Básicamente ya está todo dicho de esta película, como he podido leer. Hace poco me entró el tirón de saber cosas sobre las seis mujeres de Enrique VIII, así que busqué libros y películas para ilustrarme un poco. Y tengo que decir que, pese a que también se toma muchas licencias históricas, la serie Los Tudor es muchísimo mejor que este pasteloso aporte de Justin Chadwick a la gran pantalla. He aquí algunas de las principales diferencias (siempre refiriéndome a esta película):
1- Ana, interpretada de manera brillante por Natalie Portman, se muestra firme y ambiciosa como corresponde, pero resultan patéticos sus llantos porque no puede mantener el amor de Enrique. Al parecer, ambos eran de armas tomar. Además, Enrique apreciaba que una mujer fuese atrevida y respondona mientras se la cortejaba, pero si era su mujer esperaba que fuera sumisa. Al final, Ana es rebajada hasta el absurdo en el cadalso.
2- María, la buena y virginal hermanita de Ana. Nada que ver, al parecer, con la original de quien se decía que era un poco ligera de cascos. Perdió rápidamente el favor del rey porque también se entregó a él demasiado rápido, y Enrique es de los que se cansan a la primera de cambio.
3- Enrique, el octavo de su nombre. ¿Dónde está la fuerza de este personaje? ¿Dónde su temple y su resolución? Más bien parece un muñeco inexpresivo que se mueve porque su consejo se lo manda y punto. Aunque me gusta que sea Eric Bana quien lo interprete porque es muy mono, y no me imagino a Anthony Hopkins haciendo de Enrique y las chicas suspirando por él por lo guapo que es.

Al final, la película se queda en un simple culebrón televisivo, la típica película de Antena 3 por la tarde, con un triángulo amoroso que no se resuelve a favor de nadie y un final tonto para contentar a los que les gustan los finales con moraleja.

Maravillosa película que vi sin demasiadas esperanzas tras leer la sinopsis en el teletexto. En mi defensa, alego que nunca había oído hablar de ella ni había leído el libro, así que al principio pensaba que era algo más adecuado para los niños. No había disfrutado tanto desde Indiana Jones, en serio.
Buttercup, la típica princesita de los cuentos, no es exactamente mi personaje favorito. Pero adoro su fe ciega en que Weasley volvería a buscarla a pesar de todo. Puede que fuera superficial y un poco tonta, pero estaba sinceramente enamorada.
Weasley es el típico héroe que lo tiene todo: fuerza, agilidad, inteligencia, una paciencia enorme y un corazón noble. Si os fijáis bien, no tiene ni un solo defecto, pero eso no lo convierte en un pesado o un presuntuoso.
Íñigo, sin duda el mejor. Además, es español, jejeje (de Toledo, para ser más exactos). Su frase ha pasado a la posteridad, así que ya está todo dicho.
Fezzik, otro que me gusta mucho. Grande, sencillo y bueno, sin ganas de pelear ni de hacer daño a la gente. Tierno y entrañable.
Y, por supuesto, no puedo dejar de mencionar a la que, para mí, es la mejor pareja del cine: Milagroso Max y Valerie. Su discusión es genial, aunque en el libro también está muy entretenida y es un poco más larga. Adoro la voz chillona de Valerie y cómo va persiguiendo a Max por la casa gritando: Humperdinck, Humperdinck!!
Excelente.

Esta "película" supone una total y absoluta vuelta de tuerca si la comparamos con su predecesora. Vamos, que casi no tienen nada que ver una con la otra: no se repiten escenas, no se calcan diálogos, no se ven hormonas disparadas... Nada. Es casi como una película de culto.
El personaje de Bella, pues qué decir, espléndido de principio a fin. La amplia variedad de registros interpretativos de Kristen Stewart la convierten en la candidata más que apropiada para el Óscar a la mejor actriz. Es la típica chica que enamora a la cámara casi tanto como a su amante vampírico. Por no hablar de su labia y elocuencia, desde luego. Estamos ante una chica que no parece que se haya aprendido su papel de memoria. Sus escenas son tan conmovedoras que todas las chicas nos sentimos identificadas con ella.
El vampiro diurno aparece poco, así que paso de él.
En cuanto a Jacob, el hombre-lobo... ¡Por favor, qué bien retratado está su personaje! Si es que da gusto ver cómo le saca partido a las escenas, cómo llena la pantalla con su presencia, cómo se nota que está enamorado, cómo se marca los pectorales... En fin, que es un actorazo de los pies a la cabeza. Su cara de avispado lo dice todo.
Película recomendadísima para todos los que quieran disfrutar de una historia de amor eterno (y tanto) que hará que más de uno se deshidrate de tanto llorar.

En el spoiler, mi opinión sin sarcasmo.

"Vaya pedazo de truño"
Es lo único que pude decir tras ver los primeros capítulos de esta telenovela, aunque bien me habría valido con ver sólo cinco minutos de cada uno, porque la verdad no sé cómo aguanté tanto. La historia de Diego de la Vega reducida al máximo, hasta un nivel digno de una babosa. El Zorro, héroe que luchaba en favor de los oprimidos, aquí se convierte en un don Juan de tres al cuarto al que sólo le importa cepillarse señoritas de la alta sociedad y que nadie descubra quién se esconde bajo ese antifaz bordado con hilo de oro (súperdiscreto, oigan).
El argumento desbarra por todos lados, da igual hacia dónde mires: que si la reina gitana tiene una máscara de hierro (cof... cof... plagio... cof...), que si es la auténtica reina de España (¿?), que si hay una conspiración tope chunga del primer ministro español que está aliado con el capitán de California y no sé quién más... Buéh.
Por no hablar de las "novedades" que nos ofrece: un esclavo africano que está como un queso y sólo sabe decir una palabra, una tribu de caníbales, amazonas que te enseñan a luchar en dos capítulos, la propia reina de España (con un acento colombiano que te cagas)... Vamos, que no le falta de nada.

En fin, si sois adictos a las telenovelas donde prima el amor sin fronteras y besos que no parecen tener final, vedla.

A los demás, evitadla en lo posible y seréis felices.

Es la mejor serie de humor que he visto nunca.
Sí, en serio. Ya sé que ése no es su objetivo, pero es que nunca me había descojonado tanto con una serie "histórica" de este calibre. Por supuesto, está llena de originalidades que el espectador poco ducho puede pasar por alto o lo que es peor, pensar que son ciertas para la época que supuestamente sirve de marco. Sutiles detalles como un esqueleto en un aula de primaria, una escuela mixta, la idea de libertad de Montesquieu, un correctísimo mapa de España al que sólo le falta Castilla la Vieja y el Ferrol del Caudillo para ser totalmente exacto, los trajes de la Marquesa (todos muy recatados)...
Al final, todo se reduce a una especie de Spiderman del siglo XVI o XVII (la época no me ha quedado clara del todo), pero vestido con la ropa del Assasin's Creed teñida de negro y con una espada samurai que te cagas, que le da mil vueltas a un buen acero toledano en este mundo y en el siguiente.
Chorradas a mansalva, diálogos poco originales y la eterna lucha del bien contra el mal que, como siempre, ganará el bien.