Si exceptuamos "Little Nicky", no recuerdo ninguna comedia protagonizada por "capullo" Sandler tras cuyo visionado no me hayan dado ganas de matar a alguien (al propio actor, a ser posible). "El aguador" sigue las pautas habituales de sus películas: Su personaje, el prota, es, debido a su mansedumbre, un capullo integral (o, como en este caso, simplemente tonto) que se ve embarcado en extrañas situaciones o aventuras. No se aprovechan las pocas oportunidades cómicas que ofrece el guión en ningún momento (el de gigoló vestido de granjero repitiendo la misma frase todo el tiempo ¡Ja ja, muy bueno!), y el resultado global es desolador. Lo único mínimamente aceptable (para parte del público masculino y otras variantes) es la presencia de la inquietante belleza de Fairuza Balk. La aparición de Kathy Bates se debe a que perdió una apuesta. No os atreváis a verla un domingo por la tarde, empeorará vuestra resaca.

No es una mala serie, pero no pasa de ser normalita. Utilizando como reclamo las hermosas caritas de sus protagonistas, combina hábilmente momentos ingeniosos y mordaces con el más asqueroso de los pasteleos y convencionalismos (una mezcla comercialmente perfecta que complace a la mayoría). Su éxito, por tanto, no supone ninguna sorpresa, ya que retrata a jovenzuelos dinámicos, sanos y políticamente correctos (no hay ninguna clase de crítica social de cierta importancia. Riesgos mínimos para los productores). Bastante superficial y vacía en general.

Por otra parte, resulta extraña la forma en que demoniza las drogas esta serie (¡Chendler fuma y todos como locos!) cuando el comportamiento de los protagonistas no dista demasiado del de unos putos colgados. También es reseñable (aunque sé que puede haber una explicación lógica) el hecho de que no se relacionen, prácticamente, con ningún negro (aunque seguramente aquí lo llamarían "afroamericano"), hindú ni nada que no sea blanco (que quede claro que no digo que sea una serie racista, pero es un poco raro ¿no?) salvo en capítulos contados.
Pasable en definitiva. Si quieres humor del bueno: Frasier, Seinfeld, Monty Python, Scrubs... y muchas más antes que Friends.

Inaceptable que el campo sea más largo que un continente entero, inaceptable el insoportablemente estúpido speaker, inaceptables las ralentizaciones al golpear el balón, producirse una lesión o situación tensa... Inaceptable que nos cuelen (como muchas series de la época: caballeros del zodíaco, bola de dragón...) un culebrón en cada episodio y que cualquier puto partido dure tres capítulos, inaceptable que sin tener ni zorra de fútbol tengan los huevos para hacer una serie sobre este deporte, inaceptables las 20 fantasmadas que suceden en cada partido, inaceptable por decirnos a todos que lo más importante (incluso en un juego, el deporte) es ganar siempre, inaceptable que nos quieran volver a colar esta bazofia y muchas otras aprovechando la nostalgia (inducida, claro, por los medios de comunicación en colaboración con la maquinaria publicitaria) que produce cualquier mierda ochentera-friki, inaceptable que roberto y toda su puta troupe no se despeñaran por un acantilado antes de meter tanta mierda por los ojos a tantos y tantos chavales.

Humillante película dirigida a alegrar a los muchachos en su lucha contra el nacionalsocialismo alemán. Parece que, al ser el objetivo de fondo noble, era legítimo hacer una mierda sinsentido como esta. A los aficionados de Sherlock (entre los que me cuento, por supuesto) les dará algo cuando vean al capullo de Rathbone (Jeremy Brett o el que hacía de malo en star wars, Peter Cushing, creo, le dan un señor repaso, por dios) protagonizando un film sin trama, ni intriga pero, eso sí, con la típica sorpresa final de Sir Arthur sólo que sin nada de su elegancia y después de haber soportado una hora enterita de mierda pura y dura. Si Adolf hubiese ganado al menos habrían destruído este pedazo de truño, da qué pensar...

No os creáis que la nota es fruto de la decepción creada por el inmerecido encumbramiento de la serie, qué va. No soy de los que baja la nota por compensar la media, total pa qué. Es que la serie llega al aprobado raspado y gracias. Y si quitas al enano y cuatro escenas, caería al pozo más profundo imaginable.
No me he leído el libro ni pienso hacerlo. Lo más a lo que llegué fue a leer una entrevista con el escritor donde afirmaba que le encantaba la trilogía de ESDLA de "Gordi" Jackson. Con eso está todo dicho, pensé, pero seamos abiertos de mente. Veámosla.
No me andaré con rodeos. Estamos ante un culebrón con todas las letras. Sí, ya huelo los votos negativos, ya escucho los "anda ya!" de indignados usuarios. Pero, ¿cuántos de vosotros habéis visto con detenimiento un culebrón? ¿Más allá de los 5 minutos? Olvidemos los topicazos de costumbre y los prejuicios de toda la vida... y no nos quedará más remedio que aceptar que "Juego de tronos" es un culebrón medieval-fantástico. Yo he visto culebrones (de ahí el homenaje al desternillante "te voy a enseñar a querer" y al horroroso "pasión de gavilanes" en el título de la crítica) así que puedo opinar con conocimiento, y me reafirmo en lo dicho. Con más pelas y mejores actores, sí, pero el guión y argumento es totalmente culebronero, al 100%.
Y es que más allá de las constantes intrigas, de los líos de faldas, fornicaciones, secretos de alcoba inconfesables, cuchicheos de corte y demás líos gubernamentales, poca cosa es ofrecida al paciente espectador. Personajes planos y mal desarrollados en el 90% de los casos, batallas que no se muestran, fetidez y fealdad en contraste con la pompa y el lujo. La capital soleada y los muros gélidos... todo queda esbozado, pero lo único en que se profundiza es en el cotilleo cortesano. Eso sí, el nido de águilas mola y el enano es el no va más, pero con eso no se llega a un 9 ni de coña, por favor.
Además, los recursos culebroneros abundan, en especial esa tendencia a terminar los capítulos de forma atropellada, con un zoom de cámara y dejando varios cabos sin atar que se supone serán zanjados...en el capítulo siguiente. Y todo ésto con música cutre chan-chán de fondo y frases lapidarias y molonas para cerrar un nuevo y decepcionante capítulo. Al final, la putilla en pelotas con 3 dragoncillos a su alrededor... zoom, chan-chán, sonido estruendoso y fin de la primera temporada.
Si en vez de Ned Stark, se llamase Luiz Alberto Guzmán otro gallo cantaría; pero es lo que tiene que la publicidad, los críticos sin escrúpulos ni criterio propio y la estética medieval se den la mano... un culebrón encubierto se mire por donde se mire.
Por eso le doy un 5, la mejor nota a la que un culebrón puede aspirar, la puntuación que le doy a ese hilarante despropósito llamado "te voy a enseñar a querer". Sería un injusticia puntuar un despropósito por encima del otro. Eso sí, como sucede con los buenos culebrones, te pica la curiosidad y se deja ver.