaciones de los internautas. Crowdfunding es en su significado más amplio financiación en masa. Muchas personas que aportan cada uno una cantidad de dinero muy pequeña.

A cambio, el equipo de producción de Iron Sky ofrecía a sus colaboradores/inversores una serie de retribuciones más bien simbólicas o ciertos objetos de merchandising.

Esto, a su vez, ha servido a la película como campaña de marketing, pues muchos medios han sido los que se han hecho eco de su manera de proceder. Tampoco hay que olvidar que en este proceso se ha conseguido fidelizar a un gran número de usuarios, que además de aportar dinero han creado un vínculo casi personal con el proyecto (se sienten parte de él, han participado en él).

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ArturoGMaiso
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