Entretenida cinta de terror-ficción, que a mi juicio supera y duplica la calidad y la efectividad de la versión original de 1958.

Es una cinta muy dinámica que posee logrados efectos especiales de acuerdo a su fecha de realización y lanzamiento, y que además poseía un considerable presupuesto para dar rienda suelta a todo el factor sobrenatural que anda dando vueltas.

El argumento no se sale en nada del molde prefijado para películas de corte ficticio donde las exageraciones dominan. Claro que las “explicaciones” están apenas trazadas, pero ello se disimula bastante gracias al estimulante ritmo narrativo, a ciertos toques de humor negro y a todo el aspecto visual que se desarrolla paralelamente para enmarcar estéticamente al guión efectista que el filme posee.

Se presenta una historia a la cual no hay que analizarla tanto con la razón sino con las emociones, ya que hay mucha intensidad y vibración con: un monstruo biológico gelatinoso que crece a pasos agigantados y que se devora todo lo que se le cruza a su camino, un secreto militar que esconde una verdad que compromete, unos jóvenes pueblerinos que asumen el rol de héroes ante la incapacidad y la inacción de la policía, y muchas truculencias en algunas muertes que brindan un buen nivel de excite al público ávido de sangre y desmembramientos.

También algo para destacar es que esta cinta no tiene beneplácitos con ninguno de sus personajes, y es de gran valor el ver que todos pueden llegar a ser víctimas de esa masa amorfa, mostrándose por ende un filme que no se preocupa por mantener inmunes a los más débiles de los efectos nocivos del terror. Por ello es una película con cierto grado de riesgo y a ello lo aplaudo.

El tema en la saga “Pesadilla en Elm Street” no da para variaciones sustanciales, es por eso que esta película sigue en la misma línea donde adolescentes son perseguidos en sus sueños por el malvado Freddy Krueger.
Lo que puede considerarse como novedoso en esta cuarta entrega es que las víctimas de Freddy van traspasando sus poderes a un sobreviviente que dará lucha en la batalla decisiva. Así Krueger junta sus almas y la protagonista sus poderes.
Lo demás es más de lo mismo, aunque se nota que Renny Harlin apostó por constituir un filme atractivo desde la estética, donde los escenarios surrealistas de las pesadillas y algunas secuencias están bien logradas desde los efectos especiales. Los mismos tienen mucho de mecánico y trucajes artesanales, los típicos que se utilizaban en la década del ochenta. Pero no son adocenados, sino que por el contrario son quizás el punto más fuerte de un filme que no se aleja de los formulismos efectivos de la saga, que aporta pequeñas novedades argumentales, pero que está muy bien presentada desde sus decorados visuales.
En fin, son estas clases de cintas que se las recuerdan con nostalgia, que se las valora más con el corazón que con la razón. Pues su argumento no tiene grandes elaboraciones narrativas, y casi todo lo que vemos ya se había visto antes. Pero hay algunas escenas bien curradas donde se nota que el esfuerzo está puesto en la estética y en la creación de escenarios atrayentes más que en la complejidad argumental.
Es por ende una opción pasable, que sirve como pasatiempo y que su mayor mérito radica en el revalorar lo que supuso el mito de Freddy en la década de los ochenta más que en un entramado consistente y bien orquestado.

No se puede dejar de reconocerle a este filme cierta dosis de extravagancia y originalidad para desarrollar una historia sobre asesino serial.
Tampoco se puede dejar de mencionar que la cinta es dinámica y sanguinaria en sus variantes.
Menos aún la impronta perversa de “Shocker”, ese kilovatio rojo que desata toda su furia asesina sin concesiones y deambula por cualquier elemento conductor de electricidad.
No se puede ser injusto y dejar de reconocer que la música metalera (Megadeth, Alice Cooper) encaja a la perfección en el carácter “electrizante”, retorcido y despiadado del filme.

Pero tampoco se puede soslayar que lo que originalmente es una propuesta de terror, deriva en una seudo-comedia donde el absurdo y el disparate provocan la carcajada.
Tampoco se puede hacer la vista gorda y disimular que el guión tiene muchos baches argumentales, mucho descuido en la concepción misma de la diégesis que desbarata cualquier atisbo de seriedad y efectividad en provocar miedo.

Sólo para incondicionales de tramas gamberras que se conforman con ocurrentes alternativas, capaces de tolerar los disparates más imaginativos que justifiquen un mero pasatiempo cargado de malicia.

El personaje de Hulk es para mí una actualización de la leyenda de Dr. Jekyll/Mr. Hyde.

“The Incredible Hulk” de 1977 es la primera adaptación cinematográfica del famoso cómic de la Marvel, hecha en esta ocasión para la pantalla chica como episodio piloto de la serie de TV homónima protagonizada por Bill Bixby como el Dr Banner y el culturista Lou Ferrigno como Hulk.

Esta “película” me trae nostálgicos recuerdos de mi infancia, cuando me sorprendía con la metamorfosis descomunal que sufría ese enjuto científico llamado Bruce Banner que había experimentado con su ADN aplicándole bestiales dosis de rayos gammas.

Hoy día, visto con los ojos de adulto, esa admiración y estremecimiento que sentía en el momento de la transformación la he cambiado por algunas “sanas” risas al ver cómo la camisa de Banner al mutar en monstruo verde terminaba hecha jirones mientras que sus pantalones soportaban y se estiraban sin sufrir daño alguno.

También el filme denota bajo presupuesto en varios pasajes.

Obvio que esta serie envejeció bastante y que hoy día los avances tecnológicos nos dan la posibilidad de ver a un Hulk digitalizado imponente, con la capacidad de hacer de todo con su fuerza bruta.

Pero ojo, esta primera adaptación del cómic a la pantalla sigue teniendo sus méritos:

* Hay bastante desarrollo introspectivo en la psicología del personaje de Bruce Banner, quien está traumado y enojado consigo mismo por no haber podido salvar a su pareja de la muerte en un fatídico accidente automovilístico.

* Este capítulo piloto se detiene bastante en las investigaciones científicas que llevaron a descubrir que el ser humano en determinadas circunstancias de apremio consigue hacer aflorar una fuerza sobrehumana que yace dormida en su interior.

* El físico imponente de Lou Ferrigno supo en aquella década del setenta suplir los efectos especiales y dar vida a un Hulk colosal y convincente.

* Bill Bixby también supo meterse de lleno en la psicología del personaje de Banner, en sus traumas y angustias amorosas, en sus pesadillas con el accidente, en su atormentada mente que revive día tras día el momento de la tragedia, en su triste melancolía por el pasado feliz, en su cólera contenida, en sus ansias de descubrimientos que lo llevan a convertirse en un conejillo de indias, en su búsqueda de revancha, de cicatrización de heridas y de desahogar culpas.

Por todo ello considero interesante de ver a esta primera adaptación del cómic, pues es fiel y respetuosa al cómic, posee sólidas interpretaciones, hay escenas con buenos efectos especiales (la explosión del laboratorio, la transformación de Banner), y que además posee un sentido tema musical llamado "The Lonely Man" que nos transmite la sensibilidad y la tristeza necesaria para tener empatía por los traumas del Dr Banner.

Los aspectos positivos a tener en cuenta de este filme son:
- su ambientación: con interesantes escenarios donde la naturaleza salvaje irrumpe transformándose en una protagonista más, además muchas secuencias subacuáticas muy bien filmadas hacen del aspecto estético un elemento a favor.
- El diseño la criatura de la laguna, aunque ingenuo y grotesco, no deja ser llamativo si somos conscientes de que es un filme añoso.
- La belleza propia de la actriz principal Julie Adams, que aunque su participación se limita a los convencionales gritillos histéricos, siempre es gratificante su presencia.
- El despliegue físico y la convicción de la mayoría del elenco que bien parece que se toman muy en serio sus interpretaciones aunque las limitaciones de la trama no les deja destacarse más.
- La banda sonora a base de orquesta que intenta recrear en todo momento la asfixiante sensación de amenaza por el ataque de lo desconocido.


Pero también hay características que dejan bastante que desear:
- la cinta ha envejecido bastante y ha perdido contundencia en su afán de causar inquietud y asombro.
- la historia que se debate inefectivamente entre un carácter científico sobre la evolución de determinadas especies y el tono terrorífico propio de las cintas con monstruos que se encaprichan con la chica bella del filme vaya uno a saber por qué.
- La complejidad y la elaboración de las situaciones que dan vida al guión dejan mucho que desear, tornándose por momentos una película aburrida, inocente y llana en emociones.