Muy cuidada visualmente. Buena interpretación de Lauren Cohan.
Entretenida y sin caer demasiado en los clichés de las películas de terror, consigue hacer pasar al espectador un rato confuso e intrigante.

Un entorno precioso y espectacular, reducido a una postal por la incapacidad del director para transmitir el mas mínimo sentimiento. Deja una sensación de haber visto algo visualmente prefecto, pero completamente vacío.

Hacia años que no disfrutaba tanto de una película. Se acerca tanto a la realidad de los sentimientos amorosos que se disfruta cada minuto. Sin exageraciones, sin sobresaltos, con sutileza y contundencia. Una muestra de lo que es el amor, independientemente de lo experimentado en cada relación, el amor es un sentimiento que no obedece a nada mas que a la persona que lo provoca, un éxtasis espontaneo imposible de crear, solo puedo nacer, no depende ni de actitud ni de circunstancias, y es tan delicado que no puedes interferir en el, solo disfrutarlo, vivirlo, porque cualquier acto de control, lo destruye. El amor es efímero, pero infinito, y la única manera de que dure para siempre, es, dejarlo ir. Esta película con sus soberbias interpretaciones, plasma a la perfección lo que para mi es el amor, un cuento precioso con final.

Soberbia interpretación de Kevin de un personaje que con el paso del tiempo, sigues creyendo en el sin saber quien es. Fantástico alegato a la verdadera realidad de la vida, lo que uno mismo vive. Imprescindible film.

Un comienzo de película motivador que pierde poco a poco la cordura argumental hasta convertirse en una vulgar parodia del experimento del Dr. Zimbardo en la universidad de Stanford. Demasiados hilos sueltos.